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¿Por qué España está fuera del G20 y por qué siempre acude como país invitado?

No, España, pese a ser una de las grandes economías mundiales, no está en el listado de países que forman parte de este selecto grupo, pero su presencia en las cumbres está asegurada

El primer ministro italiano Mario Draghi saluda al presidente español Pedro Sánchez a su llegada a la cumbre del G-20 en Roma ETTORE FERRARI / POOLEFE

Los líderes de los países del G20 están reunidos desde hoy en Roma en la cumbre con la que concluye la presidencia italiana del grupo y en la que el mayor reto será lograr un compromiso compartido para que las emisiones cero sean una realidad no más allá de 2050 o 2060 que impulse la próxima COP26 de Glasgow.

La primera cumbre del G20 pospandémica, en las que numerosos mandatarios se verán las caras tras casi dos años de aislamiento online, comenzará con la bienvenida oficial del primer ministro italiano, Mario Draghi, a los participantes, entre ellos el presidente de EEUU, Joe Biden, y del jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez. Precisamente, los mandatarios español y estadounidense han protagonizado esta mañana un breve encuentro.

El G20 está compuesto por la UE, Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, EE UU, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.

Esta cumbre de hoy en Roma tiene lugar 12 años después de la primera que tuvo lugar en Washington DC y que supuso el germen del actual grupo, sustituto como gran órgano del poder económico mundial del G8.

El G20, o Grupo de los 20, es, según su propia definición, “el principal foro internacional para la cooperación económica, financiera y política y aborda los grandes desafíos globales y busca generar políticas públicas que los resuelvan”. Está compuesto por la Unión Europea y 19 países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.

¿Y dónde está España? Pues no la busque, porque no está. El G20 comenzó como un foro de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales. Fue creado el 25 de septiembre de 1999 en una reunión de ministros de Finanzas del G7, es decir, las siete mayores economías del mundo, formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. A este grupo se sumó después Rusia en 1998, pasando a convertirse en el G8.

En ese año 1999 se decidió sumar al G8 a las 12 principales economías emergentes del mundo así como a la Unión Europea. España, por tanto, seguía fuera, es decir, ni estaba entre las siete u ocho economías mundiales del G7 y G8 ni entre las emergentes, de tal modo que no tenía ni voz ni voto en un foro tan importante que agrupa el 85% del producto bruto global, el 66% de la población mundial, el 75% del comercio internacional y el 80% de las inversiones globales.

A pesar de todo esto, España sí ha estado en las últimas cumbres que se han venido celebrando desde 2008. Según el propio Ministerio de Asuntos Exteriores español, la primera participación española en el G-20 tuvo lugar en la cumbre extraordinaria de noviembre de 2008 en Washington cuando el entonces presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, cedió a España uno de los dos puestos que le correspondían como presidente de turno de la Unión Europea y como miembro del G-8.

Tras la cita de Washington, España fue invitada oficialmente para asistir a la cumbre extraordinaria de Londres de abril de 2009, con el primer ministro británico Gordon Brown como anfitrión. Después de participar en la cumbre de Londres, España consideró consolidada su posición en el G-20 como corresponde a su peso político y económico en la comunidad internacional. España también estuvo en Pittsburgh, en septiembre de 2009, para participar en la cumbre extraordinaria presidida por Barack Obama, anfitrión de la cita.

Estatus de invitado permanente

Posteriormente, España ha asistido a la cumbre extraordinaria de Toronto, en junio de 2010. Durante la presidencia de Corea del Sur, tuvo lugar la cumbre extraordinaria de Seúl, en noviembre de 2010; en ella, el país anfitrión apoyó la posibilidad de que España formara parte de un G-20 ampliado. España ha participado en las últimas cumbres desde entonces hasta el punto de que se ha convertido en el único país con el estatus de invitado permanente, pues se le permite estar en todas y cada una de las reuniones, independientemente de que su representación sea llevado a cabo también por la UE.

Según el Real Instituto Elcano, el think-tank español de estudios internacionales y estratégicos, “España, para consolidarse es su papel de invitada permanente y eventualmente optar a ser miembro si se presentara la ocasión, puede aportar análisis, posicionamientos y propuestas que le interesen a ella como país y a los demás socios en este marco”.

El G20 se ha convertido en un marco central si no para la decisión sí para el impulso y el debate sobre algunos aspectos de la gobernanza global que interesan a España, pero ha perdido en capacidad decisoria o de coordinación de políticas en algunos ámbitos.

“Es importante asegurarse que España permanece en este foro e ir sembrando semillas -dice el Real Instituto Elcano- para, eventualmente, lograr el estatus de miembro permanente. Algunos elementos juegan a su favor, otros en contra. Pero, sobre todo, España necesita aportar en este marco propuestas o planteamientos que respondan a su interés nacional y al interés general de los participantes. No se puede limitar a “estar” en el G20, sino también a “ser” en él.

En cuanto al análisis que hace del peso de España en la economía mundial y en el propio G20, asegura que desde la primera cumbre del G20 “el peso relativo de España en la economía mundial se ha reducido tanto en términos relativos como en algunos casos absolutos, debido a la Gran Recesión que empezó en 2008, ya concluida, y al crecimiento de algunas economías emergentes”.

España ocupa la 13ª posición en el Índice Elcano de Presencia Global en 2020 perdiendo una posición respecto de 2019 tras descender a la 13ª en 2015. Aunque gana presencia global en términos absolutos, este incremento es insuficiente para contener el ascenso de India. Ello se debe al empeoramiento de su desempeño económico en el exterior (donde ocupa la 12ª posición en presencia económica), su fortaleza sigue estando fundamentalmente en la dimensión blanda (11ª posición). En el plano militar, el papel internacional de España es más pasivo (14ª posición).

En la década de los 90 aumentó notablemente su presencia global, debido al crecimiento de la dimensión económica y, sobre todo, de la blanda. Destaca la variable de turismo, siendo el 2º país con mayor número de visitantes extranjeros. La dimensión económica se ve afectada por la crisis de finales de los 2000. Aunque recientemente se venía produciendo una recuperación de las exportaciones de servicios explicada con el sector turístico, desde 2018 vuelve a perder presencia económica por la merma de la inversión en el exterior y las exportaciones de manufacturas.

España es 5ª en el ranking del Índice Elcano de Presencia Europea. En el ámbito económico europeo destaca por sus exportaciones de bienes primarios, y dentro de la dimensión blanda el protagonismo es de las migraciones, el turismo o publicaciones científicas.

Por ello, esta pérdida de posiciones relativas y absolutas puede poner en peligro su posición en el G20, especialmente ante el exceso de presencia de economías europeas. Ahora bien, la decisión británica de salir de la UE (el Brexit) puede reforzar la presencia de España, al no considerarse un país de la UE. Aunque lo más probable es que por un tiempo no se cambie el tipo de participación en el G20, España no sólo debe prevenirse –para lo que necesita estar activa– sino, si se abre la oportunidad, pasar a ser miembro permanente. Plantearlo como un objetivo aislado y abierto podría ser, sin embargo, contraproducente. Pero España interesará más si plantea cuestiones que interesen a más participantes.

Cumbre de Roma

La primera jornada de esta cumbre de Roma concluirá con la cena oficial ofrecida por el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, a los líderes y sus parejas en el Palacio del Quirinale.

El domingo, la foto de familia en la Fontana de Trevi abrirá la última jornada de la cumbre, en la que se abordará el tema estrella de la cumbre, la lucha contra el cambio climático y la búsqueda de un pacto que las emisiones cero sean una realidad no más allá de 2050 o 2060.

Las ausencia del presidente chino, Xi Jinping, uno de los más reacios al recorte de las emisiones, podría complicar el acuerdo, aunque el mandatario ha garantizado su presencia en la reunión por videoconferencia, al igual que el ruso Vladimir Putin, el otro gran ausente de la cumbre.

Italia, que es copresidenta de la COP26, espera que se alcance ese acuerdo en Roma y que la reunión de líderes de la capital italiana marque un punto de inflexión que relance la cumbre climática en Escocia.

Draghi logró organizar hace unas semanas una reunión extraordinaria sobre Afganistán para poder centrarse en Roma en el clima, aunque también se hablará de planes de recuperación que permitan aprovechar la crisis como una oportunidad de afrontar los desafíos globales de la salud y ayudar a los países con menos recursos.

La reunión lanzará además todos los acuerdos obtenidos en los diferentes G20 celebrados este año, en particular el de Sanidad, en el que se pactó favorecer el acceso mundial a las vacunas, y Finanzas, que avanzó en un acuerdo de reforma fiscal global, incluida un tipo mínimo de impuesto de sociedades.