Auschwitz: geografía de un campo nazi
Fue en este campo donde se hizo realidad el plan nazi para el exterminio judío: la “Solución Final”
Un 20 de mayo de 1940, hoy hace 80 años, 30 criminales alemanes llegaron a Auschwitz procedentes de Sachsenhausen. Fueron los primeros presos en ocupar el que pasaría a la historia como el mayor campo de exterminio de la humanidad.
Construido en territorio polaco ocupado y a escasos 70 kilómetros de Varsovia, Auschwitz se convertiría en el mejor exponente del fracaso ético y social del siglo XX, protagonista de una parte de la historia de Europa que nunca debería haber sido contada.
Apenas 10 meses tras su apertura Heinrich Himmler, líder de las SS y jefe de la policía alemana, inspecciona el campo. Ordena que las recién estrenadas instalaciones se amplíen para dar cabida a la mano de obra forzada necesaria para la maquinaria de guerra nazi . Se amplía el campo de Auschwitz para albergar a 30.000 prisioneros y se procede a la construcción de un nuevo campo cerca de Birkenau para recibir a los prisioneros de guerra soviéticos.
La “solución final”
El campo de concentración inicial creado en mayo de 1940 se convertiría con el tiempo en un complejo de hasta tres campos (Auschwitz I, Auschwitz II –Birkenau, Auschwitz III –Monowitz) y 44 subcampos.
Fue en 1941 cuando las SS probaron el gas Zyklon B con 600 prisioneros de guerra soviéticos y otros 250 prisioneros enfermos y débiles. Tuvieron éxito. Aún en plena contienda, la derrota moral de Europa estaba firmada. Se ponía en marcha la peor maquinaria del horror jamás imaginada.
Entre marzo y junio de 1943, se construyeron cuatro crematorios grandes dentro de Auschwitz-Birkenau; cada uno de ellos contenía una cámara de gas. Todos aquellos recién llegados considerados “no aptos” para trabajar fueron enviados directamente a estas cámaras, víctimas de una muerte agónica que duraba al menos 20 minutos.
Las “marchas de la muerte”
Más de un millón y medio de personas pasaron por Auschwitz. La mayoría judíos, pero también prisioneros políticos y de guerra, gitanos, homosexuales, discapacitados. De ese millón y medio se calcula que al menos un millón fueron asesinados.
En 1945 las tropas soviéticas avanzan hacia la liberación de Polonia. Autoridades del campo obligan a los presos a realizar las llamadas “marchas de la muerte”, imponiendo un traslado en condiciones de frio extremo, sin comida y sin descanso. Quienes no pudieron continuar fueron fusilados.
El 27 de enero de 1945 tropas soviéticas entran en el campo de Auschwitz liberando a más de 7.500 prisioneros. Ellos, los que sobrevivieron al horror, hacen realidad la frase de García Márquez: "Es la vida, y no la muerte, la que no tiene límites”