Los Portland Trail Blazers de comienzos del siglo XXI eran conocidos como los Portland "Jail" (Cárcel) Blazers por la tendencia de varios de sus miembros a seguir conductas poco recomendables. Cuenta la leyenda que a dos de sus estrellas, Damon Stoudamire y Rasheed Wallace, los dio el alto la policía en un control. Cuando bajaron las ventanillas del Hummer el olor era inconfundible y por si había dudas soltaron a la policía que no se preocuparan de buscar demasiado porque ya se lo habían "fumado todo". A finales del siglo pasado una leyenda de los Bad Boys de los Pistons de Detroit, en realidad el menos bad boy de todos, Joe Dumars, afirmaba que "si se hicieran controles de maría habría que suspender la Liga". Estudios recientes apuntan que la mitad de los jugadores de la NBA son fumadores habituales. Pues bien con el nuevo Convenio Colectivo firmado entre la NBA y la Asociación Nacional de Jugadores de Baloncesto (NBPA) el consumo de marihuana ha quedado liberalizado.

Según la ESPN el acuerdo es por los próximos siete años y entrará en vigor a partir de la próxima temporada. A lo de la marihuana se añade un torneo a mitad de temporada inspirado en la Copa del Rey. Lo disputarán ocho equipos que avanzarán en un cuadro de eliminación simple previo a una Final Four en una sede neutral. Esos partidos contarían para la clasificación de la primera fase, lo que significa que los dos finalistas jugarían 83 partidos. El acuerdo también incluye cambios en las normas de elegibilidad para los premios de final de temporada, exigiendo a los candidatos al MVP que compitan al menos en 65 partidos.

Pero la medida estrella afecta al consumo de marihuana, un paso que no se ha atrevido a dar ninguna otra de las grande ligas estadounidenses. Según el anterior convenio firmado en 2017, la "maría" es una sustancia prohibida y en caso de que se registren tres positivos hay una sanción de cinco partidos que aumenta si crece el número de positivos. Lo normal por temporada es superar unos cuatro controles.

La relación entre la NBA y la marihuana comenzó a cambiar en la burbuja de Orlando. En otoño de 2020, en el último título de los Lakers, la Liga decidió suspender los controles para no llevarse sorpresas con el posible consumo de muchas de sus estrellas durante el confinamiento. "Allí se rompió el estigma de que no podías jugar si tomabas. Era un momento en el que estabas en paz con tu mente, con tu cuerpo, con tu alma. Podías salir allí fuera y sólo jugar", afirmó el alero ya retirado JR Smith, uno de los impulsores.

Pese a las reticencias del comisionado de la Liga, Adam Silver, ha habido estrellas que se han pronunciado abiertamente por la legalización. Kevin Durant ha sido el que más ha alzado la voz. "Si la amas, la amas. Si no lo haces, ni siquiera la probarás. La marihuana sólo es marihuana, no hace daño a nadie. Ayuda y mejora las cosas. No es un debate", afirmó el alero ahora en los Suns de Phoenix. Antes, cuando era jugador de los Nets fue igual de tajante: "Todos en mi equipo toman café todos los días. Los chicos salen a tomar vino después de los partidos o toman un trago de vez en cuando. La marihuana debería estar al mismo nivel”.

Y no sólo es cosa de los jugadores. “Siento firmemente que la marihuana es una opción mucho mejor que algunos de los medicamentos recetados y sé que está ayudando a muchas personas, lo cual es genial”, afirmó Steve Kerr, técnico de los legendarios Golden State Warriors de Stephen Curry. Un ex jugador como Al Harrington apuntó en la misma dirección durante la burbuja: "Es casi inhumano para ellos no tener marihuana. Necesitan algo para evadirse porque cuando tienen una mala noche pueden volver a su casa y ver a su mujer e hijos. Ahora no. En la burbuja, no pueden escapar del mal juego y desde el punto de vista de su bienestar mental, van a necesitar vicios. Si fuera propietario, preferiría que un jugador mío tomara cannabis en lugar de tomar píldoras o alcohol". La NBA ha decidido colocarse.