Fútbol
Osasuna - Real Madrid (2-4): El Real Madrid lo tiene muy claro
El equipo de Ancelotti, liderado por Vinicius, ganó con facilidad a Osasuna. El brasileño vio una amarilla y se pierde el partido contra el Athletic
Goleada al Celta y goleada a Osasuna, el Real Madrid ha eliminado las dudas que sumó durante algunos partidos. Lo ha hecho con goles y con el protagonismo incansable de Vinicius, que se ha liado a meter goles y no para. Son tantos de delantero centro delicado, algo que parecía muy lejano al tipo de futbolista que asomaba hace años.
Pero el primer gol de Vinicius, que él se fabricó robando el balón fue una maravilla de amague al portero, Sergio Herrera, para tirarle al suelo y buscarse después el hueco; mientras el segundo, que fue el cuarto del encuentro, fue un toque suave, con el exterior del pie, rozando la pelota lo justo, casi sin ángulo para superar al guardameta levemente y luego celebrarlo ante todo el estadio. Tenía muchas ganas de hacerlo porque entre medias de sus dos goles vio una amarilla por reírse con ironía y rabia de una decisión del árbitro y no jugará contra el Athletic, dentro de dos semanas. Luego se para de nuevo LaLiga por la Copa, así que el siguiente encuentro de Vini como madridista ya será contra el City. Tiene mucho a su favor el Madrid si el brasileño sigue como está.
Tiene mucho a favor el Real Madrid si mantiene esta línea. Vinicius tira de todos, porque siempre quiere más, pero la mejora general del equipo es indudable. En parte, en mucha parte, por Valverde. Le falta el gol para que se reconozca todo lo que hace, pero por ahora eso se le resiste. En cualquier momento uno de sus trallazos en vez de tropezar en un rival, irá a puerta y será imparable.
Estuvo en casi todos los goles del Madrid, pero lo mejor ocurrió en el segundo, después de que Osasuna hubiese empatado el primero de Vini. Brahim se inventó un pase y Valverde dio una media vuelta sin dejar que el balón tocara el suelo. Lo puso en el centro del área sin mirar, pero a un lugar que sabía que iban a pasar cosas. Pasaba Carvajal, que remató extraño Dani fue lateral derecho, como siempre, pero también delantero y centrocampista y aparecía en sitios insospechados siempre.
Osasuna fue desapareciendo ante un Madrid que ha vuelto a coger confianza y quiere resolver LaLiga cuanto antes porque tiene una cita que lo acapara todo en la Champions. El equipo de Arrasate se apuntó al ritmo frenético del comienzo del choque, con goles, ocasiones, caídas en el área e igualdad. Pero volver a empatar el segundo tanto, el de Carvajal, fue una tarea imposible. Sólo se acercó al final.
El Real Madrid tomó el balón, no lo soltó y menos una estirada de Lunin que evitó el empate, Osasuna no tuvo armas para hacer frente al dominio de los de Ancelotti. Con Kroos al mando, junto a Camavinga, en un dibujo que puede ser un 4-4-2 o cualquier cosa, el campo y la pelota era blanca. Y El Sadar, ese estadio que tantas tardes de emoción ha escrito contra el Real Madrid, se hizo a la idea que no había nada que hacer.
En la segunda parte, el Madrid siguió a lo suyo controlado y luego rápidas transiciones, que Vini y Brahim, que oportuno lo suyo, no desaprovecharon. Y casi también Güler. Después, Vinicius intentó, sin éxito que Rodrygo marcase. A lo mejor se los está guardando para la Champions. Porque el Madrid gana, juego y Ancelotti hace cosas que dan que pensar si tiene ese choque en la cabeza, como poner a Tchouameni de central en vez de Nacho. Si Militao no llega, ese es el plan.