Neymar deslumbra y pierde

Los de Emery se impusieron a un Barcelona que lo intentó, que tuvo muchas oportunidades, pero que sólo pudo marcar de penalti.

La ausencia de Leo Messi, como no puede ser de otra manera, empequeñece al Barcelona. Sobre todo, contra el Sevilla, víctima favorita del «crack» como lo demuestran los veintidós goles que le ha endosado. Ojo, no es que sin el argentino sea tarea fácil desorejar al campeón, un morlaco de cuidado aunque juegue con los suplentes, sino que hay futbolistas que ejercen un influjo casi sobrenatural sobre según qué adversarios. De modo que este Sevilla depresivo y a pique de sumirse en una crisis de incalculables consecuencias, recibió al Barça con cierto optimismo, como si en lugar de ser un aspirante a aristócrata fuese un paria sin nada que perder. Y esa actitud despreocupada, casi naif, le regaló un triunfo balsámico.

Si algo tiene de malo contar con un genio del calibre de Messi es que su rutilante luz eclipsa a los demás, aunque se trate de jugadores tan superlativos como Neymar. El brasileño asumió de forma natural el liderazgo de las operaciones ofensivas del Barcelona y dio un recital en el Sánchez Pizjuán, sin premio por aquellas casualidades de la vida. En la primera parte, pese a la trampa para elefantes que había hecho de su alineación Emery, con cuatro mediocentros intentando asfixiar al rival, los locales sólo mantuvieron virgen su portería por pura intercesión divina. En este periodo, Neymar asistió dos veces a Suárez, pero el charrúa marcó cuando estaba en fuera de juego y permitió que Kolo se le echase encima cuando estaba en posición correcta.

Sin embargo, la jugada milagrosa se produjo cuando el descanso asomaba, en un libre directo de Neymar que tocó Sergio Rico hacia su palo izquierdo y el balón, tras golpear en el poste, hizo equilibrismo sobre la línea hasta tocar la madera derecha. Por qué Piqué observó el viaje de la pelota sin empujarla a las mallas es una pregunta que sólo encuentra respuesta en la compleja cabecita del central. Cuando decidió marcar, se chocó con Coke, que se arrojó como un leopardo y celebró su salvamento con tanto brío como si hubiese hecho un gol.

En diez minutos de magia, decantó el partido el Sevilla, ayudado eso por la pésima defensa culé. Gameiro, el hombre en forma, achicharró en carrera a Alba y Mathieu para ponerle en bandeja a Krohn-Dehli el 1-0. Enseguida, el danés incurrió por la izquierda y quiso devolverle el favor al francés, que se quedó con el molde de la chilena porque Iborra metió su cabeza para marcar el segundo y desatar el delirio en las gradas.

No se descompuso el Barcelona, al contrario. Con todo perdido, recuperó sus fundamentos de toque y paciencia para cercar a un Sevilla al que salvó Sergio Rico, con tres fenomenales intervenciones sobre Neymar en apenas dos minutos. Se reivindicó el joven portero, muy criticado esta semana, y estuvo a punto de encumbrarse porque tocó con la yema de los dedos el penalti que supuso el 2-1. El tanto encajado trajo el pánico a las filas sevillistas. Un asedio en toda regla fueron los últimos veinte minutos, en los que se acumularon las ocasiones. Sandro, a puerta vacía, se topó con el palo y media docena de disparos a bocajarro chocaron con las piernas de los defensores que Emery había amontonado en su área pequeña.

- Ficha técnica:

2 - Sevilla: Sergio Rico; Coke, Andreolli, Kolodziejczak, Tremoulinas (Mariano, m.88); N'Zonzi, Krychowiak; Krohn-Dehli, Iborra (Reyes, m.70), Vitolo; Gameiro (Llorente, m.72).

1 - Barcelona: Bravo; Sergi Roberto, Piqué, Mathieu (Dani Alves, m.60), Jordi Alba; Rakitic, Busquets, Mascherano; Munir (Sandro, m.60), Luis Suárez y Neymar.

Goles: 1-0, M.52: Krohn-Dehli. 2-0, M.58: Iborra. 2-1, M.74: Neymar, de penalti.

Árbitro: Jesús Gil Manzano (C. Extremeño). Amonestó a los locales Krychowiak (m.19), Andreolli (m.22), Kolodziejczak (m.33), Tremoulinas (m.73) y Llorente (m.75), y a los visitantes Busquets (m.28), Mathieu (m.48) y Jordi Alba (m.60).

Incidencias: Partido de la séptima jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante unos 40.000 espectadores, que prácticamente llenaron el graderío. Césped en perfectas condiciones.