Fútbol

El Barcelona se pega un tiro en el pie ante el Cádiz (2-1)

Otro gol regalado frena la reacción de los azulgrana, que vuelven a caer y ya tienen al Atlético de Madrid a doce puntos

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La Liga ya es una utopía para el Barcelona. Sí, es diciembre y queda mucho campeonato, pero está ya a doce puntos del Atlético de Madrid, con los mismos partidos que el equipo de Simeone, y sin dar la sensación de poder encadenar una racha de esas de ocho o diez partidos que vuelvan a meterle en la pelea. Pasados los dos duelos de la Champions casi intrascendentes y el triunfo ante Osasuna en casa volvió la versión esa de sí, pero no: equipo con buena pinta, pero poco contundente, atascado a veces y muy inocente, regalando goles, como si fuera fácil después remontar. Por sexta vez empezó perdiendo y nunca ha conseguido dar la vuelta al marcador. Esta vez parecía que sí, pero tampoco, por otro error individual, otro gol servido en bandeja, como pasó con el Alavés, como pasó por el Atlético...

Pero antes de ese ridículo tanto, de nuevo con poco le hicieron uno antes al Barça. Durante los primeros diez minutos tuvo todo el rato la pelota, buscando el hueco, de aquí para allá, que si un desmarque de Griezmann, que si una entrada de Dest... Y la primera vez que se estiró el Cádiz, córner. Y el primer y único córner en ese primer tiempo, gol de Álvaro Giménez con algo de incertidumbre porque hubo que esperar al VAR, pero todo fue correcto. El tanto reforzó la idea del conjunto andaluz, que salió al encuentro concienciado en defender y en que iba a pasar mucho rato sin la pelota, pero eso no es un problema para ellos. El esfuerzo y la solidaridad no se negocian en el conjunto de Cervera, bien trabajado, con ayudas constantes y cerrando huecos. Antes del descanso apenas concedió un remate de Braithwaite que paró Ledesma y una falta de Messi ante la que también respondió el meta.

No esperó Koeman en mover a su equipo y sacar a Dembélé, para vivir diez minutos de vértigo al regreso de los vestuarios. De repente, la pelota empezó a correr rápido y el Cádiz comenzó a dar pasos atrás. Se metió en su área sin remedio y ahí ya le tocó sufrir más. El gol puede llegar de cualquier manera, y lo hizo con un rebote de Alcalá tras un centro de Jordi Alba. Había empatado el Barça con más de media hora por delante y la sensación y la velocidad de juego eran distintas con Pedri haciendo de enganche y la amenaza de Dembélé en el uno contra uno. Pero de nuevo en esa situación se hizo un lío incomprensible. Otra vez fue un fallo individual, no como colectivo. O de muchos individuos, no de posicionamiento: primero Jordi Alba hizo un saque de banda hacia atrás que parecía una bomba; le botó el balón a Lenglet y no supo qué hacer, se le escapó y Ter Stegen no la despejó a córner. Negredo lo aprovechó para hacer el segundo. «Gracias», dijo.

Todo fue precipitación a partir de ahí. El Cádiz pudo matar el duelo a la contra, el Barça también la tuvo en los pies de Pjanic, que acababa de entrar. Una lotería en la que otra vez lo tocó perder. No supo jugar ni remontar el Barcelona, que tampoco se puede encomendar ya al mejor Messi ni a sus pases ni a sus faltas.