¿Arte o maltrato? Las opiniones más controvertidas sorbre el toreo, en "La última lidia"
El documental aborda el debate social sobre la tauromaquia desde el respeto y los argumentos de ambas partes, sin apasionamientos
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Aunque 95 minutos (o un millón de años) siempre serían pocos para intentar poner de acuerdo a defensores y detractores de la tauromaquia, han sido suficientes para que Capa España condensara en un documental, "La última lidia", todo el debate en torno a la actividad taurina de una manera respetuosa, equilibrada y argumentada, características que no siempre están presentes en este tipo de enfrentamientos, en los que usualmente el apasionamiento suele romper la concordia.
Es cierto que "La última lidia" no pretende decantar la balanza de uno u otro lado, pero quien aún no tenga una opinión formada acerca de este tema encontrará un amplio argumentario que le permitirá enriquecer su conocimiento al respecto, sobre todo por la calidad de los aportes que hacen todos los personajes que intervienen en el documental. Y aunque es evidente que cada uno de ellos es parcial y defiende su posición, también es verdad que cada idea, cada pensamiento expresado es digno a tener en cuenta.
Para ponernos en situación, el documental aborda la cuestión taurina desde diferentes ángulos. Por un lado, mantiene el respeto por el festejo como tal, llevando un orden en el relato de lo que pasa en una corrida, con sus respectivos tercios, de la mano del cronista Juan Ortega, quien explica de manera fácil de entender para todo tipo de espectadores lo que va sucediendo en cada instante de la lidia. No faltan los clarines y timbales, ni los pasodobles que amenizan los festejos. De forma paralela, el matador de toros Fortes cuenta su experiencia en primera persona. Con la misma honestidad que pone en el ruedo, delante de los toros, el malagueño habla de sus inicios, de su situación y circunstancias personales, sus pensamientos, sus sentimientos frente a la profesión. También la matadora Mari Fortes, aporta esta vez su perspectiva como madre del torero, subrayando la parte humana.
Al mismo tiempo, esta narración se salpica con la opinión de expertos que abordan, desde su posición parcial, un amplio abanico de argumentos que se esgrimen a favor y en contra del toreo. Voces como las de la escritora Rosa Montero, hija de Pascual Montero, quien fuera novillero en los años 30, y banderillero de postín, que toreó en las cuadrillas de Mario Cabré, Carlos Arruza, Fermín Rivera, Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez, de quien fue peón de confianza. Sin embargo, la suya es una opinión a la contra, como las de Aída Gascón y Francisco Vázquez, de Animanaturalis, Ezequiel Páez, investigador en ética animal, Ismael López, cofundador del Santuario Gaia, el historiador Juan Ignacio Codina, el veterinario Agustín González y la ecóloga Elena Velado. Todos ellos, en distintos momentos del documental, esgrimen sus puntos de vista sobre la tauromaquia desde la otra orilla, apelando a la ética, la nueva conciencia en la relación del hombre con los animales, el sufrimiento de la res durante la lidia y, por supuesto, la muerte, como línea roja.
A pesar de las muchas voces que intervienen en este trabajo, el ritmo de la cinta permite la reflexión y cada idea es expresada claramente. Seguramente la mayoría puedan ser rebatibles (como el hecho de pretender hacer pasar a Goya como contrario a las corridas de toros), pero al ser expresadas sin enfrentamientos dan ese toque de respeto que permite al espectador formarse una opinión y, probablemente, si consigue despertar su interés, le invitará a profundizar más su conocimiento, lo que siempre será un éxito para una producción como esta.
Pero, sin duda, el aporte diferencial, es el de intentar dar voz al único que no puede decir nada en el debate: el toro. Y aunque lo individualizan en “Tabacalero”, un toro lidiado por el propio Fortes en la plaza de toros de Málaga, consiguen enseñar una perspectiva real de la mano del ganadero Joaquín Núñez del Cuvillo y del mayoral de la ganadería Juan Lebrón, quien tiene la misión de cuidar al toro desde su nacimiento hasta que es llevado a la plaza. Son ellos los encargados de explicar el carácter que los hace especiales, su naturaleza y lo que les hace comportarse con esa bravura que se ha convertido en el emblema de la marca España. También el periodista Paco Aguado describe el arraigo histórico del toro en España y el porqué de su evolucionado comportamiento, además de abordar la percepción del toreo como arte. Algo en lo que el comisario de arte Rafael Doctor también aporta su docta opinión.
No falta tampoco la visión extranjera, esta vez en boca de la escritora y fotógrafa estadounidense Muriel Feiner y el premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa, quienes además inciden en el carácter de sentimiento y emoción, algo para lo que, normalmente, no cabe explicación ni razonamiento. Quizás por eso “La última lidia” deja acertadamente la conclusión al propio espectador.
Para poner orden en un tema en lleno de aristas y de opiniones encontradas, esta producción de Capa España contó con los directores Tomás Ocaña e Ismael Morillo, quien también participó en la elaboración del guion, al lado de Adolfo Moreno, Antonio Ojeda, Carmen Estirado y Antonio Díaz Pérez. David Ávila, Alberto Caballero y Marta Bolaños fueron los encargados de la musicalización, mientras que la fotografía fue cuidada por Sofía Urwitz. “La última lidia”, ha sido producida por Zebra Producciones, Izen Documentales y Documental La Lidia.