Cambio Climático
El Polo Norte se podría deshelar pronto: Le quedan entre 3 años y 76 según un nuevo estudio
En menos de 3 años podríamos ver cómo el Ártico pierde la práctica totalidad de su hielo marino durante al menos un día al año, según un estudio reciente de la Universidad de Colorado en Boulder publicado en Nature Communications.
Cuando hablamos sobre el deshielo provocado por el cambio climático, solemos quedarnos en lo abstracto. Decimos que el hielo se funde, que se pierde más o menos rápido, pero ¿qué significa eso realmente? No es fácil imaginarlo. ¿Cuánto hielo tiene que desaparecer para que lo notemos? Todo cambia, sin embargo, cuando hablamos de un deshielo total. Imagina el Polo Norte sin hielo, solo un océano azul cubriendo el septentrión de nuestro planeta. Según el estudio más reciente, no tendremos que imaginarlo por mucho más tiempo: el Ártico podría perder su hielo en menos de una década… o no.
El estudio analiza las proyecciones del primer día sin hielo en el Ártico, con algunos modelos sugiriendo que podría ocurrir tan pronto como en 2027, o incluso en los próximos tres años desde el estado climático de 2023. Sin embargo, estas predicciones son mucho menos contundentes de lo que parece transmitir la prensa, y el motivo es que no son las únicas. Aunque algunas simulaciones proyectan una transición rápida hacia condiciones sin hielo, como hemos dicho, son excepcionales y no reflejan la mayoría de los resultados modelados. Solo una pequeña fracción de los modelos muestra este tipo de transición rápida, así que, aunque la posibilidad es mayor que cero, como indican los investigadores en la nota de prensa, no es suficiente como para centrar una nota de prensa en ese escenario extremo.
Algunos detalles
El escenario de transición rápida, donde el Ártico se queda sin hielo en 3 a 6 años, es poco común. Para ponerlo en números, solo el 1% de los centenares de simulaciones realizadas con los 11 modelos CMIP6 empleados. Esto indica que, aunque es posible, es bastante marginal, un caso tan extremo como el que se encuentra al otro lado de la distribución de probabilidades, atrasando el primer deshielo mucho más de lo que esperábamos. Por eso, cuando se hacen estas simulaciones lo más lógico es centrarse en los resultados más frecuentes.
En resumen, que la probabilidad de que este escenario ocurra debe tomarse como una excepción más que como una norma. Pero… ¿de dónde viene esta discrepancia? Las simulaciones no son perfectas, pero son bastante buenas porque han aprendido a jugar con la incertidumbre, los detalles que no podemos medir. En ellas juegan un montón de factores naturales como cambios en los vientos, temperaturas y corrientes oceánicas, que no siempre están vinculados al cambio climático humano. Los modelos climáticos simulan esta variabilidad de formas distintas, lo que lleva a proyecciones diferentes sobre el hielo marino. Y, lejos de un defecto, son un gran fuerte de los modelos matemáticos empleados (mientras se traduzcan correctamente sus resultados a un lenguaje llano, claro.
Más allá de los números
En cualquier caso, el primer día sin hielo marino en el Ártico llegará, aunque no sea en tres años. De hecho, si interpretamos correctamente los resultados de este artículo, lo más probable es que sea durante los próximos 76 años, antes de 2100. Un escenario que tiene un gran peso simbólico, pero no implica que el océano Ártico permanezca sin hielo de manera permanente. Las variaciones estacionales seguirán ocurriendo, y no se espera que el Ártico esté libre de hielo durante todo el año. La desaparición de hielo marino será estacional y no necesariamente una transformación definitiva. De hecho, en el estudio afirman que estará especialmente asociado con un fuerte calentamiento en invierno y primavera de ese mismo año.
En cualquier caso, es importante resaltar que, ni siquiera en ese día concreto debemos imaginar un Ártico completamente desprovisto de hielo, sino uno con menos de un millón de kilómetros cuadrados. Aunque podría parecer mucho, esto representa menos del 15% de la cobertura promedio durante los años 1979-1992, cuando el mínimo anual de hielo era de 6,85 millones de kilómetros cuadrados. Este escenario supone una aceleración del derretimiento respecto a proyecciones anteriores, que esperaban este fenómeno para la década de 2030.
Aunque las consecuencias de un Ártico libre de hielo son alarmantes debido a sus implicaciones en el cambio climático y los ecosistemas, la rareza de los escenarios de transición rápida sugiere que debemos abordar estos hallazgos con cautela. Las consecuencias para los patrones climáticos y los ecosistemas árticos son significativas, pero la probabilidad de que estos cambios tan corto es muy baja. Sin embargo, tampoco soluciona gran cosa que en lugar de 3 años tengamos 70, sigue siendo crucial reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar condiciones sin hielo prolongadas y mitigar los efectos del cambio climático en el Ártico y en todo el planeta.
QUE NO TE LA CUELEN
- ¿De dónde viene la idea de que los expertos están realmente en desacuerdo en cuanto al origen del cambio climático que estamos viviendo? La respuesta no está clara, aunque es posible que tenga que ver con la falsa equidistancia que se le ha dado en algunos medios durante décadas, poniendo al mismo lugar a científicos y negacionistas, sobrerrepresentando a los segundos y haciéndoles parecer un porcentaje significativo de la comunidad. En cualquier caso, un reciente estudio publicado sobre este tema ha revisado ni más ni menos que 88125 artículos científicos para medir con precisión el porcentaje de consenso y esto es lo que ha encontrado.
REFERENCIAS (MLA):
- “Countdown to an Ice-Free Arctic: New Research Warns of Accelerated Timelines.” Nature Communications, 3 Dec. 2024, doi:10.1038/s41467-024-54508-3.
- “Projections of an ice-free Arctic Ocean” Nature Reviews Earth & Environment (2024) 10.1038/s43017-023-00515-9
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