Opinión
La unidad de la lengua latina, no de la lengua catalana
La lengua latina colonizó la ribera del Mediterráneo dando luz a lenguas romances, entre las que destacó siempre, sobre todo en el siglo XV, la Lengua Valenciana.
Los estudiantes antes, afortunadamente, podíamos estudiar latín y griego clásicos. No existía por entonces tanto apego al botellón y a los conciertos masivos. Tal vez, porque en la actualidad, no se tenga esa visión helenista y latinista del origen de la cultura valenciana, se cuele en las aulas, sin que profesores ni alumnos objeten, barbaridades como la de la sagrada unidad de la lengua catalana.
Un gran latinista, el doctor Josep María Guinot i Galán, lo explicaba de una manera muy sencilla: no existe la unidad de la lengua catalana y sí debiera hablarse de la unidad de la lengua latina. Catalanes y valencianos hablamos un latín, evolucionado, corrompido, mezclado, contaminado, nutrido por aportes linguísticos de los pueblos que pasaron por estas tierras o se quedaron largo tiempo en ellas.
Es el latín que nos trajeron los romanos, los mismos que colonizaron la ribera del Mediterráneo y fundaron la ciudad de Valencia, colonizando y romanizando estas tierra, dejándonos también su Derecho Romano.
Ese latín que se mezcló con lo que quedaba de las lenguas ibérica, fenicia, griega, y siguió su maridaje luego con las lenguas árabes, castellana, mallorquina, … y que se coció” in se et per se”, como diría el catedrático Mourelle de Lema, en nuestras tierras valencianas a lo largo de la historia, dando lugar a la lengua que hoy estamos hablando, perdón a la que hablaban nuestros abuelos y padres, pues en escuelas, colegios y universidades se han empeñado en sustitutirla por el infecto barceloní apichat, fonética desagradable incluída, nada que ver con la nuestra propia tan musical e italianizante, románica, como la que encontramos en La Marina.
Es una trampa hablar de unidad de la lengua catalana en al que desde hace muchos años vienen cayendo complacidamente muchos. Es una falacia, no existe, no cabe hablar de ella, y sí, por el contrario, de la unidad de la Lengua Latina, que colonizó la ribera del Mediterráneo, la que fue fraccionándose, descomponiéndose, y dando luz a lenguas romances, por decisión popular, hijas del tronco latino, ramas, de entre las que destacó siempre, sobre todo en el siglo XV, la Lengua Valenciana.
De estas cosas, tan científicas, tan comprobables, tan objetivas, la Universidad y la cacareada comunidad científica internacional no hablan nunca. No entra en sus planes, que son otros.
El 65% de valencianos, mayoría clamorosa, piensa, siente, cree y defiende que el idioma autóctono de los valencianos es la Lengua Valenciana, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), cuando este organismo era serio y científico. No se ahora si con el machaque y la intensa moda catalanizadora que persiste se habrá movido mucho el porcentaje. El pueblo valenciano lo ha tenido siempre muy a pesar de la fantasmagórica, irreal, inventada y surrealista “comunidad científica internacional.
La Lengua Valenciana no es otra cosa que el “totum revolotum” , en brillante afirmación del profesor José Vicente Gómez Bayarri, de las hablas de los distintos pueblos que se asentaron en el territorio autónomo valenciano. De entre todas estas culturas y lenguas, predominan la latina y las árabes. El suma y sigue, la mezcla vigorosa y vitalista de todos estos hablares, parlas, han dado como resultado el idioma valenciano actual, que ha persistido y subsistido a lo largo de la historia en nuestras tierras, porque nuestro pueblo la ha mantenido viva, incluso sin escuelas, colegios, institutos o universidades que la destruyeran o suplantaran como está ocurriendo ahora. La principal y más valiosa escuela de la Lengua Valenciana ha sido la familia, la transmisión oral, de padres a hijos.
La teoría de la pervivencia del habla latina de los valencianos durante la colonización e inculturación árabe del territorio autóctono ya intentó destruirla Manuel Sanchis Guarner, alegando que los árabes arrasaron con el romance de los mozárabes, cristianos, con los que convivieron pacíficamente durante toda la dominación, ocupación islámica. Fulminada el habla mozárabe, hacen creer al respetable que a renglón seguido llegaron los de Barcelona con Jaime I y nos trajeron su lengua, pasamos de la noche al día de las parlas árabes a chamullar el barceloní.
Y para concluir, los ateos que no creen en la Lengua Valenciana, y sean acérrimos y obcecados creyentes del catalán, podrían responder a que aceptando, en el potro de la tortura académica, que valenciano y catalán es lo mismo, o que valenciano es habla hija del catalán, culturalmente un valenciano y un catalán es lo mismo, pertenecen a la misma cultura, tenemos la misma lengua y cultura, somos un mismo pueblo, un estado, el estat català, ¿qué pretenden?
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