7 escritores de fama mundial que firman con seudónimo y quiénes son realmente

A menudo muchos autores utilizan distintos nombres para firmar sus obras. Quizás porque cambian de género y quieren probar con un nombre distinto, otras escritoras que comenzaron a escribir y publicar en los años de la represión y solo podían hacerlo bajo seudónimo masculino... O, simplemente, porque creen que usando otro nombre, la gente lo comprará más.

En alguna de estas razones y en muchas otras se encuentran los nombres de Carmen Mola, J. K. Rowling, Elena Ferrante, Jane Austen, Pablo Neruda, Clarín y Charlotte, Anne y Emily Bronte. Siete autores, aunque alguno de manera grupal, que decidieron firmar con seudónimo. No obstante, tampoco se debe olvidar a otros tan conocidos como Mary Shelley, Garcilaso de la Vega, George Orwell o Rubén Darío.

La realidad de Carmen Mola es bastante reciente y es que nadie sabía que debajo de ese nombre femenino, realmente se encontraban tres hombres escritores que habían preferido escribir bajo ese seudónimo. Desvelaron su identidad cuando ganaron el premio Planeta 2021 gracias a su obra La Bestia.

El hecho de utilizar un seudónimo femenino no gustó nada a ciertos colectivos que lo criticaron fervientemente. Sin embargo, esto tampoco afectó a sus siguientes novelas como muchos pensaban. Dado que la serie de cuatro libros que comenzó con La novia gitana se convirtió en todo un bestseller que, más tarde, incluso se adaptó a una serie de televisión.

J. K. Rowling es su nombre real con el que la autora decidió firmar la conocidísima saga de Harry Potter. Sin embargo, no siempre firmó todas sus obras con su verdadero nombre. En 2013, más de cinco años después de acabar la saga de Harry Potter, J. K. Rowling escribe otra serie de libros, esta vez para adultos, llamados Cormoran Strike. Sin embargo, estos prefirió publicarlos bajo el seudónimo de Robert Galbraith.

Así lo explicó ella misma en una entrevista que concedió cuando se supo que estaba detrás del nombre Robert Galbraith: "Quería que se tratara simplemente de escritura, no estaba tratando de engañar a nadie y esperaba poder sacar tres libros como Robert antes de que nadie lo supiera".

Elena Ferrante es un seudónimo escogido por una autora italiana que, en realidad, se llama Anita Raja. Su revelación causó mucho impacto en Italia dado que todos apuntaban a la figura de un hombre como detrás de la realidad de Elena Ferrante. Sin embargo, detrás se encontraba Anita, nacida en Nápoles en 1953, e hija de la judía polca Golda Petzenberg, conocida por huir del Holocausto.

Anita Raja es la autora, por tanto, de muchas novelas conocidas italianas que han sido traducidas a multitud de idiomas. El amor molesto es su primera novela que data de 1992. Pero, sin duda, su obra más conocida es la saga literaria Dos amigas.

Jane Austen no firmaba como un seudónimo como tal. Sino que escogió la firma "by a lady", que significa "por una dama". La autora sabía que firmar con su nombre le iba a traer serios problemas, sin embargo, tampoco quiso firmar bajo el seudónimo de un nombre masculino.

Ahora se la conoce como una de las escritoras inglesas más conocidas que tiene títulos tan importantes como Sentido y sensibilidad, primera obra firmada con su verdadero nombre, o Orgullo y prejuicio. También es autora de multitud de relatos y muchas de sus obras han sido adaptadas al cine.

Aunque a muchos quizás les sorprenda, Pablo Neruda es un seudónimo. El nombre real del autor es Neftalí Ricardo Reyes Basoalto. La razón por la que usó el seudónimo tiene que ver también con su familia. Pues a su padre no le agradaba la idea de tener un hijo poeta y para evitar problemas y preocupaciones, el autor prefirió firmar todas sus obras bajo el seudónimo conocido de Pablo Neruda.

En 1971, las obras firmadas bajo el nombre de Pablo Neruda fueron premiadas con el Nobel. Entre ellas destacan Veinte poemas de amor y una canción desesperada, Los versos del capitán, Confieso que he vivido y Estravagario.

Clarín puede que sea uno de los seudónimos más conocidos. Pues muchas personas ya conocen su historia y sabe que detrás de Clarín se ocultaba Leopoldo Enrique García-Alas o, más conocido, como Leopoldo Alas. El autor, en su etapa en Madrid, comenzó a escribir en un nuevo periódico llamado El Solfeo. Allí, el director le pidió que como firma eligiera el nombre de un instrumento musical y, como ya se conoce, Leopoldo Alas eligió el clarín.

A partir de ahí, decidió firmar sus novelas con este seudónimo sin volver a su nombre original. Obras tan importantes como La Regenta se conoce como la gran novela del siglo XIX español. Obra que aun perdura hasta nuestros días y que se sigue estudiando como ejemplo en todas las escuelas del país.

Charlotte, Emily y Anne son las conocidas hermanas Bronte. Debido a las normas de la época, se vieron obligadas a escribir bajo seudónimos masculinos con el nombre de Currer, Acton y Ellis y el apellido Bell. De esta manera, obras tan importantes como Jane Eyre, de Charlotte y firmada como Currer Bell, o Cumbres Borrascosas de Emily y firmada como Ellis Bell, tuvieron que ser firmadas con un seudónimo.

Pues en la época de las hermanas Bronte, a mediados de 1800, estaba mal visto que las mujeres se dedicaran a escribir. Por lo que, aconsejadas por una editorial, prefirieron firmar bajo seudónimo masculino por miedo a que sus obras no fueran bien consideradas si firmaban con su nombre real. Sin embargo, después de la muerte de Emily y Anne, Charlotte decidió contar la verdad.

Todos tienen sus justificaciones y sus miedos, y a su manera particular, todos generaron polémica cuando se descubrió o, ellos mismos revelaron, quién escribía bajo esos seudónimos que hoy en día son tan conocidos.