Tenis
Alcaraz y la primera vez que fue a Roland Garros: "Sabíamos que algún día volveríamos y que haríamos algo grande"
Alcaraz cayó en el estreno en su primer Roland Garros, en júnior, en 2019. Fue en la pista 3, la misma en la que entrenó antes de la final. Kiko Navarro, su primer entrenador, recuerda aquel torneo. Cinco años después es campeón absoluto
Carlos Alcaraz tenía un sueño. "Cuando tenía 13, 14 o 15 años ya teníamos claro que iba a ser un jugador muy bueno, que iba a ser profesional del tenis si todo iba bien, y en ese momento ganar Roland Garros era un sueño que teníamos nosotros", recuerda Kiko Navarro, quien fuera el entrenador de Carlos desde los 9 hasta los 17 años, combinando su trabajo los dos últimos con Juan Carlos Ferrero, entre Murcia y Villena. El sueño lo confirma el propio Carlos en un vídeo de niño que se ha hecho viral: "Ganar Roland Garros... Y Wimbledon", contesta a la pregunta. Pues sueño cumplido. Lo de la hierba del All England Club lo logró el año pasado y la tierra de París la conquistó este 2024. "Roger Federer", responde también en ese vídeo Alcaraz sobre quién era su ídolo.
No era únicamente el suizo. "Su ídolo siempre ha sido Rafa Nadal, que es el rey de Roland Garros, de ahí un poco los nervios que tuvo en semifinales contra Sinner, un poco de calambres, como el año pasado con Djokovic", prosigue Kiko. En la final logró vencer a esos nervios y remontar en un cuarto y quinto set memorables. Ya como campeón, Alcaraz dio las gracias a su familia, a sus padres, y recordó esos años en los que salía corriendo del colegio para poder ver por televisión el Grand Slam francés.
Cae en primera ronda y el campéon fue Rune
Kiko Navarro acompañó a Alcaraz la primera vez que pisó Roland Garros para participar. Fue de júnior, en 2019. "Tuvimos poco tiempo para ver casi nada, fue todo rápido, perdió en primera ronda y bueno, fue una experiencia bonita, pero corta. Sé que él en su interior, igual que yo, sabíamos que algún día volveríamos para acá, y que haríamos algo grande", prosigue su extécnico, que estuvo en la final contra Zverev.
En esa edición había jugadores que ahora están en el circuito profesional, como los italianos Musetti y Arnaldi, y el campeón fue el danés Holger Rune, 15 del mundo en estos momentos, pero que ha llegado a ser el cuatro. El tenista que apenas se saca apenas unos días con Carlos, ambos nacidos en 2003. La final se la ganó al estadounidense Toby Alex Kodat, que había sido el verdugo de Alcaraz en esa primera ronda (6-4 y 6-4). En la actualidad es el 320 del mundo, y lucha por dar el salto a los torneos ATP, en los que no ha podido debutar.
En la misma pista en la que entrenó para la final
Aquella derrota en 2019 fue en la pista 3 de las instalaciones de Roland Garros. Ayer, antes de disputar la final contra Zverev, tuvo la sesión de calentamiento y entrenamiento en esa misma pista. Fuera supersticiones. La premonición que tenían Carlos y Kiko se hizo realidad. En 2020 ya había subido muchos puestos en el ranking y pudo jugar la previa. Fue la edición del otoño parisino, de octubre, por la pandemia. Perdió a la primera contra el australiano Aleksandar Vukic por 4-6, 7-6 y 6-3. En 2021 ya jugó en el cuadro final y accedió a la tercera ronda, donde le superó Struff. Siempre ha ido a más. En 2022 ya era uno de los referentes del circuito, campeón en Barcelona y el Mutua Madrid Open, además de Miami. Zverev le cerró el camino en cuartos. En 2023, Djokovic y los calambres en las semifinales. Y en 2024, la gloria.
"La mente gana partidos"
Donde ganó la final, en la Philippe Chatrier, regresará si no pasa nada en apenas un mes y medio, para disputar los Juegos Olímpicos de París, en los que además podría formar uno de los dobles con Nadal. Otra vez el ídolo, que además no tardó ni un minuto en felicitar a Carlos, presente. "Cuando vuelva en los Juegos tendré flashbacks. Tengo muchas ganas, pelear unos Juegos, intentar ganar una medalla para el país, jugar dobles con mi ídolo...", reflexionó el murciano, muy tranquilo en conferencia de prensa, feliz y, a sus 21 años, todavía acumulando lecciones. "En este torneo he aprendido que la fortaleza mental gana partidos. No hace falta jugar brillante, decir que tengo que jugar mi mejor tenis si quiero ganar. También se gana de cabeza. Si estás flojo mentalmente, probablemente no ganes un Grand Slam", opinó.
"Eso se aprende con la experiencia y también no desconectando en los entrenamientos", prosiguió. Carlos analizó un juego clave en su victoria. Uno que, precisamente, perdió. "En el tercer set iba 5-2, pero no estaba siendo mejor que Zverev. No estaba encontrando la manera de hacerle daño. Sentía que me quemaba la bola, que iba a fallar, que él me iba a ganar los puntos. Da igual el resultado, que fuera 5-2 o 5-1, él estaba gestionando mejor el partido, los nervios", desveló. De ese 5-2 pasó a 5-7. "Pero el último juego me ha ayudado a saber cómo jugar, y estar más relajado en el cuarto set", insistió. Ese juego lo perdió, pero lo peleó. Le había aconsejado Ferrero que igualara la intensidad y ahí lo hizo y ya la mantuvo todo el rato, en el cuarto y el quinto set.
El Alcaraz fuerte y el táctico
Además, supo reinventarse, dentro de esa lección que ha aprendido, la de que no siempre se puede dar espectáculo, aunque él siempre va a seguir haciéndolo en ocasiones porque juega así, pero si no funciona hay que optar por un camino más práctico. "Creo que ha cambiado mucho su táctica en el quinto set, empezó a jugar mucho más alto, más profundo para que yo no creara tanta potencia. Se ha vuelto todo más lento", describió Zverev. El Alcaraz de la potencia dio paso al más táctico, o se combinaron, y así logró el triunfo.
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