Rimbaud y Verlaine seguirán separados «ad vitam aeternam»
Emmanuel Macron ha decidido respetar los deseos de los parientes vivos del autor de «El barco ebrio»
La relación entre los poetas Arthur Rimbaud y Paul Verlaine no podrá culminar ni siquiera en la muerte. A pesar del movimiento popular lanzado en septiembre encabezado por la ministra de Cultura de Francia, Roselyne Bachelot, y nueve de sus antecesores, los restos del poeta Arthur Rimbaud, fallecido en 1891 a los 37 años, seguirán reposando en el cementerio de Charleville-Mezières, su localidad natal.
Personalidades de la cultura como el actor Denis Podalydès, intelectuales como Antoine Compagnon y Jean Clair y académicos como Florence Delay, además de los 110 miembros de la asociación internacional Amigos de Rimbaud, y hasta un total de 5.500 personas pidieron al presidente de la república que trasladase sus restos al Panteón de París, en el que reposan grandes figuras francesas como Voltaire, Victor Hugo, Jean-Jacques Rousseau, Émile Zola y Marie Curie, entre otros. En la petición, los firmantes describían al poeta y a su amante, Paul Verlaine, como el «Oscar Wilde de Francia» y como «símbolos de la diversidad», que habían tenido que soportar la «homofobia implacable de su época».
Rimbaud y Verlaine se conocieron en 1871, cuando el primero sólo contaba con 16 años, y tras una relación tormentosa, su historia de amor de sexo, drogas y problemas con la ley, se acabó en 1873 cuando el autor de «Poemas bajo Saturno» disparó a Rimbaud en la mano después de que amenazara con abandonarle. Esta relación homosexual parece haber sido la razón principal para que el único que puede ordenar el traslado de los restos del poeta, Emmanuel Macron, haya comunicado en una carta al abogado de la familia su decisión: «No quiero ir en contra de los deseos de la familia del fallecido. Los restos de Arthur Rimbaud no serán trasladados». Y es que los parientes vivos del poeta se han opuesto desde el principio a mover sus restos. Jacqueline Teissier-Rambaud, de 75 años, sobrina nieta del «poeta maldito», explicó que de enterrarse juntos, «todo el mundo pensaría en ellos como ’'homosexuales’', pero eso no es cierto. Rimbaud no comenzó ni terminó su vida con Verlaine, estos fueron solo unos pocos años de adolescencia». En este punto, curiosamente también está de acuerdo Alain Tourneux, presidente de la asociación Les Amis de Rimbaud (Los amigos de Rimbaud), que asegura que «para los socios, unir a Rimbaud y Verlaine ’'ad vitam aeternam’' (por la vida eterna), es exagerado. Él había roto (con Verlaine) y no quería recordar esa historia que duró cuatro años. Tenía muchas ganas de vivir otra vida, y fue lo que hizo cuando se fue a África (dónde vivía con una joven). Circunstancias varias hicieron de Rimbaud fuera un ícono para muchos homosexuales, pero sin duda él habría combatido esa situación».
Así que los poetas unidos y separados en vida seguirán en la muerte caminos distintos, y Rimbaud permanecerá en el cementerio de su pueblo natal y los restos de Verlaine en Batignolles, uno de los cementerios parisinos. Ahora la lucha por reivindicar su relación y sus figuras se trasladará al número 8 de la calle Royal College de Londres dónde la casa en la que vivieron los dos poetas se había puesto a la venta por 17,5 millones de libras (casi 20 millones de euros). El dueño, Michael Corby, se enemistó con la Fundación Rimbaud y Verlaine y decidió no legársela, poniendo en riesgo el valor histórico de la propiedad. En su afán por salvar la casa, incluso han llegado a proponerle a Bob Dylan que la adquiera. Ahora tienen seis meses de prórroga antes de que vuelva al mercado.
En 1983, Rimbaud escribió a Verlaine: «Vuelve, vuelve, querido amigo, único amigo. Te juro que seré bueno», y le instaba, «dime pronto si tengo que reunirme contigo». De momento, el tiempo y Francia les mantendrá separados.