Chris Brancato: “El éxito de “El juego del calamar” solo se explica desde un trabajo jodidamente laborioso”
El productor y guionista de series como “Narcos”, “Hannibal” o “Expediente X” ofreció en Madrid una clase magistral en el marco de la primera edición de Iberseries Platino Industria
Llegó a eso de la tele a principios de los noventa, cuando todavía las audiencias no se medían en suscriptores y una potencia como Estados Unidos todavía podía contar sus cadenas nacionales con los dedos de una mano. Ahora, ofrece clases magistrales por medio mundo y puede hablar de sus éxitos midiéndolos ya en suscriptores y minutos de enganche. Chris Brancato (Estados Unidos, 1962) es guionista y productor y estos días se encuentra en Madrid para clausurar el primer encuentro Iberseries Platino Industria, que da cabida a casi 1500 profesionales en la capital en busca de audiencias y financiación para insuflar vida a los proyectos más interesantes del audiovisual latino.
Como mente acelerada tras el éxito de “Narcos” y “Hannibal”, y habiendo participado en series como “Expediente X”, “Ley y orden” o la reciente “El padrino de Harlem”, Brancato atiende a LA RAZÓN en uno de los jardines de la Cineteca del Matadero, hogar durante una semana de Iberseries Platino Industria y, en cierto modo, el lugar en el que estar si uno tiene entre manos una producción seriada lista para estrenarse en español. De vuelta de todo y sin miedo al futuro de una industria en plena ebullición tras el fin de la etapa dorada y la explosión de las plataformas de “streaming” en el mundo desarrollado, Brancato habla de su carrera, de sus éxitos y sus fracasos y de un panorama en el que las posibilidades parecen infinitas.
-¿Cómo valora su participación en Iberseries Platino Industria? ¿Le gustan este tipo de eventos? ¿Para qué sirven realmente?
-Siempre intento estar atento a las nuevas tendencias, porque me gusta estar atento a lo que se produce en otras partes del mundo. Para eso sirve un evento así. El nivel de calidad y de televisión de calidad que hay en España y en otros países europeos es tremendo, es muy alto. Y es increíble cómo ha crecido durante los últimos años. Como productor es útil, pero como espectador también. Hay mucho talento y es posible que trabaje en un futuro con gente que he conocido aquí.
-¿Cuál es la principal diferencia entre el Brancato que hacía guiones especulativos y el que triunfa ahora en medio mundo con sus series?
-Cuando empecé, había solo 3 canales. Ahora hay 500. Y ni siquiera importan tanto, porque ahora está también Internet. Todo ha cambiado, porque cuando solo había 3 canales tenías que conseguir la máxima audiencia para cada show. Tu show vivía y moría por esa audiencia. Ahora ya no va de eso, ahora el juego tiene que ver con los suscriptores concretos y cómo los consigues. Tienes que ofrecer cada vez más shows para que cada vez más gente pueda sentirse apelada por alguno. Ya no es necesario hacer series que apelen a todo el mundo, solo a un grupo de gente lo suficientemente identificada como para pagar una suscripción.
-¿Y usted ha sentido ese cambio?
-En 2005, intenté levantar una serie sobre un cartel de la droga colombiano que operaba en Nueva York. Y, después de leer mi guion, nadie siquiera se atrevió a grabar el piloto. Diez años más tarde estábamos haciendo “Narcos” para Netflix. Los creadores nunca hemos sido tan libres como ahora, porque somos capaces de apelar a “nichos” desde la especialización y desde el cuidado que aporta no estar atentos constantemente a agradar o intentar gustar a todo el mundo.
-¿Qué recuerda de la experiencia de “Narcos”? ¿Cómo lo vivió, desde el fenómeno mundial que supuso?
-Me gusta pensar que se puede hablar de mí como el tipo que triunfó en todo el mundo con “Narcos” o el que tuvo que fracasar otras 29 veces para conseguirlo. Depende de la perspectiva. El éxito de la serie me hizo muy feliz, pero siempre tuvimos en cuenta que si triunfaba sería por dos cosas: rodarla al completo en Colombia y hacer que quien hablara español lo hiciera, y lo mismo con el inglés. Eso ahora parece una tontería, pero hasta el momento no era el estándar en las series con valor de producción americano. Fuimos capaces de levantar una serie en la que mostrábamos a la gente que se podía hacer otro tipo de televisión, más adulto, y que las plataformas como Netflix eran el lugar en el que lo iban a encontrar.
-¿Es este el mejor momento de la historia para rodar ficción en español?
-Absolutamente. Internet ha creado una democracia de visionado, como me gusta llamarla, impensable hace apenas unos años. Series como “La casa de papel” solo tienen sentido en esa democracia, no en la tele lineal. Incluso aunque empezara así. El dinero que se gasta es mayor porque la demanda y la calidad de lo que estamos viendo cada vez es mayor.
-¿Cómo se explica en esa globalidad, entonces, el éxito de series como “El juego del calamar”, que Netflix ni siquiera promocionó en nuestro país?
-¡He estado buscando esa fórmula mágica toda mi vida! Lo que sí sé es que, en todas las producciones que triunfan hay muchísimo trabajo y esfuerzo detrás. Nadie triunfa sin quererlo muy fuerte. Luego habrá otros condicionantes, pero quererlo es imprescindible. El éxito de series como “El juego del calamar” solo se explica desde un trabajo jodidamente laborioso (”hard fucking work”). Es muy difícil conseguir algo así. Solo he visto los primeros veinte minutos de “El juego del calamar”, porque he sido bombardeado con colegas recomendándola y críticos escribiendo sobre ella tras asumir el fenómeno, y ha sido tiempo más que suficiente para saber que hay buen material. Si consigues que tu serie sea así en apenas veinte minutos, tienes a la audiencia en el bolsillo. Si algo he aprendido en todos estos años es que el guion, la historia, siempre será lo más importante de una serie.
-Y hablando de éxitos, ¿cuál es su mayor fracaso? ¿Cuál es la espina que se le quedó clavada?
-Creo que el recuerdo más amargo es “Thieves”, un guion de cine que desarrollé hace años y que, desde 1998, llevo arrastrando como “heist movie” imposible. Y luego está mi serie fracasada. Te pongo en situación. Se llamaba “Murder Book” e incluso llegamos a rodar el piloto para FOX, pero decidieron no seguir adelante y aquello se hundió. El capítulo lo dirigía Antoine Fuqua (”Training Day”) y lo protagonizaban Josh Brolin y Michael Shannon. Era increíble. Por alguna razón, no quisieron seguir adelante. Creo que todos los “showrunners”, especialmente los que llevamos más tiempo en esto, tenemos un proyecto así. Pero creo que eso es bueno. Porque cada fracaso nos enseñó a colocar mejor nuestro siguiente gran proyecto. Hollywood está lleno de escritores que triunfaron cuando ya estaban haciendo las maletas para abandonar la ciudad.