Tenis
Aryna Sabalenka, la cañonera que reina en el Open de Australia
La bielorrusa gana su primer Grand Slam al imponerse a Rybakina en la final por 4-6, 6-3 y 6-4. Es la nueva número dos del mundo
Aryna Sabalenka es la nueva reina del Open de Australia. La bielorrusa, que llegaba al torneo como 5 del mundo y saldrá como numero dos, se impuso en la final a Elena Rybakina por 4-6, 6-3 y 6-4 en dos horas y 28 minutos. Sabalenka es la dominadora del circuito femenino en lo que va de 2023. Ha disputado 12 partidos y los ha ganado todos. Campeona en Adelaida, en Melbourne ha levantado su primer Grand Slam después de ceder un solo set en todo el torneo.
El ranking con el que la kazaja llegaba a Melbourne tenía poco de real. Rybakina era la número 25 del mundo, la vigésimo segunda cabeza de serie, después de haber ganado el último Wimbledon. Si se hubieran sumado los puntos de Londres estaría asentada cómodamente en el top 10. Para contar con Sabalenka bastaba con observar su trayectoria en 2023 y concretarlo en su aventura en Melbourne. Campeona en Adelaida sin ceder un set. Una dinámica que prolongó en el Melbourne Park. El set más apurado fue el primero que disputó en semifinales ante la polaca Magda Linette que se resolvió en el tie break.
La bielorrusa se encontró con un nivel de exigencia que no había tenido en las dos semanas anteriores. En su primera final de un Major (una vez semifinalista en Wimbledon y dos en el Open USA) encajó un break en el tercer juego y aunque logró rehacerse en el octavo, Rybakina fue más fiable en el primer parcial. Agarrada a su servicio -”si es capaz de sacar con continuidad por encima de los 180 kilómetros por hora no hay ninguna jugadora capaz de restar constantemente esos saques”, asegura su entrenador-, encarriló la final ayudada por los excesivos errores de Sabalenka.
Con un balance en los precedentes de 3-0 para la bielorrusa, Sabalenka evitó descarrilar en el arranque del segundo set. En el primer juego remontó un 15-40 y con su tenis agresivo empezó a mandar desde el fondo. Le sirvió para lograr un break en el cuarto juego y salvar su servicio en el quinto cuando Rybakina apretó. Dio igual que la kazaja conectase saques que rozaban los 200 kilómetros por hora. Derrochando intensidad fue capaz de prolongar la final después de casi una hora de pelea para resolver el segundo parcial.
En el momento decisivo, los titubeos de ambas desaparecieron. Se trataba de medir qué iba a pesar más: el juego más completo de Rybakina o la agresividad constante de Sabalenka. Y pesó más el atrevimiento de la bielorrusa. Empezó a dominar con autoridad desde el fondo a base de palos con la derecha y con el revés. Sin contemporizar. Y en el séptimo juego a la kazaja ya no la bastó con su servicio. En la tercera bola de ruptura llegó el break de Sabalenka. A la kazaja la salvó su saque hasta que en la tercera bola de break no dio para más. Rybakina, por primera vez se sentía dominada. Sabalenka no se paró ahí. Con su poderoso servicio -acabó con 17 saques directos- y después de cuatro bolas de partido culminó un torneo de ensueño.