Trasplantes

Los órganos universales para trasplante podrían estar más cerca

Un cóctel de dos enzimas pancreáticas es capaz de eliminar la mayoría de los antígenos de los órganos, lo que potencialmente podría hacerlos compatibles para todos pacientes.

La Dra. Aizhou Wang utilizando el sistema para perfundir fluido a los pulmones.
La Dra. Aizhou Wang utilizando el sistema para perfundir fluido a los pulmones.University Health NetworkCreative Commons

Los trasplantes son intervenciones médicas complejas que permiten alargar y aumentar la calidad de vida de pacientes que han sufrido daños orgánicos por motivos diversos. Estos trasplantes pueden ser de una persona a si mismo (autotrasplante) de otra persona genéticamente idéntica, como un gemelo (isotrasplante), de otra persona no idéntica (alotrasplante) o incluso de otra especie (xenotrasplante). En los autotrasplantes e isotrasplantes no suelen ocurrir más problemas que los derivados de la propia cirugía, pero cuando nos encontramos ante un órgano de otra persona o especie, puede ocurrir el nefasto “rechazo del trasplante”. ¿Pero por qué sucede esto? ¿y cómo lo evitamos?

Lo llevamos en la sangre

Para comentar el hito científico que han logrado estos investigadores, vamos a recordar un tema que conocemos más: Las transfusiones de sangre. Las personas tienen diferentes grupos sanguíneos, A, B, AB y 0. Estos grupos vienen dados por los antígenos de cada persona que, como hemos aprendido durante la crisis de la COVID19, son unas pequeñas moléculas propias de un organismo, en este caso, las células del sistema circulatorio. Así pues, las personas con el antígeno A, serán A, las que tengan el B, serán B, las que tengan ambos, AB, y las que no tengan ninguno, 0. La importancia de conocer el grupo sanguíneo radica en que, si una persona con el grupo A recibe sangre de una con el grupo B, sus células del sistema inmunológico reconocerán ese antígeno y lo atacarán, provocando un rechazo de la trasfusión sanguínea. Durante el rechazo, el sistema inmunológico destruirá las células sanguíneas y provocará toda clase de síntomas desde fiebre, enrojecimiento de la piel, dolores, desmayos, fallo renal e incluso la muerte.

Esto es una pequeña simplificación, ya que no solo existe el A y B, también está el factor Rh, que puede ser “+” si está presente o “-” si no lo está y otros antígenos como Kidd, Kell, Diego, Duffy o MNS. En definitiva, que se conocen 22 grupos sanguíneos, no únicamente los 8 que nos enseñaron en el colegio. Por último, recordemos que esto es biología y somos casi 8 mil millones de personas en el mundo, por lo que siempre que pueda complicarse más, lo va a hacer. Además de los grupos sanguíneos, contamos con 6 colecciones de antígenos que están presentes, pero no cumplen los criterios para formar un grupo y otros más de 30 antígenos que están clasificados como “series”.

Algunos son más iguales que otros

A la hora de realizar un trasplante, si el donante es una persona A, estarán recubiertos de antígenos A y solo podrán ser donados a personas A o AB porque estos no tendrán anticuerpos contra ese antígeno A. Trasplantar un órgano de una persona A a una persona B, 0 o alguno de los otros tipos, provocaría que el sistema inmunitario atacase al órgano para destruirlo de una forma similar a la que hemos descrito anteriormente. Esto se acaba traduciendo en que las personas que lo necesitan han de esperar hasta que haya una persona compatible y, aunque España está a la cabeza en donantes de órganos, no siempre hay disponibles, lo que es peligroso.

En 2018 se descubrió que dos enzimas intestinales utilizadas conjuntamente podían degradar los antígenos del cuerpo. Y un reciente estudio publicado en Science translational medicine podría suponer un cambio en el paradigma de los trasplantes. Utilizando esta técnica de forma ex vivo, es decir, aplicándola en experimentos fuera del cuerpo, se observó que las enzimas aplicadas conjuntamente eliminaban hasta un 99% de los antígenos en las células de la sangre, transformando efectivamente los hematíes A en 0. Lograr esta alteración les situó un paso más cerca de crear una sangre universal que pueda ser utilizada para todas las trasfusiones. Tras esto, realizaron la misma prueba con 5 aortas para comprobar si el efecto era el mismo que con las células sanguíneas y los resultados fueron positivos.

Un cóctel explosivo

Las enzimas, llamadas FpGalNAc deacetilasa y FpGalactosaminidasa degradan los antígenos que se encuentran recubriendo las células, lo que evita que el sistema inmunológico los reconozca y, por tanto, los ataque. Este mismo principio es el que han aplicado en el estudio realizado con 8 pulmones A. Tras perfundir las enzimas durante 4 horas, observaron que los antígenos en el pulmón disminuyeron en más del 97% y, además, no se observó toxicidad, por lo que podrían ser utilizados para el trasplante. El siguiente paso era verificar que realmente no se iba a producir rechazo, por lo que inyectaron suero de pacientes 0, es decir, un suero que rechazaría el pulmón A. Comparando los pulmones tratados con los controles sin tratar, observaron que se minimizaba la reacción de rechazo.

En estas operaciones, el tiempo es un factor determinante para el éxito de la cirugía y puede suponer una diferencia entre la vida y la muerte. Por tanto, se trata de una gran noticia para todas las personas que en algún momento vayan a necesitar un órgano, ya que posibilitaría trasplantar a los pacientes más graves primero, sin que tuviesen que esperar a que apareciese un donante compatible. Los investigadores esperan realizar un experimento con un mayor número de pacientes para obtener resultados más robustos.

QUE NO TE LA CUELEN

  • Los xenotrasplantes también son más comunes de lo que parecen, las válvulas cardíacas de cerdo llevan décadas utilizándose en humanos debido a su similitud en la estructura.
  • La utilización de animales modificados genéticamente podría permitir utilizar otros órganos para el trasplante, de hecho, recientemente se ha realizado con éxito el trasplante de un corazón completo de cerdo a un humano, lo contábamos aquí.

REFERENCIAS (MLA)