FC Barcelona
Hansi Flick, una historia de amor y su confesión más desgarradora: la enfermedad que cambió su vida
El técnico germano será presentado hoy como nuevo técnico blaugrana. Descubre su carácter, su familia y el peor momento de su vida
Tras la destitución de Xavi, Hansi Flick llegaba ayer a Barcelona y hoy será presentado de manera oficial. El de Heidelberg firmará un contrato por dos temporadas, hasta junio de 2026, que puede interrumpirse un año antes si no se alcanzan los objetivos trazados. En ese sentido, el salario del técnico de 59 años será de 3 millones de euros netos por temporada, con primas por trofeos que pueden elevar esta cifra hasta unos 5 'kilos'. Asumirá el puesto con sus ayudantes Toni Tapalovic y Marcus Sorg.
El alemán ha pasado de ser el seleccionador mejor pagado del mundo durante el pasado Mundial de Qatar (6,5 millones de euros) a recortar sustancialmente el sueldo de Xavi para llegar al banquillo culé. Dicen quienes han trabajado con él que Hansi Flick es un técnico capaz de enriquecer al equipo tácticamente. Con él se juntan de forma formidable la planificación y el fortalecimiento estratégico, algo actualmente muy necesitado en el vestuario del Barça. Pero además, tiene un trato cercano con los jugadores.
"Lo que realmente importa"
Pero más allá de su contrato o su sueldo repasamos el lado más personal de Flick: sus orígenes, su carácter, el amor de su vida y el peor momento de su vida.
Hansi Flick creció en Mückenloch, un distrito de Neckargemünd en Baden-Württemberg. Después de graduarse en la escuela técnica, Flick inicialmente realizó prácticas como banquero pero su pasión siempre fue el fútbol.
A la tierna edad de 18 años conoció a su actual esposa, Silke, que en ese momento tenía 15 años. La pareja se casó en 1987 y ha sido un pilar clave en su vida y la protagonista de su momento más duro, como reveló en su libro “En este momento: sobre el éxito, la belleza del juego y lo que realmente cuenta en la vida”.
Un golpe brutal
El destino golpeó brutalmente a su familia después del Mundial de Sudáfrica 2010: a su esposa Silke, el amor de su vida, le diagnosticaron cáncer de mama.
“Tuve un miedo como nunca antes. A Silke le diagnosticaron cáncer de mama. Sentí terror como nunca antes lo había sentido. Estar allí para ella y los niños era aún más importante de lo habitual”, confesaba Flick que durante esta fase un apoyo único de la DFB y pudo retirarse durante un tiempo.
“Todavía admiro a mi esposa por la fuerza y la calma interior con la que superó la difícil situación. Yo lloraba todas las noches. Me quedé en la cama con lágrimas en los ojos mucho más a menudo que ella”, admite Flick.
Sin embargo, afirma que esta etapa de su vida “le enseñó humildad y gratitud”. Ver reflejada la muerte y la propia fugacidad cambia algo en uno, dice el flamante entrenador blaugrana. “Cegamos la muerte, a menudo con habilidad. Sin embargo, según mi experiencia, afrontar el hecho de que no estaremos aquí para siempre conduce a un modo de vida más consciente. Hay cosas más grandes e importantes que el fútbol”, sentencia en un texto cargado de emoción.
Esta experiencia extrema lo cambió. “Desde esta etapa de mi vida veo los encuentros y las relaciones interpersonales desde una perspectiva diferente y nunca los doy por sentado". Y asegura que ya no se toma las derrotas deportivas como algo tan personal y sabe sobreponerse a la presión, algo que sin duda necesitará en Barcelona.
Con Silke, Flick dirigió durante más de dos décadas la tienda de deportes “Hansi Flick Sport und Freizeit ” en su ciudad natal de Bammental, una comunidad cerca de Heidelberg. El técnico abrió la tienda en 1995 tras retirarse de su carrera. Después de 22 años, el negocio finalmente cerró en 2017.
Dos hijas y dos nietos
El orgullo y la alegría de Flick son sus dos hijas, Kathrin y Hannah, que nacieron en 1989 y 1991. Su hija menor, Hannah, que trabaja como fotógrafa y dirige un canal de Instagram en el que muestra su portafolio de fotografías, incluso lo ha convertido en abuelo dos veces. Le encanta jugar Lego con sus nietos.
Según su entorno más cercano si quieres tocar las narices a Hansi Flick, "sólo tienes que llamarlo por su nombre real, Hans-Dieter; a él no le gusta nada. Prefiere que lo llamen por su apodo 'Hansi'". Ahora, comienza una nueva etapa en Barcelona en la que su carácter dialogante y sereno puede ser una baza a su favor.
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