Fútbol

Otro ridículo del Barcelona en Vigo: se deja empatar un 0-3

El equipo azulgrana se adelantó 0-3, con goles de Ansu (que se lesionó), Busquets y Memphis, pero en una segunda parte heroica de los vigueses igualaron con tantos de Aspas (2) y Nolito

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No hay un día feliz para este Barcelona. Este sábado vivía lo más parecido, pues se hizo oficial la llegada de Xavi al banquillo y el partido en Balaídos contra el Celta comenzó como un tiro: nada más empezar, Ansu Fati encontró un gol de la nada. Lo que tanto pedía Koeman en su etapa en el banquillo, lo consiguió el equipo azulgrana cuando el neerlandés ya no está: eficacia. La primera, para adentro. Hasta Sergio Busquets se atrevió a tirar desde fuera del área, una opción que casi nunca parece que está en sus elecciones: el pase siempre primero y casi como única alternativa. Pero el mediocentro estaba bastante solo tras una buena acción de Nico en la banda y chutó tocadita con el interior del pie, con rosca, colocado y premio. Memphis, de cabeza, consiguió el tercero.

El fútbol a veces tiene estas cosas: no estaba siendo un mal partido del Barcelona, pero tampoco era una exhibición para ir 0-3. Es más, antes de todo, Iago Aspas tuvo un acercamiento peligroso y si lo hubiera marcado... Cuando la pelota entra, la vida se ve de otra manera. Pero ni así respiró tranquilo el conjunto azulgrana: el ridículo estaba por llegar. Lo que tenía que hacer sido un segundo tiempo de puro trámite se convirtió en una pesadilla...

… Aunque todo había empezado antes porque justo antes del descanso Ansu Fati se rompió. El canterano corrió para desmarcarse y tuvo que frenar, cojeando, la mano a la parte de atrás del muslo izquierdo. Una lesión muscular en los isquiotibiales que le hará perderse la cita con la selección. Y desde ahí, de mal en peor.

Porque el segundo tiempo lo empezó Eric García por unas molestias y Nico, otra vez destacado, se tuvo que retirar “tocado” para que entrara Riqui Puig. Las desgracias se fueron acumulando, pero tampoco eso es excusa para lo que sucedió. Se vino arriba el Celta, bravo, consciente de que el castigo había sido severo y que la diferencia no era tanta. Apretó arriba con todo y pronto encontró el gol de Iago Aspas, que fue más un regalo de Ter Stegen porque le dejó suelta una pelota que ya parecía tener controlada. Empezó a robar balones el equipo celeste, no llegaba el Barcelona a la portería de Dituro y no está el equipo sobrado de moral. Nolito redujo distancias, pero le anularon el gol por mano previa. A la segunda, de cabeza, sí subió al marcador el tanto, y quedaba por delante un mundo, 20 minutos.

Le podían temblar las piernas al conjunto barcelonista, en el que entraron Balde, Abde... Otra vez los niños a jugar, porque no queda otra. Parecía que se había serenado el equipo, recuperó el control e incluso Frenkie de Jong tiró una al larguero. Pero no supo el Barcelona resistir hasta el final. Los últimos minutos se dedicó a despejar balones, no a dominar con la posesión, a que pasara el tiempo, y Aspas lo castigó con un gran tanto de tiro ajustado al palo. El Celta tuvo un empate que le supo a gloria. El Barça está más hundido. Y ahora, que llegue Xavi y lo arregle...