Tarragona
Tarragona tendrá que esperar
La falta de recursos económicos pospone los Juegos Mediterráneos, que se iban a celebrar en 2017, hasta 2018
Desde antes de los Juegos Olímpicos, en el entorno de la organización de los Juegos del Mediterráneo, que se iban a organizar en 2017 en Tarragona, ya se barruntaba un retraso en la celebración del evento. Alejandro Blanco, el presidente del COE, ofreció la última pista la semana pasada: «España organizará los Juegos, pero a lo mejor no en 2017». Ayer se confirmó el retraso. Los Juegos se posponen hasta 2018 por falta de recursos económicos –unos 12 millones de euros– y se disputarán entre el 22 de junio y el 1 de julio de 2018, con lo que coincidirán con la primera fase y los octavos de final del Mundial de fútbol de Rusia. «Es un evento con la suficiente trascendencia como para que todas las instituciones que participan en su organización se tomen un tiempo adicional y consigan que su celebración sea un gran éxito para España», se aseguró en un comunicado del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
La atípica situación política que ha atravesado España en los últimos meses derivó en el estancamiento del proyecto de los Juegos que debían celebrarse en 2017, pero desde la organización nunca se plantearon renunciar a su celebración. El Gobierno recuerda que el compromiso del Ejecutivo es indudable y que ha aportado 6,4 millones de euros. Además, le ha dado la calificación de «acontecimiento de especial interés», lo que permite exenciones fiscales de hasta el 90 por ciento para las empresas colaboradoras.
El reelegido ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, se reunirá el jueves con el alcalde de Tarragona, Josep Félix Ballesteros (PSC), y con el presidente del COE, Alejandro Blanco, para «estudiar las nuevas vías de colaboración a desarrollar para que, en 2018, Tarragona cumpla exitosamente con el encargo recibido por parte del Movimiento Olímpico».
Desde la organización se asegura que Tarragona no ha perdido credibilidad y que sigue siendo un modelo a seguir porque desde el primer momento no se ocultaron las dificultades económicas y se acudió a la reunión definitiva en la ciudad argelina de Orán con la verdad por delante. Allí se concretó el aplazamiento. «No nos quitan los Juegos, sino que nos mantienen una confianza sin fisuras», asegura Ballesteros.