Mutua Madrid Open
Verdasco: «No me siento mayor»
Verdasco ha emigrado a Doha en busca de un entorno que le ayude a recuperar el tenis que le hizo «top 10». Hoy debuta en Madrid
Verdasco ha emigrado a Doha en busca de un entorno que le ayude a recuperar el tenis que le hizo «top 10». Hoy debuta en Madrid
«No me he comido ningún cocido, pero es un sitio en el que estoy muy a gusto». Fernando Verdasco (15-11-1983, Madrid) habla de Doha, la ciudad en la que ha fijado su residencia, lejos del foro y de los paparazzi. «Estoy más tranquilo que aquí, tengo bastantes amistades y como estoy en mis últimos años en activo, mirando el futuro es un lugar ideal. A estas alturas ya hay que pensar en las posibilidades que puedo tener cuando me retire», comenta antes de estrenarse hoy en el Mutua Madrid Open. Lo hará ante el «bueno» de los hermanos Zverev, Alexander. Verdasco, que ejerce como embajador de Peugeot, colabora con la Federación qatarí de tenis, da clínics a niños e intenta «ayudar» en lo que puede «a un país que tiene muchos medios y que en el futuro podría tener algún jugador en la élite mundial».
Verdasco no sólo ha cambiado de residencia. También ha habido novedades en su grupo de trabajo. El recuerdo de la Davis ganada en 2008 en Argentina le llevó a contratar a Emilio Sánchez Vicario. Él y Nacho Truyol pilotan al nuevo Verdasco. «Emilio me aporta experiencia, buena mentalidad para trabajar, capacidad de sacrificio, confianza... Espero que sigamos más años juntos», dice. Ese futuro no tiene una fecha fija. «Me gustaría estar empezando en esto, pero no es así. Con 18 años creía que a estas alturas ya iba a estar retirado y todavía estoy el 30 del mundo (es el número 35), pero soy consciente de que en unos años ya no estaré aquí y tengo que ver qué es lo que más me va a llenar y lo que más feliz me hará», comenta. «No es que me vea mayor con 33 años, es que es la edad que tengo. Con 18 todos decían que me tenía que centrar, que mi carrera iba a ser corta, y mira... No sé si me quedan tres, cuatro o cinco años, pero ahora, a partir de los 30, ya no es como antes y si no sólo hay que mirar a Rafa y a Roger».
Semifinalista este año en Doha, finalista en Dubai, el último de sus siete títulos llegó en 2016 en Bucarest... En Madrid su límite son los cuartos de final que alcanzó en 2009 y 2012. El objetivo ahora es acercarse al nivel de juego que le convirtió no hace mucho en un «top 10». Y Madrid es el lugar perfecto para comenzar la escalada. «Se trata de enlazar tres o cuatro torneos buenos porque de esa forma pegaría una subida que quizá no te esperabas. El objetivo ahora es prepararme bien para torneos importantes como éste», detalla. Y para ello ha realizado sesiones de entrenamiento de cinco y seis horas, «aunque se vaya notando la edad, pero ahora tengo más experiencia, me conozco mejor» y, además, viaja siempre acompañado por un fisio.
El Verdasco vehemente e irascible de otros años parece lejano. «Es que hay gente que tiene una imagen buena y a lo mejor no es tanto como parece. Y aquellos que no tenemos una imagen tan buena quizá seamos mejores. El problema es que a veces los comentarios son malinterpretados y la gente se lo toma a mal, así que lo mejor es callar y estar centrado en lo tuyo», aunque no eluda una reflexión sobre los cuatro grandes: «Como Murray y Djokovic no espabilen, Nadal y Federer pueden volver a ser números uno».