5 curiosidades del Arco del Triunfo de París: entre homenajes y el ego de Napoleón
El monumento, hoy en boca de todos por estar llevándose a cabo el diseño póstumo de Christo, guarda en su historia interesantes detalles que, quizá, no conocía
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Es uno de los cruces más icónicos del mundo. En el medio de lo que parece una estrella formada por calles y grandes avenidas, se erige una construcción que no es desconocida para todo aquel que algo conozca del turismo europeo. Se trata de uno de los icónicos tesoros de París, una ciudad repleta de historia y joyas arquitectónicas, entre las que destaca y reluce el Arco del Triunfo. Este monumento, el más representativo de la capital francesa junto a la Torre Eiffel y Notre Dame, se erige en la Plaza Charles de Gaulle con unas dimensiones de 50 metros de alto y una base de 45 por 22 metros.
Durante estos últimos días, y sobre todo durante esta semana, el Arco del Triunfo figura como centro de varias conversaciones culturales. Y es debido a que se está cumpliendo un sueño póstumo: tal y como había imaginado el artista Christo, el monumento está siendo “empaquetado” por centenares de metros cuadrados de tejido de polipropileno reciclable de color azul. Se trata de un diseño que el artista una vez deseó, más como un sueño que como un proyecto, y que por fin se lleva a cabo, con el resultado de un Arco del Triunfo presentado como el paquete de regalo más grande jamás visto.
Con esto, el Arco del Triunfo añade a su historia un nuevo y curioso momento, que se une a una larga lista de sorprendentes datos que acompañan y alimentan la historia del monumento desde su creación. Desde el orgullo de Napoleón hasta el soldado desconocido, estas son algunas de las grandes curiosidades que lo rodean:
El ego napoleónico
Como en bastantes ocasiones de la historia, aquellos dirigentes que querían mostrar al pueblo su fortaleza, que querían presumir de victorias o simplemente aparentarlas, solían construir grandes símbolos. Unas marcas que no desaparecieran y que recordaran día y noche quién mandaba realmente. Y eso hizo Napoleón con el Arco del Triunfo. Dos años después de declararse emperador de Francia, en 1806 mandó construir este monumento. El objetivo era el de honrar a los que lucharon y murieron tanto en la Revolución Francesa como en las Guerras Napoleónicas, pero sobre todo para mostrar la vanidad y la fuerza militar de su imperio. Aunque fue él quien lo encargó, Napoleón no vivió para verlo terminado.
Inspiración romana
Si hay otra ciudad donde abundan los grandes arcos de este estilo es en Roma. La llamada capital mundial presume en sus calles del arte imperial en el que se inspiró Napoleón para sus creaciones. De esta manera, Jean-François Chalgrin, el arquitecto del arco parisino, se basó en el Arco de Tito romano para su realización. El de tito es una estructura del siglo I, creada para rendir homenaje al gran emperador y militar romano Tito y que se encuentra cerca del Foro Romano. No obstante, el del Triunfo es bastante más alto que el de Tito, pues este último mide 15 metros, frente a los 50 del parisino.
El soldado desconocido
Como su propio nombre indica, justo debajo del arco se halla la tumba de un soldado cuyo nombre e identidad se desconocen. A diferencia de otros nombres de soldados homenajeados que se encuentran grabados en el monumento, el de este soldado nada más que el haber sido enterrado en ese lugar en 1920. De esta manera, el Arco del Triunfo también simboliza la gratitud de Francia a todos aquellos que lucharon y murieron en las guerras y de quienes nunca más se supo. A la tumba le acompaña una llama que lleva ardiendo sin parar desde 1923.
Perfecta alineación
Si bien hubo problemas con su ubicación -la intención de Napoleón era construirlo en la plaza de la Bastilla, pero su construcción se detuvo 12 años y finalmente se terminó donde hoy se ubica-, hay algo curioso en su disposición, y es que está perfectamente alineado con otros dos arcos parisinos. Uno de ellos es el de Carrousel, situado junto al museo del Louvre, y el segundo, el de la Defensa, está en una zona de negocios. De esta manera, el del Triunfo actuaría como nexo entre la Francia antigua y la moderna.
La gran maniobra
Para que quien no haya visitado París se haga una idea de las increíbles dimensiones del arco, he aquí uno de los momentos más históricos y curiosos que el monumento ha vivido. Fue tan solo unas semanas después de que terminara la Primera Guerra Mundial: Charles Godefroy, un piloto de avión de combate, atravesó el Arco con uno de los aviones usados durante la guerra. De esta manera, se hacía homenaje a aquellos aviadores que perdieron la vida durante la gran contienda.