Hamburgo
A por la cuarta final española
Nadal desafía a Djokovic y Ferrer a Tsonga en busca del duelo fratricida soñado por el título de París
Un momento de inflexión en los partidos entre Rafa Nadal y Novak Djokovic, cuando la tendencia era una victoria tras otra del serbio, allá por 2011. En Australia 2012 llegó la séptima seguida, en cinco sets. Pero pasó algo más. «Llamé a su mánager, Carlos Costa, para decirle que lo sentía, pero él me contestó que Rafa estaba bien, mucho mejor que ellos. Y sólo habían pasado dos horas», rememora Roberto Carretero, campeón del torneo de Hamburgo en 1996 y ahora comentarista en televisión. ¿Cómo podía estar bien después de volver a perder, y además en un «Grand Slam»? «Sintió que ya tenía la fórmula para ganarle. En vez de cargarle al revés directamente con la derecha cruzada, tenía que iniciarle la jugada, incluso desde el saque, por el otro lado, para moverle y encontrar más hueco en la zona del revés», continúa Carretero. Allí, Nadal descubrió que el monstruo era vulnerable y que podía derrotarlo, como hizo las tres veces posteriores que se enfrentaron, incluida la final de Roland Garros.
El duelo se repite hoy en París, pero una ronda antes, en semifinales, en el primer capítulo que puede derivar en una nueva final española en el «grande» de tierra. El segundo episodio lo disputarán David Ferrer y Jo-Wilfried Tsonga, que están ante una oportunidad histórica. Para el alicantino es la primera vez que se mide en semifinales de un «Grand Slam» contra alguien que no sea uno de los cuatro terribles. Ya ha perdido a esas alturas tres veces con Djokovic (Abierto de EE UU 2007 y 2012 y Australia 2013), otra con Murray (Australia 2011) y una con Nadal (Roland Garros 2012). El galo, por su parte, tendrá a un país entero detrás. Treinta años llevan los franceses sin que un jugador local levante la Copa de los Mosqueteros. Jo es su esperanza. «Será una sensación parecida a la de la Copa Davis y me gusta esa sensación», afirma «Ferru», que ha firmado en la competición por selecciones algunas de sus mejores páginas y que ya sintió algo parecido en 2008, en cuartos de final, ante Monfils. «Me ayudará haberlo vivido», piensa el alicantino.
Pero antes, a las 13:00, Nadal abrirá turno en la pista Philippe Chatrier. Después de las tres victorias de Rafa sobre Djokovic en 2012 llegó la lesión del manacorense y el parón de siete meses. En 2013 sólo ha habido un enfrentamiento más, en Montecarlo, el otro reino del español junto con París. «Nole» le destronó. Quizá el partido llegó pronto. «En el primer set, Djokovic fue superior, aunque hicimos algunas cosas mal. En el segundo, a Rafael le faltó físico», recuerda Toni Nadal, el tío y entrenador del hombre que busca su octavo título en la capital de Francia, llegar otra vez donde nunca nadie lo había conseguido antes. Aunque ahora sabe que puede hacer daño a «Nole», también es consciente de que enfrente está el único rival que le aguanta los peloteos y que es capaz de sacarle de su zona de confianza. «Junto con Nadal, Djokovic es el que tiene la mejor cabeza y el más competitivo. Además, es el único que se atreve, con su revés a dos manos, a no dejar subir mucho la pelota "liftada"de Rafa. Se monta encima de la bola y la devuelve a la altura de la cintura, y no por encima de los hombros. Con esto logra anular a Rafa, que no consigue meter al serbio hacia atrás», analiza Carretero, que tiene claro que ambos jugadores deben estar preparados para «una pelea durísima».
El duelo entre los dos mejores es como una final en semifinales que Nadal niega. «Son semifinales», reitera. «En el otro partido están dos grandes tenistas», añade. Rafa busca la gloria divina en París y Ferrer, un objetivo enorme, pero más humano: el salto que le queda para entrar en la historia con mayúsculas. Una final, quizá un título «grande». «Es sólo un partido», dice él para quitarse tensión. Antes de pensar en eso, debe hacerlo en Tsonga. «La regularidad es la clave de David y lo que le puede dar la victoria. Sorprendentemente, Tsonga la está teniendo en este torneo, en el que está muy centrado, sin montar el "show"como otras veces; pero con el resto como arma, Ferrer puede conseguir que el francés esté más fallón», explica Carretero.
Bruguera y Berasategui (1994, ganó Bruguera), Moyá y Corretja (1998, Moyá) y Costa y Ferrero (2002, Costa) esperan que Nadal y Ferrer sean los siguientes.
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