Cine
¿Por qué James Bond pedía los Martini agitados y no mezclados? Pura ciencia
Detrás de esta opción, la menos recomendada por los maestros cocteleros, hay un motivo puramente científico
Si bien es cierto que a Oppenheimer le gustarían los Martinis de James Bond y que a este último se le achaca a menudo su alta ingesta alcohólica, la realidad es que su mítica receta era Agitado, no mezclado, justamente al revés de como se ha traducido del original. Y esto tiene un porqué.
Por parecido que suene agitar y mezclar no es lo mismo ni tiene “diferencias sutiles”. Básicamente, el primero es un proceso mucho más enérgico y esto provoca un cambio a nivel químico fundamental: diluye la bebida. El agua del hielo, al derretirse con la energía del agitado, ayuda a suavizar las asperezas del licor puro y al mismo tiempo resalta los sabores que son difíciles de detectar.
Para los maestros cocteleros se trata de un equilibrio muy complejo: mezclar lo suficiente para destacar estos sabores, pero no diluirlos, tanto que pierdan su fuerza alcohólica al diluirse. Agitar y mezclar, por lo tanto, logra ambas cosas simultáneamente, aunque en diferentes grados y con diferentes resultados.
Un Martini agitado y no mezclado, está mucho más diluido gracias al hielo derretido. La bebida está más fría y eso nos pone en alerta. Así, cuando parece que está bebiendo en exceso, lo que hace es mantenerse concentrado e ingerir menos alcohol que si lo bebiese mezclado y de un solo sorbo. Lógicamente, estamos hablando de beberse uno o dos… El sexto Martini ya podría estar ligeramente acunado por una nana cantada por un unicornio que daría exactamente igual a efectos de impacto en nuestro cuerpo.
De este modo, lo que pretendía James Bond era aparentar, ante sus enemigos, que consumía mucho alcohol y que esto afectaba su coordinación y su capacidad de evaluar el peligro, pero estaba mucho más diluido de lo que parecía y entonces jugaba con ventaja… Con la ventaja de hablar de un personaje ficticio, obviamente, pero la química está ahí y el clásico espía británico tardaría una copa más en mostrar sus consecuencias. Solo eso ya que, al ritmo al que bebía, no es de extrañar que solo viva más de una vez.