Vuelve el fútbol, vuelve la fiesta

Después de un verano eterno para los amantes del fútbol y con el aperitivo de la Supercopa, vuelve la Liga. El título no va a ser un paseo militar para los de Ancelotti como sucedió la temporada pasada. El Madrid seguirá siendo un equipo rocoso y difícil de ganar, pero está por ver hasta cuándo durará la épica de las remontadas en los minutos finales de los partidos.

El Barcelona y, sobre todo, el Atlético de Madrid renunciaron el curso pasado al título antes de Navidad. Los de Xavi se han reforzado como no cabía esperar de un club con una situación financiera bastante deplorable. A base de vender patrimonio futuro, Laporta ha conseguido ilusionar a los suyos gracias a las famosas palancas, tan difíciles de explicar como imposibles de entender.

El Atlético ha hecho una buena pretemporada, pero la desilusión de la campaña pasada aún está presente y hará falta cierta continuidad para confiar en los de Simeone como candidatos al título. El verano lo ha protagonizado el deseo de Ronaldo, su representante y la prensa deportiva española de recalar en el Metropolitano, pero entre todos no han conseguido convencer a los rojiblancos, que no han visto claro el fichaje ni deportiva, ni económica, ni socialmente.

La parroquia rojiblanca espera con ansiedad que este sea, por fin, el año de explosión de Joao Félix, buque insignia del Atlético del presente y del futuro. Serán los tres grandes y algún invitado más los llamados a dar espectáculo en un año peculiar, dominado por el Mundial de Catar que, habiendo pagado las voluntades de algunos, ha conseguido cambiar el calendario europeo para que los que deciden se puedan llenar los bolsillos de billetes. De momento, lo mejor es que vuelve el fútbol y vuelve la fiesta.