Real Madrid
Ancelotti: versátil, tranquilo, ganador
El Madrid vuelve a confiar en Ancelotti, el entrenador de la Décima, en un año sin gasto... por ahora
Una de las imágenes más virales de los últimos años de Carlo Ancelotti se vio en un partido de la FA inglesa que el Everton ganó 5-4 en el minuto 97. El italiano, para celebrarlo, sopla su café. «No lo celebré porque tenía un vaso de té caliente en la mano y además no sabía si el gol iba a subir o no porque podía haber fuera de juego. Por eso estuve tan calmado, hacía muchísimo frío», explicaba después el nuevo entrenador del Real Madrid para justificarse. Cuando todos esperaban que tirase el café por los aires y saliese corriendo por ese triunfo agónico, el entrenador mantuvo la calma. Puede que fuese frío, pero, sin duda, también fue su personalidad.
Si algo define a Ancelotti es mantenerse sereno cuando todo en el fútbol invita a perder la cabeza. Él ha sido futbolista y ha entrenado en la Premier, al PSG, al Bayern y, ahora, por segunda vez, al Real Madrid. Pocos pueden enseñarle algo en este mundo. «Tuve una infancia muy tranquila. Mi padre nunca se enfadó, y siempre fue tranquilo y paciente. Tengo que decir que, para mi trabajo, mi primer maestro es mi padre», contaba en una entrevista en Inglaterra. El carácter es el destino, dicen: «Me ayudó mucho en mi carrera como jugador y como entrenador», continuaba. Por ese modo de afrontar la vida y el fútbol ha llegado Ancelotti otra vez al Real Madrid, donde el exitoso paso de Zidane por el club parece que ha decidido a los dirigentes a apostar por entrenadores de estilo menos autoritario. Ancelotti, cuando llega a un equipo, lo primero que hace es aprender el idioma. «La comunicación es la parte más importante; comunicarme con los jugadores, transmitirles mi idea del fútbol», dice. El objetivo final es crear un clima positivo, en el que todos los futbolistas se sientan parte importante.
En el fútbol y en la vida hay dos modos de mantener la autoridad y la jerarquía. Una vía apuesta por el mando sin contemplaciones; otra, por otro lado, considera que hay uno que manda, sí, pero que el único modo de ser respetado es demostrar respeto. Que el camino hacia el éxito es más fácil si se colabora. Ancelotti es de esta última corriente y no le ha ido mal.
Por eso dejó tan buen recuerdo en el club, tanto en los dirigentes como en los futbolistas. El entrenador sabe que tiene que adaptarse a lo que se le plantea desde arriba y más en estos tiempos de crisis económica, como a los futbolistas sobre los que manda. «Hay más de una manera de jugar al fútbol», le decía en una entrevista al ex futbolista Jamie Carragher cuando entrenaba al Everton. «Me gustan todos los estilos porque no hay un sistema ganador. Si tengo jugadores diferentes podré jugar con sistemas diferentes», explicaba. Ahí está toda su filosofía: «Hay algunos entrenadores que organizan los equipos por lo que son ellos, no por los jugadores que tienen, pero un equipo con una identidad clara es un equipo limitado. Hay que elegir el estilo correcto teniendo en cuenta la calidad o debilidad del oponente y la tradición del club en el que trabajas».
Explicaba su filosofía con un ejemplo que los madridistas entenderán: «En el Real Madrid yo tenía a Ronaldo. Con un 4-4-2, Ronaldo tenía que ser uno de los delanteros, pero a él no le gustaba jugar ahí, le gustaba la banda. ¿Qué vas a hacer, sacrificar a Ronaldo, que marca un gol en cada partido? Así que le dije: ‘’Cuando tengas el balón, sitúate donde quieras, pero por favor, cuando no lo tengamos, no regreses, mantente en la posición para mantener el dibujo’'».
En este Real Madrid al que vuelve tras años de experiencias y, según dice, siendo un entrenador distinto, se va a tener que adaptar a lo que hay. El club mantiene un ojo en la plantilla y otro en las cuentas económicas, para que la crisis económica por culpa del coronavirus no arruine el futuro. Así que para el primer partido de LaLiga en Vitoria, Alaba es el único fichaje de un equipo que ha dejado que se vayan Sergio Ramos y Varane, ha recuperado a Bale y todos sus futbolistas suman un año más.
El equipo y la forma de jugar dependerán, en buena medida, cómo termina el mercado de fichajes, tanto en las salidas como en la llegada, en singular, de Mbappé. Con él, Ancelotti jugará de una manera; sin él, su misión es conseguir que los tres del centro del campo mantengan un buen estado de forma el mayor tiempo posible, que Odegaard pierda la timidez con la camiseta blanca y arriba que Hazard no se lesione y que Bale se despida del fútbol con la constancia que no ha tenido durante toda su carrera. A cosas más difíciles se ha enfrentado Carlo Ancelotti.