Leo Messi tuvo que ganar tres veces la final para ganar, por fin, el Mundial por primera vez. Era su última oportunidad y lo logró. Con el pitido final la locura se desató en el estadio de Lusail y todos los focos se giraron hacia Messi. Y allí apareció ella, emocionada. Con un abrazo de oso, una mujer rodeaba a Messi y la imagen daba la vuelta al mundo. Muchos creyeron que era su madre pero no. ¿Quién era esa mujer misteriosa que se llevó el primer abrazo del argentino?

Antonia Farías, la cocinera de la Selección Argentina no quiso perderse la oportunidad de felicitar al capitán argentino tras consagrase como campeón del Mundial Qatar 2022. No era la primera vez que se daba ese lujo: ya lo había abrazado en la Copa América, que la Argentina ganó en Brasil, y en el partido ganado a Italia por la Finalissima.

Antonia saltó al césped y apenas vio al 10 lo agarró por la espalda. Inmediatamente, al darse la vuelta, Messi se entrelazó con la mujer en un emotivo abrazo. La mujer lloraba de felicidad mientras le susurraba unas palabras al oído.

Conocida también como «Lali» en su entorno, la mujer acompaña a la Selección Argentina desde hace varios años. Es natural de Fortín Olmos, una comuna del departamento de Vera en la provincia de Santa Fe, pero en búsqueda de un futuro mejor se fue de allí cuando era tan solo una adolescente.

Con 15 años, se estableció en la localidad de Ezeiza en Buenos Aires, donde formó y consolidó su familia. Un capricho del destino la llevó a ser la cocinera oficial de la sede de la Asociación del Fútbol Argentino.

En 2010 comenzó a desarrollar su trabajo con la albiceleste, lo que le permite compartir el día a día con los jugadores de la Selección Argentina y sus entrenadores, que en la última década han sido varios.

Actualmente, tiene 42 años y se convirtió en una pieza clave en la organización del fútbol nacional: entre sus pares la identifican como «de avanzada», porque se anticipa a los traslados en cada sede, se acerca a los hoteles donde la Selección Argentina se concentra y dialoga con los profesionales gastronómicos del establecimiento para establcer ñps menús y los planes alimenticios para los jugadores. No deja nada al azar.

Por ellos, se ha convertido en una de las piezas claves en el equipo soporte que acompañó a la Selección Argentina en Brasil, en La Finalissima y ahora en Qatar, porque la dieta de los campeones pasa por su estricta supervisión.

Excepto cuando ganan. Ahí es cuando todos sueñan con el premio de Antonia: “Milanesa napolitana con papas fritas”. Tras ganar a Francia, la historia se repitió: : hubo papas fritas, huevos fritos y milanesas para todos. Y, como no podía ser de otra manera, la Copa del Mundo fue la protagonista absoluta.