Lejos de su mejor versión, que aún se espera, el Real Madrid, alentado por la inspiración de Marcelo, sacó adelante, plagado de bajas, la visita del Levante.

Volvió el fútbol y el Madrid recuperó la paz tras dos semanas en las que se ha llenado la información del equipo blanco con palabras de unos y otros, rumores y especulaciones, que han hartado a Benítez y que parecían desestabilizar a una plantilla en la que la mayoría de sus jugadores estaban fuera, con las selecciones. Pero volvió el balón al césped del Bernabéu y allí otra vez se sintieron a gusto los futbolistas, sin intermediarios de por medio, y feliz Benítez de hacer lo que más le gusta: ver el partido desde la banda dando órdenes sin parar, pidiendo al equipo estar lo más junto posible y que aproveche al máximo los errores rivales. Fueron así los dos goles que dejaron al Levante sin opciones. Y cuando las tuvo, cuando llegó al área madridista se encontró con un portero que cada encuentro es mejor. Keylor Navas no termina un partido sin hacer un par de paradas de mérito. Contra el Levante ocurrió en la primera mitad, en un remate de cabeza abajo, que el guardameta madridista sacó en una estirada increíble ante la admiración del Bernabéu, definitivamente entregado a uno de los principales responsables de que el Madrid sea casi infranqueable.

Con Navas y con un Levante que tampoco buscó mucho la portería, el Madrid vivió tranquilo. Alcaraz regañaba a sus futbolistas cuando perdían el orden y así estuvo aguantando 25 minutos, mientras el Madrid se tomaba su tiempo y se ordenaba a partir de Casemiro, un futbolista que se está ganando un sitio porque lo que él hace no lo hacen el resto de centrocampistas. Se sitúa entre los centrales cuando hace falta y sabe que su misión no es en ningún caso llegar al área contraria. Con él en ése vértice, Kovacic y Kroos forman un triángulo en el que al alemán le cuesta encontrar el sitio. Pero sigue siendo uno de los mejores jugadores cuando hay que hacer la presión adelantada y se entonó cuando estuvo jugando solo con Casemiro en el segundo tiempo, antes de volver a cambiar de posición, que esas cosas suceden en los equipos de Benítez. Se va cambiando de plan sobre la marcha.

No tuvo prisa el Madrid, al que le cuesta cambiar el ritmo de los partidos. Ronaldo era delantero centro, Bale e Isco cambiaban posiciones y no terminaba de encontrar el modo de superar el orden del contrario. En las bandas. Danilo está a un paso de hacerlo bien, pero le sobra precipitación, mientras Marcelo no aparecía.

Robó un balón, voló hacia la portería, hizo una pared con Ronaldo y marcó. Ya estaba hecho lo principal. Podía ponerse el asunto peligroso si el equipo tardaba más de la cuenta en conseguir romper al Levante. Estas dos semanas han sido algo extraña y ese gol cambiaba todo. Después Kroos robó otra pelota y Ronaldo sació parte de su sed.

En la segunda mitad apareció Jesé, que se convirtió en la gran noticia. Rápido, con ganas y desborde, marcó el mejor gol de la tarde y se pareció a ese jugador al que era muy difícil ver fuera del once.

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3 - Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Varane, Nacho, Marcelo; Casemiro, Kroos, Kovacic (Marcos Llorente, m.77), Isco (Jesé, m.69); Bale (Lucas Vázquez, m.46) y Cristiano.

0 - Levante: Rubén, Simao, Feddal, Juanfran; Morales, Toño, José Mari (Lerma, m.62), Casadesús, Camarasa; Roger (Ghilas, m.54) y Deyverson (Rubén, m.75).

Goles: 1-0, m.28: Marcelo; 2-0, m.30: Cristiano; 3-0, m.82: Jesé.

Árbitro: Jose María Sánchez Martínez, del comité Murciano. Mostró tarjeta amarilla a Morales, Deyverson y Jose Mari, del Levante y a Kovacic, del Real Madrid.

Incidencias: encuentro de la octava jornada de Primera División disputado en el estadio Santiago Bernabeu ante unos 80.000 espectadores. Antes del inicio del partido se guardó un minuto de silencio en memoria del que fuera jugador del Real Madrid Ignacio Zoco, fallecido el pasado 28 de septiembre.