Los Brooklyn Nets vencieron a los Cavaliers por 123-109 en un partido que dejó la que es sin duda, y parece que será, la jugada del año en la NBA. La comienza Blake Griffin, que lucha una pelota, la atrapa con dificultades y cuando ve que sus compañeros corren, se la da de espaldas, sin mirar y girando en el aire. La bola cae en las manos de Kyrie Irving, que se la da rápidamente a Mike James. Era una canasta fácil para él, pero decide rizar el rizo y en lugar de anotar, tira la pelota contra el tablero para que Kevin Durant la reviente contra el aro.

Así lo explicaron después sus protagonistas. “No me gusta darme una palmadita en la espalda, pero esta vez lo conseguí”, dijo Griffin, el que lo comenzó todo y el ideólogo. “Les grité a todos que se fueran. Se la pasé a Kyrie. Le estaba gritando a Kyrie que se lo diera a Mike y le dije a Mike que lo tirara contra el tablero. Kevin acaba de machacarla. No le dije nada. No quiero atribuirme ese mérito. Estos tipos lo hicieron, pero yo estaba un poco orquestando desde atrás”, añadió. No lo vio de la misma manera Mike James, que hizo la maniobra más arriesgada de toda la acción: “Mi instinto fue tirar el balón contra el cristal, pero estaba un poco nervioso porque si hubiera sido malo, creo que mi carrera en los Nets como jugador habría terminado”.