Juan Ramón Lucas: "Ver la historia desde lo contemporáneo es un rasgo de la ignorancia actual"
De vuelta en la televisión, publica «Melina», su tercera novela y un sentido homenaje a las mujeres de su familia
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Ya estaba el andar cubierto de hojas secas en los primeros pares de la calle Ferraz cuando Juan Ramón Lucas (Madrid, 1958) se cita con LA RAZÓN, precisamente, para hablar sobre una de esas novelas que solo se pueden escribir en el otoño de uno. El periodista y escritor, además de acabar de volver a la televisión con «Cómo funciona Madrid» (TeleMadrid), acaba de publicar su tercer libro de ficción, «Melina» (Contraluz), un sentido homenaje a las mujeres de su familia. Y es que aunque todo gira alrededor de su madre, desde esa ambientación original asturiana –y aguerridamente política– en la que arranca todo hasta el exilio, Lucas se las apaña para mezclar testimonio y ficción en un relato que bien puede ser interpretado como feminista, pero no tanto por una pulsión autoral como por una cuestión histórica: la novela está consagrada a las mujeres que han (y se han) peleado.
«Las notas de las que parte la novela son cuadernos que mi madre había ido escribiendo y estaban por casa. Habíamos hablado muchas veces de ellos, pero no me había atrevido a hacer algo, a escribir la novela que tenían dentro. Era una cuestión de confianza, no me había visto preparado hasta ahora», explica sereno Lucas, sobre el origen del libro. Y sigue: «He tenido, claro, muchas dudas sobre qué publicar, qué no publicar, qué contar, qué no contar. Y he hablado mucho con mi madre, sobre qué le parecía bien o no», acota el comunicador, cuya nueva novela no puede arrancar de una manera más cruda, reproduciendo la primera frase de su abuelo al tener noticia del nacimiento de su hija: «Cogéi una cuerda y afogáila (cogéis una cuerda y la ahogáis)», se lee al abrir el libro.
Ese realismo, que luego se extrapola a las vivencias transversales a todas las niñas de la posguerra, pero también a las que tuvieron que salir del país y las que regresaron a una tierra que les costaba sentir como propia, es en realidad la columna vertebral de una novela que se arraiga en los preceptos más clásicos pero los intenta subvertir con su carisma documental: «La novela se ha acabado convirtiendo en la vivencia personal de una mujer que vive en una situación difícil y es capaz de sacar de ahí lucidez para ver el mundo y las fuerzas para cambiarlo», completa un Lucas que niega el historicismo del libro asociándolo (desde la humildad) con lo galdosiano y, si acaso, se siente más cómodo en el «costumbrismo» como etiqueta para definir su trabajo.
«¿Hay quien lo pueda ver como un libro feminista? Pues vale. Esa es la magia de la literatura, que cada uno puede sacar sus propias conclusiones. Yo creo que es la historia de una mujer que bien podrían ser muchas mujeres», apunta lúcido el autor, dando pie a preguntarle por la manía contemporánea de leer nuestro pasado en clave inmediata: «Ese es uno de los rasgos más graves de la ignorancia patente hoy en día. No podemos analizar la ficción como realidad ni la historia desde el prisma actual. Un ejemplo palmario de ello es la actitud de cierta izquierda con América Latina y cómo se habla de genocidio sin contexto ninguno. El mundo era otro», sentencia Lucas.
"No puedes decir que el Gobierno de Sánchez es una dictadura. No puedes decir eso porque es una falta de respeto a la gente que vivió el franquismo".Juan Ramón Lucas
Pero, ¿cómo ha cambiado su propio mundo? Tras años al frente de magazines diarios, su vida en redes sociales nos deja ver a un hombre en comunión con la naturaleza, casi despegado de esa ansia de la actualidad, virus que posee a una generación de informadores como la suya o la del recién jubilado Pedro Piqueras: «Me gusta decir que no es que haya bajado el ritmo, es que lo he cambiado. Ser periodista es un compromiso de por vida, pero me lo paso mejor en la ficción», añade. Por ello, y por estar charlando a los pies de una calle Ferraz que se ha convertido en infame epicentro de la vida política española, cabe preguntarle más al Lucas periodista que al novelista: «Hay una frivolidad en el mundo de la política que me parece desoladora. A la izquierda se le olvida que ellos siempre han tomado las calles para sus reivindicaciones, y las protestas en Ferraz son legítimas, pero al PP se le ha ido de las manos. No es legítima es la violencia de muchos de los que se han congregado ahí y sobre todo sus proclamas. No puedes decir que el Gobierno de Sánchez es una dictadura. No puedes decir eso porque es una falta de respeto a la gente que vivió el franquismo. Yo me he opuesto a la amnistía públicamente, firmando manifiestos incluso, porque rompe el principio de igualdad de los españoles ante la ley, pero no por ello voy a condonar unas manifestaciones llenas de nazis que han ido más allá de lo razonable», se despide elocuente Lucas, firmando una novela que sabe moverse con soltura entre lo histórico y lo cinematográfico.