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Hugo Silva: "Tiene que haber más futbolistas en el armario, por pura estadística"

HBOMax estrena «Pollos sin cabeza», nueva serie en la que el actor da vida a un futbolista retirado que tiene que sacar adelante su precaria agencia de representación
Hugo Silva: "Tiene que haber más futbolistas gays, por pura estadística"
Hugo Silva: "Tiene que haber más futbolistas gays, por pura estadística" HBOMAX
La Razón

Madrid Creada:

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La ficción nunca fue ajena a la pelota. Y, aunque el éxito de series como la incontestable «Ted Lasso» (AppleTV+) o el advenimiento de la película «Next Goal Wins», en la que el director Taika Waititi se acercará a la peor selección de fútbol de la historia, hayan puesto de moda el balompié en el audiovisual, lo cierto es que España tiene su propia tradición, como patria de cuero que es y siempre ha sido. En el recuerdo quedan «El fenómeno» (1956), con un lozano Fernando Fernán Gómez, o incluso la laureada «Volver a empezar» (1982), sin dejar de citar ejemplos más recientes como la icónica «Días de fútbol» (2003) o «El penalti más largo del mundo» (2005).
En esa tradición cómica, la que nuestro audiovisual explotó primero desde la cancha más humilde y ahora desde el despacho más pomposo, tal y como ya hiciera Netflix con la siempre recomendable «Club de Cuervos», se instala la nueva «Pollos sin cabeza», serie que HBOMax ya ha estrenado al completo y que está protagonizada por Hugo Silva. El intérprete, que se confiesa ante LA RAZÓN como alérgico a la pelota en la vida real, da vida aquí a un futbolista retirado, ahora agente de relevancia en el panorama español, que acaba de renovar a la promesa más joven de su cartera (bobalicón, Oscar Casas) y que tiene que lidiar con una agencia al borde de la quiebra, unos asociados (siempre dando la talla, Gorka Otxoa) bastante inútiles y una arpía por exmujer, a la que interpreta, recuperada por fin para la comedia bien escrita, Kira Miró.
«Leí el primer capítulo, devoré el segundo y me flipó. Es una comedia salvaje, lo primero, con un personaje especialmente bien escrito y, en un mundo súper atractivo. Porque no es tanto el fútbol, sino qué hay detrás del fútbol. Es un mercado de vanidades y de talento que es muy divertido», explica un Silva que, en la serie, es el vehículo perfecto para que Jorge Valdano Sáenz (hijo del mítico futbolista y comentarista, que hace un pequeño cameo) y Pablo Tébar, como guionistas, exploren el auge y caída en torno al balón, exportando situaciones reales y reconocibles pero envolviendo todo en puro esperpento.
"Pollos sin cabeza" ya está disponible al completo en HBOMax
"Pollos sin cabeza" ya está disponible al completo en HBOMaxHBOMAX / M. PAVÓN
«A pesar de no tener nada de contacto con el mundo del fútbol, sí entiendo que debe ser muy complicado gestionar, con pocos años, ese nivel de fama y de dinero, que no se parece en nada al del cine o de la tele. Al menos en el ámbito hispanohablante. Son chavales muy jóvenes a los que les llega todo de golpe y, por supuesto, hay unos que lo llevan mejor que otros», opina Silva sobre el tema central de «Pollos sin cabeza», esa especie de ignorancia como pecado original que persigue al futbolista mediático y que aquí explotan desde la sorna y la parodia Álex de la Iglesia y Carolina Bang, productores ejecutivos de la serie.
Así, la nueva apuesta por la producción de HBOMax, que cuenta con siete episodios de poco más de veinte minutos de duración cada uno, no se achanta a la hora de vibrar en lo contextual, situando a los astros del balón como egomaníacos exigentes, drogodependientes o, y este es uno de los aciertos de la serie, como esclavos de su imagen hasta límites terribles, como el de tener que esconder su propia sexualidad: «Por una cuestión de pura estadística tiene que haber futbolistas en el armario. Es imposible que no los haya. Y eso es un hecho, ni siquiera es una opinión mía», concreta el actor, que como agente debe lidiar en la serie con la filtración de un video sexual de uno de sus representados. Y sigue, sobre ese estado de sobreprotección constante del que goza el deporte rey en nuestro país, quizá único estamento verdaderamente intocable: «Es muy fuerte. Y la serie juega con eso. El marco de la serie no está elegido con ninguna inocencia, y los guionistas saben perfectamente dónde se han metido. Y eso desde la comedia es muy interesante en términos de hostilidad, para la historia de mi personaje. Es un campo minado y maravilloso», completa.
De la Iglesia... y de todas las plataformasTras completar con éxito la primera temporada de «Pollos sin cabeza» (número uno durante el fin de semana en HBOMax), Álex de la Iglesia tiene pendiente de estreno, en la misma plataforma de «streaming», la segunda temporada de «30 monedas». Pero es que la actividad laboral del director y productor no se detiene ahí, ya que sigue asociado a Sony y Amazon Prime Video para sacar adelante las películas del sello «The Fear Collection», cuya próxima parada será «Anatema» (por Jimina Sabadú), y acaba de firmar un contrato con Netflix, para dirigir una serie de terror cuyo título será «1992».
Concebida como sucesión de gags, a chiste por minuto pero sin olvidarse del contexto tan rico que quiere explotar, «Pollos sin cabeza» parece, sin embargo, quedarse en la superficie de lo que podría haber sido una serie más valiente o, al menos, más autoconsciente. La comparación con la citada «Ted Lasso», o incluso aventuras del mismo signo como la extraordinaria «Diamantino» (2018, disponible en Filmin), le hacen flaco favor, pero su espíritu dinámico, casi como de procedimental semanal, hace de la serie un placer culpable al que es difícil decirle que no con una duración tan explosiva. Una renovación la haría mejor serie.