Melissa McCarthy, una Úrsula amante del mundo Drag Queen
La actriz interpreta a la icónica villana, inspirada en Divine, en la nueva versión de "La sirenita", junto a Halle Bailey, Javier Bardem y Jonah Hauer-King
Madrid Creada:
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Hoy llega a los cines de todo el mundo una de las películas más esperadas del año. La nueva versión de "La sirenita" se ha ganado a pulso ese título, bien sea por entusiasmo de los que ansían ver qué ha hecho Rob Marshall ("Chicago") con el clásico animado de 1989; bien sea por los que arden en odio racista contra el cambio de origen de la protagonista, ahora caribeña, y con el rostro y la voz angelical de la joven Halle Bailey. Pero el cambio de Ariel no es el único, y ni siquiera el más llamativo de la nueva película de acción real de Disney, ya que además de Javier Bardem como Rey Tritón, el papel de villana ha recaído esta vez en una cómica. Melissa McCarthy, dos décadas después de alcanzar relevancia mundial con "Las chicas Gilmore", y conocida por sus papeles en "La boda de mi mejor amiga" o "¿Podrás perdonarme algún día?", se enfunda en los tentáculos de Úrsula para dar voz a la que quizás sea la más icónica mala jamás creada en la historia de la Casa del Ratón.
"Ha sido una experiencia maravillosa. Rob Marshall tiene una manera fantástica, muy amorosa, de trabajar. Entiende el cine como un trabajo colectivo, y eso es algo que, incluso, diría que me ha ayudado a crecer como artista", comienza explicando la actriz, que atendió a LA RAZÓN desde Londres y por videoconferencia, junto al nuevo príncipe Eric (Jonah Hauer-King). Y sigue: "Es increíble la amabilidad con la que se ha podido trabajar en el proyecto, más allá de la inclusión, claro. Es increíble trabajar en algo tan grande y tan excepcional y que, a la vez, sea algo casi artesanal, humano, cercano. Siento que es un proyecto en el que todo el mundo se ha podido sentir valorado".
Pese a lo complicado de la empresa, que se puso en marcha hace cuatro años pero que la pandemia obligó a detener temporalmente, McCarthy cree que lo más complicado ha sido la propia materialización del personaje: "Tanto cantar como bailar eran desafíos tremendos, pero lo que más trabajé fue la voz. Era salir, completamente, de mi zona de confort. Soy una gran fan de la película original, por lo que quería, a la vez, homenajearla y aportar algo nuevo. Tuve que sacudirme muchos miedos de encima, pero estoy orgullosa del resultado", confiesa la actriz, antes de recordar el rodaje: "Tenía ocho técnicos de efectos, uno por cada tentáculo de pulpo, rodeándome en cada momento. Creo que jamás rodaré algo tan complicado, la verdad", añade.
Sobre salir de esa zona de confort, y sobre imprimirle su propia vis cómica a la villana de "La sirenita" sin ser explícitamente humorística, McCarthy también se confiesa: "Sí, está lejos de mis otros personajes, pero creo que sigue siendo graciosa. Es muy irónica, muy sarcástica, por todo el daño que cree que le han hecho. Y en esas inseguridades, en ese aislamiento es donde me apoyé para dar forma a un personaje en tres dimensiones, no tan unívoco", añade, sobre una interpretación en la que canta la dificilísima "Poor Unfortunate Souls" ("Pobres almas en desgracia") y que, en español de España, contará con la voz y el doblaje de Eva Diago.
Aunque las cuentas de Disney han mejorado mucho desde 1989, cuando el clásico animado de Clements, Musker y Menken salvó a la compañía de la quiebra, lo cierto es que también lo ha hecho su relación con la diversidad y la inclusividad. Y eso es algo de lo que se preocupa especialmente la nueva versión de "La sirenita". Más allá de los tonos de piel, la Úrsula de McCarthy es, verdaderamente, la reparación de un agravio histórico. Cuando se estrenó originalmente la película de animación, y pese a lo obvio de la inspiración, Disney no reconoció abiertamente que la villana estaba inspirada en Divine (Harris Glenn Milstead), drag queen asociada para siempre a John Waters y su cine kitsch. "Sí, por supuesto que quería reivindicar a Divine. El personaje está lleno de ella. Cuando vi la original, yo estaba convencida de que lo harían público, pero no acabó siendo así. Siempre he sido una fan de Divine, de John Waters y de todo lo relacionado con lo drag. Por suerte, gracias a mi trabajo he conocido a muchas, entendiendo su trabajo. Hay en todo ese mundo una confianza única, y que funciona de una manera casi mágica. Porque estás homenajeando a lo que canónicamente se entiende por femenino mientras te ríes de ello, no sé si hay alguna forma de arte que pueda siquiera acercarse a ese nivel de complejidad", explica directa la actriz.
Y sigue, en un momento realmente complicado para el colectivo de artistas en Estados Unidos, con estados como Florida prohibiendo que cualquiera ataviado con vestimenta drag pueda, por ejemplo, hacer lecturas públicas o actos dirigidos a niños: "Antes incluso de ver el guion, tanto Rob como yo sabíamos que había que conservar el espíritu camp de Úrsula. Fue, de hecho, nuestra primera conversación, porque queríamos hacerla más profunda, más consciente. Tuvimos que ir a por ello desde el principio", se despide McCarthy, que no termina de encontrar el tono en lo interpretativo, pero sí en lo irónico (ojalá saber cuánto hay ahí de Paquita, la del Barrio), cuando su Úrsula tiene más oportunidades de brillar. El último juicio, eso sí, será el de las audiencias de todo el mundo, que verán "La sirenita", en acción real y en cines, a partir del 26 de mayo.