COVID
Los bebés de la pandemia no tienen más riesgo de autismo según un reciente estudio. De hecho… ha habido sorpresa
No hay un mayor riesgo de trastorno del espectro autista entre los bebés nacidos durante la pandemia, es más, el riesgo es menor si sus madres fueron infectadas durante el embarazo
Parecía imposible cuando todavía estábamos encerrados en casa, sacando la basura con mascarilla y actualizando compulsivamente los casos de COVID en nuestro país, pero pudimos olvidar todo aquello. O, al menos, eso creemos. Es cierto que, conscientemente, pensamos poco en esa época y las costumbres pandémicas no han dejado mucho poso en nosotros, que volvemos a abrazarnos con desconocidos y toser a los cuatro vientos. Sin embargo, esos meses fueron reales, el estrés fue real y todo ello ha dejado cicatrices en nuestra sociedad. Una de las más preocupantes es la que tiene que ver con los niños nacidos durante la pandemia. ¿Están realmente sanos?
El origen del trastorno del espectro autista no está del todo claro y parece estar asociado a una larga lista de factores de riesgo durante el embarazo, ninguno suficiente para desencadenar el trastorno por sí solo, pero todos ellos responsables en parte. Son muchas las infecciones que aumentan el riesgo de este trastorno del neurodesarrollo.El estrés y las catástrofes también parecen jugar su papel, así que… ¿Podría haber más riesgo de tener un trastorno del espectro autista entre los nacidos durante el COVID? La pregunta es tan pertinente y relevante que un grupo de investigadores llevan ya años estudiando los hechos y, al fin, pueden afirmar que el riesgo de trastorno del espectro autista no parece ser mayor entre los hijos de la pandemia.
No, pero sí
Antes de desgranar el artículo que estos investigadores acaban de publicar en la revista JAMA Network Open conviene recordar que algunos de ellos fueron autores de otro publicado en junio de 2022 en la misma revista. En él, los expertos examinaron la relación entre la infección materna por SARS-CoV-2 durante el embarazo y el neurodesarrollo infantil a los 6 meses. Y, aunque el equipo no encontró diferencias significativas en el desarrollo de los bebés expuestos al virus mientras estaban en el útero, sí observaron que los bebés nacidos durante la pandemia (independientemente de que la madre hubiera pasado el COVID) presentaban puntuaciones más bajas en el desarrollo motor grueso, fino y social en comparación con un grupo de bebés nacidos antes de la pandemia.
Estos hallazgos llevaron a los expertos a recomendar un seguimiento a largo plazo de los niños nacidos durante la pandemia y así han hecho, pero precisamente por eso es tan sorprendente que, unos años después, los resultados sean tan halagüeños. “El riesgo de autismo se sabe que aumenta con prácticamente cualquier tipo de afectación a la madre durante el embarazo, incluyendo infecciones y estrés” afirmó Dani Dumitriu, una de las investigadoras del estudio. Sin embargo, si los investigadores están en lo cierto, padecer COVID durante la gestación, el estrés de la pandemia o las extrañas dinámicas sociales que se establecieron durante el confinamiento no han aumentado el riesgo de padecer trastornos del espectro autista. Y, ahora sí, veamos qué dice exactamente el estudio.
Buenas noticias
La investigación analizó a casi 2,000 niños nacidos entre enero de 2018 y septiembre de 2021 en el Hospital Infantil Morgan Stanley y el Hospital Allen de NewYork-Presbyterian. Los niños fueron evaluados para el riesgo de autismo mediante un cuestionario de detección del neurodesarrollo entre los 16 y 30 meses de edad. Con estos resultados en la mano, los investigadores pudieron comparar cuatro grupos: por un lado, los niños nacidos antes de la pandemia frente a los que nacieron durante, por otro lado, los que no estuvieron expuestos al COVID durante la gestación frente a los que sí. Sorprendentemente, Los resultados mostraron que no hubo diferencia en las tasas de detección positiva de autismo entre los niños nacidos antes y durante la pandemia. De hecho, los resultados del cribado de autismo fueron mejor entre los niños cuyas madres dieron positivo mientras estaban embarazadas. El motivo no está nada claro, pero los expertos sugieren que el miedo a infectarse entre las que todavía no se habían contagiado pudo jugar cierto papel.
En palabras de Dumitriu, "la escala de la pandemia de COVID tenía a pediatras, investigadores y científicos del desarrollo preocupados por un aumento en las tasas de autismo. Pero, de manera tranquilizadora, no encontramos indicios de tal aumento." Un dato especialmente tranquilizador si tenemos en cuenta que, en realidad, "el COVID sigue siendo prevalente, por lo que esta es una noticia alentadora para personas embarazadas preocupadas por enfermarse y el impacto potencial en el riesgo de autismo."
Tal vez por eso, porque el COVID sigue siendo una realidad, los investigadores prefieren mostrarse cautos y no bajar la guardia. Morgan Firestein, primer autor del estudio tiene claro que, a pesar de estas buenas noticias, "debemos reconocer la experiencia y el entorno únicos de los niños nacidos durante la pandemia, incluyendo el estrés parental y el aislamiento social, y continuar monitoreándolos para detectar diferencias en el desarrollo o psiquiátricas".
QUE NO TE LA CUELEN:
- El estudio no analiza la prevalencia de autismo entre los niños nacidos durante la pandemia, sino el riesgo que tienen de desarrollarlo en un futuro. Y es que, en realidad, es demasiado pronto para poder diagnosticar con seguridad a estos niños, por lo que la única aproximación rigurosa es mediante un cuestionario que ayuda a detectar conductas asociadas con la posibilidad de desarrollar autismo en un futuro.
REFERENCIAS (MLA):
- "Positive M-CHAT-R Screening Rates in Pandemic-Born Children." JAMA Network Open, 23 Sept. 2024. Observational study. No conflicts of interest.
- Shuffrey, Lauren C., et al. "Association of Birth During the COVID-19 Pandemic With Neurodevelopmental Status at 6 Months in Infants With and Without In Utero Exposure to Maternal SARS-CoV-2 Infection." JAMA Pediatrics, vol. 176, no. 6, 2022, pp. e215563, doi:10.1001/jamapediatrics.2021.5563.
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