Holger Rune y Andrey Rublev se jugarán el primer título importante en la temporada europea sobre tierra batida. El danés remontó ante Jannik Sinner su semifinal en Montecarlo para imponerse por 1-6, 7-5 y 7-5. El ruso superó también en tres sets al estadounidense Taylor Fritz por 5-7, 6-1 y 6-3.

En una jornada marcada por la lluvia, Rune ganó por segunda vez al transalpino al que los éxitos en los Masters 1.000 le dan la espalda. Estuvo cerca en Miami y en Indian Wells, pero se quedó a las puertas. Ahora tenía a la vista la final en Montecarlo, pero Rune lo impidió.

Fue de menos a más el danés que se sintió desbordado al principio por el italiano en el duelo entre dos de los jugadores más prometedores del circuito profesional. Reaccionó Rune en el segundo y se situó con 3-0. Y la lluvia apareció. Los jugadores se retiraron durante más de una hora y a la vuelta, Sinner acortó la desventaja y llegó a ponerse 5-5. Holger Rune recuperó el pulso, aceleró y logró la manga para llevar el partido al tercer set que transitó igualado hasta que el danés de 19 años rompió el saque de Sinner, en pleno bajón, y cerró el triunfo.

El tenista de Gentofte, que irrumpió el pasado año a lo grande con tres títulos, entre ellos el Masters 1.000 de París, y otras dos finales perdidas, tiene ante sí la opción de lograr su primer triunfo en el 2023.

Tardó dos horas y 42 minutos en cerrar el éxito y citarse en la final con el ruso Andrey Rublev, quinto favorito, que regresó a la final del Masters 1.000 de Montecarlo tras imponerse al estadounidense Taylor Fritz por 5-7, 6-1 y 6-3. Rublev, que fue subcampeón en el 2021 batido en el último encuentro ante el griego Stefanos Tsitsipas, regresa a la final del Masters 1.000 de Montecarlo en busca de su décimotercer título, el primero en 2023.