Celeste Dalla Porta, la musa de Sorrentino: "La belleza te abre muchas puertas, pero las mujeres bellas también son infravaloradas"

Nacida el 24 de diciembre de 1997, en Monza, un pequeño pueblo arropado por la inmensidad de Milán, Celeste Dalla Porta ha captado la atención de todas las cámaras. La irrupción de su presencia la ha llevado a interpretar el primer papel protagónico de una mujer en el cine de Paolo Sorrentino. Paralelamente constituye su primer papel en las grandes esferas del cine italiano. La joven actriz da vida al mito, al la leyenda, a esa deidad imperfecta llamada Parthenope. Una mujer que busca la verdad en un mundo lleno de mentiras. No obstante, el continuo contraste de su porvenir le llevará a cruzarse con el inexorable paso del tiempo, el amor, la familia y su extraño anhelo por conquistar el mundo desde lo racional.

Si Celeste es la calma, Parthenope es la tormenta, la tempestad. El choque de posturas supone un eclipse de bellezas profundas y sentimentales. La experimentación se convierte en ambición cuando pasa por las manos de Parthenope. Ambas poseen el don del silencio, la virtud de lo solemne. Dos pareceres y una sola mujer con Nápoles como punto de unión entre ambos mundos. Celeste busca asemejarse al personaje desde la lejanía, puesto que, son personas contrapuestas, y es en esa distancia donde se alcanza la belleza, la que busca Sorrentino. 

Bueno tenemos dos vidas totalmente diferentes. Lo único que compartimos es el cuerpo, la voz y la soledad, porque esto último es algo que pertenece a todos los seres humanos que quieren ser libres. Vive para profundizar en sus situaciones. Lo que nos distingue son los aspectos culturales. Ella es napolitana y nació en los años sesenta, yo soy de Milán. Ella es muy despierta. Además tiene una inteligencia muy rápida y siempre la respuesta correcta. Pero tiene otras prioridades. Parthenope quiere encontrar estos personajes y yo busco otro tipo.

Es un estado humano el de no encontrar siempre respuestas porque siempre hay que seguir poniéndose preguntas en el camino. Y de alguna manera cambiar las preguntas para que las respuestas sean las propias cuestiones.

La belleza en el cine es una belleza que podemos reconocer en los sueños, en lo imaginario. En el cine tienes la oportunidad de hacer que el imaginario se pueda creer y también lo puedas visualizar. El arte en la vida real es algo más concreto y la belleza se encuentra en las cosas más sencillas, en todos los sitios realmente.

Todas las jóvenes son cosificadas, si son guapas, si son jóvenes,.... La belleza es algo que te da muchas posibilidades, de eso no cabe duda. Te abre muchas puertas, pero a menudo las mujeres bellas son infravaloradas porque han de ser guapas siempre. Parece que no existe la posibilidad de crecer, de evolucionar, de madurar de forma física y esto es una gran tristeza. Afortunadamente esto es algo que está cambiando.

Ha sido muy bonito y muy íntimo. Gary Oldman se ha abierto conmigo y me ha dado la oportunidad de estar involucrada en su magnífica forma de recitar, de actuar y de narrar la vida. 

Hemos interpretado a dos Parthenopes diferentes. He podido observarla desde la cercanía para conocer cómo se mueve, cómo habla. Indudablemente es una actriz que estimo mucho. Es por eso que estoy honrada de haber estado trabajando con ella y haber interpretado su papel de joven.

Conociéndolo en esta película he descubierto que es un hombre profundo, muy denso. En general muy parecido a sus películas. Por ejemplo, él me aconsejó, para interpretar el papel de Parthenope, la película de Io la conoscevo bene (1965) con Stefania Sandrelli que por aquel entonces era muy joven y su personaje encontraba ciertos parecidos con Parthenope.

Milán me ha aportado las mismas ganas que Parthenope ha tenido de huir. De hecho abandoné Milán y me fui a Roma y tras mucho tiempo estoy volviendo más a menudo. No deja de ser una ciudad que me ha dado mis raíces, las bases, mi familia, mis amigos, mis primeras ilusiones amorosas. Es por eso que siempre va a ser mi tierra. Nápoles es el símbolo de una ciudad en la que se puede amar y odiar a la vez. En realidad es la ciudad más bonita del mundo.

No se como será el futuro, sí es verdad que siento ese vértigo que puede ocasionar. Pero puedo afirmar que el ahora es un presente muy intenso y muy especial. Un período de grandes cambios.

Bueno eso es asunto de cada uno, no hay una respuesta correcta, no se puede desvelar este secreto. Quizás Parthenope piensa en todo aquello que puede vivir pero también en la incertidumbre que esta vida le genera.