'Greetings from Giza', del artista francés JR, para el proyecto 'Forever is Now', organizado por Art D’Égypte en 2021

'Greetings from Giza', del artista francés JR, para el proyecto 'Forever is Now', organizado por Art D’Égypte en 2021

Arqueología

Tabú, falta de interés o desconocimiento, ¿por qué los egipcios no representaban gráficamente las pirámides?

Aunque los nuevos hallazgos sobre las imponentes construcciones del Antiguo Egipto se siguen sucediendo, todavía es un misterio el por qué no aparecen en papiros ni en bajorelieves de la época.

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Javier Pérez Fernández
Publicada

Las pirámides de Egipto son una las construcciones humanas más impresionantes, y también una de las más antiguas. En tales condiciones, se supone que lo deberíamos saber casi todo sobre ellas, pero hay tantas preguntas aún por responder que, prácticamente cada trimestre, sale una noticia hablando de nuevos hallazgos, aunque la mayoría de las veces no lleguen a confirmarse.

La última, de hace sólo unas semanas, describe unas enormes estructuras helicoidales en su base, enterradas a muchos metros de profundidad. Y no, tampoco esta vez parece que haya mucho de cierto en ese anuncio.

Lo que sí sabemos, porque es un hecho difícil de negar, es que la más grande de ellas, la pirámide de Keops, en Guiza, tiene 138 metros de alto (aunque originalmente medía 146,6 metros), una base cuadrada de 230,3 metros y fue construida con aproximadamente 2,3 millones de bloques de piedra cuyo peso medio es de 2,5 toneladas, aunque algunas llegan a alcanzar las 60 toneladas. Aquí termina la unanimidad.

El resto de los datos han sido debatidos durante mucho tiempo. Por ejemplo, la fecha de su construcción: según el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, se construyó aproximadamente entre los años 2550 y 2527 antes de Cristo. La cronología se ha basado en la duración y etapas del reinado de Keops, al que actualmente se llama Jufu.

Tampoco está del todo clara la magnitud de la mano de obra empleada. Heródoto dejó escrito, tras sus viajes por Egipto, que le habían hablado de 100.000 trabajadores, aunque actualmente, según el mismo Consejo Supremo de Antigüedades y otros autores, como Mark Lehner, estiman que fueron entre 15.000 y 35.000, basándose en cuestiones demográficas y en el tamaño de los asentamientos para trabajadores descubiertos en las inmediaciones.

Las pirámides de Guiza

Las pirámides de Guiza

De todos modos, la controversia persiste, y si alguien quiere tomarse la molestia de dividir el número de piedras entre el número de días, con la necesidad de elevar esos bloques a una altura media de sesenta metros, seguramente se encontrará con un resultado interesante. Trabajando veinticuatro horas al día, siete días a la semana, hay que colocar un bloque cada cinco minutos, aproximadamente, si no hemos incurrido en error aritmético.

Todo ello con herramientas de bronce, pues los egipcios no conocían el hierro, y sin contar lo que supuso el trabajo de consolidación y explanación, milimétrico, de los 52900 metros cuadrados de base. Y aún estamos dejando aparte lo que supuso la gestión de los recursos humanos de un proyecto semejante, pues coordinar a cientos, o miles, de trabajadores en un espacio tan pequeño no debió de ser precisamente sencillo.

Con esto, por supuesto, no queremos decir que las construyeran los extraterrestres, como seguramente algún lector esté sospechando ya. De lo que se trata es de dar una idea de la inmensa, casi inimaginable magnitud de la tarea, para luego encontrarnos con que no hay representación gráfica alguna sobre este prodigio.

Existe un testimonio escrito sobre la contabilidad de las cuadrillas que llevaban piedra Guiza en tiempos de la construcción de la Gran Pirámide, aunque no dice explícitamente que ese fuese el trabajo en el que estaban empleados. Se trata del Diario de Merer, un papiro descubierto en 2013 en la costa del Mar Rojo. Pero ni una sola imagen que muestre una pirámide, terminada o sin terminar.

La escritura egipcia está formada fundamental y casi exclusivamente por símbolos gráficos. Y cuando esto no era suficiente, dejaban constancia de sus logros y preocupaciones en magníficos bajorrelieves, papiros, y todo tipo de grafismos.

En los templos, tumbas y otros monumentos que han llegado hasta nosotros, aparecen toda clase de escenas de la vida cotidiana, mitológica y religiosa. Por ejemplo, aquí hay una representando los instrumentos médicos de la época:

Instrumentos médicos antiguos representados en el Templo de Kom Ombo

Instrumentos médicos antiguos representados en el Templo de Kom Ombo

En esta otra, especialmente interesante, se describe el transporte de una estatua colosal sobre una especie de patín:

Bajorelieve de Deir El Bersha

Bajorelieve de Deir El Bersha

Pero el caso es que, debemos insistir, en ninguna parte aparece un solo papiro o una sola representación en bajorrelieve, o de cualquier otra forma, que contenga una pirámide o haga la menor alusión al momento que se construyeron.

En el excelente libro Description De L'Egypte, de Gilles Neret, recomendable por muchos motivos, aparecen más de tres mil ilustraciones de todo lo que uno sea capaz de imaginar sobre Egipto, pero no hay ni una sola de las pirámides que fuese creada en el momento en que se construyeron, o incluso siglos después, durante las dinastías siguientes.

Aunque esto no deje de ser más que una curiosidad, sigue causando extrañeza:
¿De verdad que nadie tuvo la idea de hacer un grabado o un bajorrelieve de cómo se construían sus principales monumentos? ¿Ni siquiera para dar las gracias a algún dios o a algún faraón? ¿Cómo es posible que representasen en su arte todas las escenas posibles de la vida cotidiana y no haya nada de ese tema en concreto?

Hay cuatro hipótesis principales para explicar esta rareza:

En primer lugar, puede que simplemente las dejaran fuera por algún tipo de tabú relacionado con el mundo de los muertos, pero lo cierto es que existen abundantes representaciones de los dioses y de los procedimientos para embalsamar cadáveres, con sus vasos canopos destinados a contener las vísceras, por lo que no parece que los egipcios fuesen muy pudorosos con el tema.

También es posible, en segundo lugar, que existieran esas representaciones pero no las hallamos encontrado todavía o fuesen destruidas en algún momento por motivos que desconocemos.

En tercer lugar, esta ausencia de imágenes de las pirámides puede deberse a que simplemente se interesasen por la representación de objetos inanimados, ya que las imágenes de otras construcciones son también bastante infrecuentes.

Y por último, en cuarto lugar, está la opción preferida por todos los amigos de lo oculto y lo maravilloso: que no tuviesen ni la más remota idea de cómo habían llegado semejantes monstruosidades de piedra a sus tierras y prefiriesen no aproximarse mucho al asunto.

Antes mencionábamos a Heródoto, tomando nota de los testimonios que le dieron, y quizás sea importante aclarar que cuando el griego llegó a Egipto, las pirámides ya llevaban dos mil años allí. Y si él no pudo asegurarse de la veracidad de sus fuentes, a nosotros sólo nos queda esperar que algún hallazgo nos aclare los puntos dudosos.