Griezmann despierta al Villarreal

Siempre aparece Griezmann cuando el Atlético está en dificultades. Estaba la primera parte en el tiempo de prolongación, perdían los rojiblancos y el francés encontró la manera de librarse de todos para aparecer por un costado, meter un centro raso que atravesó todo el área del Villarreal sin que nadie lo tocara hasta que apareció Witsel al fondo para empujar el empate.

Griezmann está en todos los sitios y en ninguno. No se limita a esperar en el área o en las cercanías para que llegue su oportunidad. Se mueve por todo el campo hasta hacerse incontrolable. En la jugada del gol era Gerard Moreno el que lo perseguía, hasta que se fue a la banda y nadie lo siguió. Un problema que los clásicos solucionaban con marcajes individuales, un arcaísmo que ya pocas veces se utiliza.

Ese dos contra uno de Griezmann y Saúl en el costado sirvió para cambiar el ánimo del equipo de Simeone, que había perdiendo fuerza con el paso de los minutos. El ímpetu en la presión de los primeros instantes que dificultaba la salida del balón del Villarreal se fue diluyendo hasta llegar a la jugada del gol. Una jugada que comenzó en Jorgensen, su portero, y acabó en Sorloth primero y en Gerard Moreno después sin que nadie tuviera la tentación de quitarse la pelota de encima con un pelotazo. Sorloth disparó y el despeje de Oblak lo recogió Gerard, que remató el 0-1 a la primera y con potencia.

Tampoco encontró la manera el Atlético de controlar un contraataque en el que llegaron Baena y Sorloth contra Witsel. Entre Oblak y la ayuda de Molina, que llegó a tiempo de darle un pequeño empujón por la espalda antes de que rematara evitaron que el noruego marcara el segundo.

El Atlético buscaba el gol en la cabeza de Morata. El capitán de la selección estuvo cerca de poner por delante a su equipo con un par de cabezazos. Uno se escapó por poco a la derecha de la portería y el segundo, en un magnífico giro de cabeza que desvió lo justo la pelota con el flequillo después de un centro de Llorente, se lo atrapó Jorgensen.

Simeone movió el equipo para hacerlo más ofensivo. Entraron Pablo Barrios y Lino para acomodarse con cuatro en defensa. Llorente pasaba a ser lateral derecho y Correa también entró para retrasar a Griezmann y que tuviera más peso aún en la creación del juego. El francés entró desde atrás para rematar un pase de Llorente y convertirlo en el segundo gol de su equipo.

Con la ventaja en el marcador, el Cholo regresó a la defensa de cinco. Sus jugadores son polivalentes y se acoplan como módulos que ensamblan de manera perfecta dependiendo de las necesidades del equipo. Sus cambios funcionaban y entre Pablo Barrios y Samu Lino armaron el tercero en un contraataque que llevó Barrios y que Lino empujó a la portería.

El Villarreal ya no estaba tan seguro en el manejo del balón y, sobre todo, en la vuelta atrás. El trajín de entrenadores –en el Metropolitano fue Tena, el director deportivo, el que se sentó en el banquillo– no le ayuda. Aunque dio buenas sensaciones durante gran parte del partido.

El Atlético le hacía daño por la espalda. No está el equipo rojiblanco para hacer favores a nadie. y Griezmann no está dispuesto a dejar que se escapen puntos del Metropolitano. Puntos, además, que sirven para que su equipo supere el récord de victorias consecutivas en casa y en Liga. La marca estaba en 14 ya con Simeone en el banquillo con los triunfos encadenados entre la temporada 2011/12 y 2012/13. Ahora ya son 15. El Atlético es el «7», que dio el primero y marcó el segundo para superar ese récord. Griezmann siempre está cuando se le necesita.