Historias del balón
¿Sabías que el Real Madrid quiso jugar en el campeonato catalán?
Tras el estallido de la Guerra Civil, la competición nacional de fútbol se suspendió y el Real Madrid intentó, en 1936, ser inscrito en el Campeonato de Cataluña.
Uno de los episodios más incomprensibles de la historia del fútbol español, y del que cada equipo da su versión particular, es el que vincula al Real Madrid con el campeonato de Cataluña en 1936.
El 17 de julio de 1936 estalla la Guerra Civil española y los rebeldes, dirigidos por Emilio Mola y Francisco Franco, empiezan a tomar el control de algunas ciudades. La temporada de fútbol se inicia con aparente normalidad, pero el 3 de octubre de ese año la Federación Española de Fútbol anuncia la suspensión de la temporada 1936/37. Cuando estalló la Guerra Civil los clubs tuvieron que afrontar la ruina económica y fueron muchos los jugadores que perdieron la vida en el campo de batalla o se exiliaron.
El fútbol era imposible, y Pablo Hernández Coronado, que había sido portero del equipo y para entonces era secretario general del club, concibió la idea de trasladar al Madrid a Cataluña e inscribirlo en el campeonato catalán. Para entonces el frente aún quedaba muy lejos de Barcelona. El Madrid tenía un buen equipo. Había sido el último campeón de Copa, pocos días antes de la guerra, batiendo 2-1 al Barça en la final.
El Madrid se adelantó en los primeros minutos con los goles de Eugenio y Lecue, pero el tanto de Escolà en el 29′ dejó la incertidumbre en el marcador hasta el final. Este partido fue el último como madridista de Ricardo Zamora, que realizó varias paradas decisivas para levantar el título.
Muchos organismos oficiales se desplazaron desde Madrid a Barcelona, Valencia y Alicante para evitar que cayeran en manos de los sublevados.
En Madrid, la Dirección General de Seguridad había prohibido cualquier competición deportiva. Asimismo, el Frente Popular se había incautado la Real Federación Española de Fútbol, la Federación Castellana de Fútbol, el Athlétic Club de Madrid (como se denominaba en aquellos años al actual Atlético de Madrid) y el Real Madrid.
Igualmente, a finales de agosto y a pesar de los bombardeos y de lo mermado de sus plantillas, Madrid y Athlétic comenzaron sus entrenamientos de cara a la siguiente temporada, pero sólo jugaron algunos partidos amistosos y benéficos. En Madrid, el Delegado de Orden Público había prohibido todos los torneos oficiales de fútbol.
Sin embargo, el Madrid y el Athlétic deseaban competir, así que intentaron unirse al Campeonato Super-regional Valencia y Murcia. Para prevenir un posible cierre de comunicación de la vía entre Valencia y Madrid, se decidió que lo mejor era que ambos equipos se instalasen en Valencia o Alicante durante la duración del torneo.
Todo parecía bien encaminado, ya que incluso se había sorteado la primera jornada, incluyendo a ambos equipos, pero a última hora, la Federación no permitió a los conjuntos madrileños participar en el Campeonato Super-regional, en principio, por no considerarlo lo suficientemente seguro.
Jugar como “invitado” en Cataluña
El Real Madrid, a instancias de su Secretario Técnico, Pablo Hernández Coronado, a mediados de octubre de 1936, se ofreció para jugar como club “invitado” en el Campeonato de Cataluña, que contaba con la participación del Barcelona, Español, Badalona, Gerona,Sabadell y Granollers. El Madrid venía de ganar la Copa al Barça, el 21 de junio de 1936, un motivo más a sumar podía ser cierto temor culé a que el Madrid pudiera ganarles el Campeonato de Cataluña. Esto supondría que un equipo no catalán y que representaba los ideales contrarios a los que defendía el Barcelona podría ser campeón de Cataluña.
Decididos a jugar, el equipo blanco se trasladó a Cataluña con los porteros Espinosa y Alberty, los defensas Ciriaco, Quesada y Bonet, los medios Pedro Regueiro, Villita, Valle y Antonio Bonet, y los delanteros Luis Marín, Luis Regueiro, López Herranz, Lecue, Malbo, Emilín Alonso, Alfonso Sanz y Emilio Sánchez.
El 23 de octubre, la prensa barcelonesa, anunció que el Sindicato de Profesionales del Fútbol de Cataluña apoyaba la inclusión del Madrid en la competición “por deber social y de ciudadanía”. Al día siguiente, el Sindicato de Futbolistas acordó dirigir el escrito pertinente a la Federación Española, que en ese momento también estaba sometida a un delicado proceso de incautación, y estaba siendo gestionada en precario desde Barcelona por el Secretario General Ricardo Cabot.
El Español acogió la propuesta con afecto, pero no así el Barcelona, que se negó a prestar su estadio.
De todos modos, las perspectivas de arreglo eran esperanzadoras y el Madrid decidió alquilar un espacioso chalet en El Masnou para montar su cuartel general y comenzó sus entrenamientos.
Pocos días después se convocó una reunión de todos los clubes catalanes, que mostraron su adhesión al Madrid, con la excepción del Barcelona. Las negativas del Barça y de la Federación Catalana acabaron con las posibilidades de participación del Real Madrid en la competición regional de Cataluña.
La Federación Catalana, a través de su Presidente, Ramón Eroles, alegó que no se podía alterar el campeonato apoyándose en principios reglamentarios. El ofrecimiento posterior para acoger, de forma individual, a los jugadores madridistas que quisieran jugar en los clubes catalanes fue rechazado por el Madrid.
Otra solución propuesta al club madrileño fue la creación de otro campeonato teniendo en cuenta a la Federación Catalana y a otras federaciones para organizar una competición en una zona más amplia donde la República seguía instaurada. Todo ello con la suspensión inminente, si se llevaba a cabo dicha nueva competición, de la copa que se estaba disputando. Sin embargo, el Madrid no prestó interés en esta propuesta.
El Barça y su “esencia racial”
Según el acta de la reunión del Comité de Empleados del Barça del 14 de octubre de 1936, el Club se opuso a la inclusión del Madrid en el Campeonato de Cataluña para no “mixtificar ni perder ninguna de sus esencias raciales y profundamente espirituales que constituían el fundamento base de su esplendorosa historia”.
En otras palabras, que el Campeonato de Cataluña sólo lo podían jugar equipos catalanes.
El Real Madrid, en una nota a la prensa, expresó su sorpresa por tal decisión, pero ya no hubo marcha atrás. El Madrid no jugó el campeonato catalán y abandonó el caserón de El Masnou.