DANA

«No tengo ni un destornillador para arreglar mi local»

Marta lanza un SOS para poder poner en marcha su salón de belleza y la carpintería de su padre, «empezamos de cero»

Massanassa es una de las localidades afectadas por la DANA del pasado 29 de octubre
Massanassa es una de las localidades afectadas por la DANA del pasado 29 de octubreLa Razón

Marta vive en Massanasa, una localidad afectada por la terrible DANA que ha devastado 69 municipios de la provincia de Valencia. Le cuesta imaginar cómo era su vida antes de esta catástrofe, pues no hay nada que se pueda parecer a lo que tenía planeado.

Abrió su salón de belleza el 1 de octubre. Un local que su padre, carpintero, le ayudó a montar. En las fotografías del «antes» se puede ver cómo lo decoró con mucho esmero. No le faltaba ningún detalle.

Es otra de las pequeñas grandes emprendedoras que han visto cómo su esfuerzo quedaba sepultado por el agua primero y después por un barro que todavía no ha desaparecido.

Además de los daños que ha sufrido su local, ha tenido dos pérdidas en su entorno familiar. En lo material, la casa de su tía está literalmente destrozada, la de sus padres también se inundó y todos los muebles, así como los electrodomésticos están inservibles.

Su padre tampoco ha podido reabrir su negocio. Todas las herramientas están inservibles. Y eso que tuvo mucha ayuda para limpiarlo.

Marta colgó un video en redes sociales que, tras ser compartido por una «influencer» recibió la ayuda de muchos voluntarios. Gracias a ellos la carpintería está ya sin barro, pero no tiene ni una sola herramienta con la que poder trabajar. «Mi padre podría ayudarme a reparar los daños de mi local, pero no tengo ni un destornillador».

«El agua entró por casa de mis padres desde el garaje, ellos viven en un entresuelo y aún así se coló por las tuberías, llegando a la casa». Peor todavía fue la situación de su tía, a la que ha tenido que llevar mantas e incluso un colchón para poder vivir. «Es empezar completamente de cero».

Aunque asegura que en un principio se vio con fuerzas para pelear y contar todo lo ocurrido, admite también haber sentido miedo de salir a la calle.

La carpintería de su padre se ha convertido además en un punto de visita para los que se acercan a esta localidad que, en condiciones normales, está a menos de media hora de Valencia. En la puerta ha colgado un espejo con un marco de madera que dice: «Aquí empieza el cambio». La gente, cuenta Marta, se hace fotos allí.

De momento, sigue teniendo que hacer cola todos los días para comer algo caliente y enfrentarse a la incertidumbre de no saber cuándo podrá abrir su negocio.

Marta pide ayuda para poner en marcha su local lo antes posible, pues no puede recibir clientes hasta que no esté condiciones, está totalmente destrozado. «Mi padre podría hacerlo si tuviese herramientas», insiste.

Agradece que le hayan llegado donaciones de productos para trabajar y para tratar de ponerse en marcha y empieza a plantearse alternativas.

De todas formas, lo que más le preocupa es su padre. «Yo aún soy joven (acaba de cumplir 30 años) pero mi padre necesita trabajar». Remarca que él podría hacer trabajos para mucha gente y aunque han tenido algún ofrecimiento para recibir herramientas, todavía no ha cuajado nada.

Sobre las ayudas para reabrir su negocio, afirma que las ha dejado en manos de la gestoría, y que hasta el momento han recibido donaciones a través de plataformas. «Tengo una amiga que ya le han llamado para las ayudas que ha sacado Juan Roig», dice Marta. Ella sigue pensando en cómo va a asumir los gastos que tiene con su negocio cerrado.

La vida para Marta es otra. Desde el 29 de octubre solo ha salido de su pueblo en una ambulancia. Su abuela sufrió un pequeño accidente y la acompañó al hospital.

«Tenemos que empezar desde cero», pero además, con muchos menos medios de los que tenían a su alcance hace poco más de 15 días.

Marta pide a LA RAZÓN que difundamos su cuenta de Instagram para que todo aquel que pueda prestarle ayuda se ponga en contacto con ella. Herramientas, albañiles, muebles y electrodomésticos es lo que más falta les hace en este momento a ella y a su entorno. Las cuentas son: @martacsalonbelleza y @carpinteriadeinteriores67.

[[H3:«Igual de mal»]]

La nueva DANA pasó el miércoles por la noche «de puntillas por el municipio de Paiporta», uno de los más afectados por el desbordamiento del barranco del Poyo. En él, continúan las tareas de limpieza de cañerías, que no se han visto alteradas por la lluvia.

«De ayer a hoy no ha habido novedades. Estamos igual de mal que estábamos. La situación no ha empeorado, pero tampoco ha mejorado», explicó, en declaraciones a Efela alcaldesa de Paiporta, Maribel Albalat. Las lluvias finalmente menos de las previstas, no han afectado a las labores de los equipos de emergencias, que han podido trabajar y continuaban achicando agua.

Jesús Martínez, propietario de una tienda de interiorismo en Paiporta con el mismo nombre, se planteó poner sacos de arena a las puertas de su negocio para evitar que entrase más agua, aunque la alerta a las cinco de la tarde se lo impidió.

En su caso, las lluvias sólo le impidieron dejar de sacar lodo de su negocio, aunque afirma que estuvieron trabajando en el interior: «No ha llovido tanto, afortunadamente no».

El ambiente entre los vecinos de Paiporta continúa siendo de desolación y el escenario en las calles del municipio no ha variado en los últimos días, tomado por los servicios de emergencias y el Ejército, con el fango como protagonista y operarios achicando agua y barro de garajes.

De momento, la amenaza de gota fría parece que ha acabado. Aunque para los municipios que quedaron devastados por la primera DANA y a todos sus habitantes les queda mucho camino por delante para recuperar la normalidad que perdieron en cuestión de minutos.