Boris Izaguirre se pasa a la zarzuela: "Esto es mejor que el metaverso, es libertad"
El escritor y presentador firma el libreto de "Trato de favor", donde coincide con Ainhoa Arteta: "Esto es el principio de mi nueva vida", dice la soprano
Daniel Bianco habla como si fuera un enfermo terminal: "Me queda poco tiempo". Está "casi de retirada", apunta. Y en parte es así: poco más que el descuento es lo que le resta en la casa, en el Teatro de la Zarzuela. Sin embargo, su agonía "vital"/laboral contrasta con el vigor y el impulso que trata de darle al "género chico" en sus últimos momentos al frente de la institución. Todavía con los ecos de los aplausos de ese Policías y ladrones que rompió la sequía de décadas de estrenos, vuelve a la carga con otra nueva puesta de largo, Trato de favor.
Su empeño en renovar la escena no cesa. Tira ahora de dos estrellas en lo suyo, aunque muy alejadas del mundo zarzuelero, para gritar que "aquí está la zarzuela": Lucas Vidal, compositor cinematográfico (Fast and Furious 6, Palmeras en la nieve, Nadie quiere la noche...); y el escritor y presentador Boris Izaguirre, también "estrella mediática", recalca. "La televisión te vuelve mascota", comenta antes de explicar que la gente le pone "Boris" a sus perros por él.
Vidal e Izaguirre, compositor y libretista −respectivamente−, vienen de otros lares y eso se nota con solo una mirada. Entre vestimentas más o menos sobrias, hay dos puntos de color en la presentación de Trato de favor, una camisa blanca con decenas de tigres que nos dice que el verano ha llegado antes de tiempo; y unos pantalones de cuadros que contrastan con los calcetines a rayas rosas y negras que se esconden bajo él, y que para más "inri" llegan tarde a la cita. Son los uniformes de uno y otro. Ese aire fresco que Bianco quiere que para que la zarzuela siga siendo un género de nuestro tiempo.
Como ya hicieran en la primera mitad del XX Francisco Alonso y Pablo Sorozábal, cuando incorporaron jazz, foxtrot y charlestón, Vidal se ha valido de los recursos de hoy para subirlos a escena: "La llamada de Daniel [Bianco] me ha cambiado la vida. Pensé que era una broma. Desde pequeño he sentido pasión por la zarzuela y me he propuesto respetar el género y darle un toque más contemporáneo en armonía, ritmo y melodías". Llega así a una pieza "más mainstream" con la pretensión de atraer a la gente más joven y al público más versado.
"Mete ritmos actuales", confirma el maestro Emilio Sagi −director de la función−. "Música que suena constantemente a España", continúa sobre los chotis, pasodobles y baladas que harán sonar los miembros de la Orquesta de la Comunidad de Madrid. A los mandos de ella estará el también debutante en la Zarzuela −y su escudero Salvador Vázquez−: "Es una especie de 'collage' que homenajea a la revista, a la zarzuela del XIX, a la música actual... Se va a palpar la música que hoy se escucha", añade el compositor.
Esta es, dice Sagi, la "forma de comprobar que el género está vivo. Y eso es muy importante para una persona como yo, que vengo de una familia que ha vivido siempre de y para la zarzuela". Boris Izaguirre, que también tiene un cameo dentro del espectáculo, quizá sirva para darle ese toque mediático a un proyecto que solo por el hecho de ser el segundo estreno absoluto en una misma temporada ya lo convierte en importante. El presentador se sale de la línea realista de las Francisquita y Luisa Fernanda para tomar la otra vía posible, "la del argumento superimaginativo", señala Sagi. "Boris se va a un disparate muy divertido y con mucha emoción".
"La zarzuela es como la vida misma", defiende el ahora libretista. "Para mí, esto ha sido un milagro porque me ha abierto la puerta a escribir teatro. Los prejuicios contra este género musical vienen de la ceguera intelectual. La zarzuela es mejor que el metaverso, es libertad", cuenta el autor de esta tragicomedia que trascurre en una cárcel de mujeres –como le pidió Bianco: "Me gustaría una zarzuela de mujeres"– en la que ingresa por motivos financieros una diva de la canción, Ana mía, interpretada por las sopranos Ainhoa Arteta y María Rey-Joly. Historia inspirada, como confirma Izaguirre, en los 17 días que, a principios de los años 80, pasó retenida la actriz Sofía Loren por un delito de evasión del patrimonio de su marido (Carlo Ponti).
Aún en "proceso de recuperación" del cólico nefrítico que la mantuvo hospitalizada durante más de un mes, Arteta reconoce que "esto es el principio de mi nueva etapa, de mi nueva vida. Ha sido como un milagro. Al principio no quería ni hacerla, pero una de las maneras de curarse cuando te pasa algo malo es con sentido del humor y esto es lo que ha hecho esta zarzuela por mí".
- Dónde: Teatro de la Zarzuela, Madrid. Cuándo: del 29 de abril al 21 de mayo. Cuánto: de 5 a 50 euros.