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Vuelve la Liga

El Atlético vuelve a sufrir la crueldad del fútbol (3-2)

Perdió en el último minuto contra el Cádiz después de que Joao Félix consiguiera igualar un partido que había nacido torcido para el Atlético

Los jugadores del Atlético se lamentan después del último gol del Cádiz
Los jugadores del Atlético se lamentan después del último gol del CádizRomán RíosAgencia EFE

El fútbol es capaz de recrearse en la crueldad. Después de quedar eliminado de la Liga de Campeones con un penalti fallado en el minuto 99, el Atlético perdió contra el Cádiz en el minuto 99 otra vez. La derrota fue más cruel porque el Atlético había conseguido remontar en los últimos instantes un partido que le había nacido torcido.

En cinco minutos Joao Félix había igualado el partido con su calidad y con dos goles, pero cuando moría el partido Sobrino remató de manera inverosímil el tercero del Cádiz. Una puñalada irreversible para el Atlético, que ni siquiera pudo sacar de centro. Sánchez Martínez pitó el final del encuentro después de dar validez al gol.

No había nada que hacer para el Atlético, que cargó todo el partido con la culpa por su desconexión inicial. No es sencillo volver a conectar el cerebro y los músculos después de una decepción como la que sufrieron los rojiblancos entre semana. Antes de que pudieran centrarse en lo que les ocupaba ahora se encontraron con un gol en contra.

No se había cumplido el primer minuto y el Atlético ya estaba obligado a remontar el gol de Bongonda. En la primera jugada del partido los rojiblancos ya quedaron heridos.

Simeone quiso dar confianza a Carrasco, el hombre que asumió la responsabilidad en el último momento al lanzar el penalti que dejaba fuera al Atlético de la máxima competición continental. Griezmann, sin embargo, empezaba en el banquillo. Como Joao Félix. Ninguno de los dos apareció en el campo cuando al Atlético parecía que no se le podía complicar más la vida. Morata se marchaba del campo a los diez minutos, lesionado, y dejaba su lugar a Cunha.

Tardaron en entrar en el campo el francés y el portugués. Cuando pisaron el césped el Atlético apenas había conseguido molestar a Ledesma. Su preocupación fundamental había sido parar las llegadas de Ocampo por la izquierda. El uruguayo superaba una y otra vez a Molina por su costado, aunque los pases decisivos los daba el Pacha Espino por ese mismo lado. Suya fue la asistencia para el primero de Bongonda y repitió para que Álex Fernández marcara el segundo.

Parecía imposible que el Atlético pudiera recuperarse de tantos golpes, pero Joao Félix se empeñó en demostrar que llegó para jugar algo más que los minutos de la desesperación. Asomó primero para marcar con una media chilena que Luis Hernández desvió a gol. Y poco después igualó el partido con un lanzamiento desde fuera del área.

Simeone había decidido arriesgar en los últimos instantes. Joao estaba acompañado por Pablo Barrios, un canterano atrevido que puso su fútbol a disposición de la remontada.

Pero el trabajo se quedó a medias porque cuando el partido se acababa apareció José Mari por la derecha para poner un centro al área pequeña que remató Sobrino a gol. Era el tercero del Cádiz, el que marcaba el hundimiento definitivo del Atlético, que en cuatro días ha sufrido dos golpes dolorosos en el último momento. Crueldad infinita.