Referente del fantástico
Steven Erikson, un escritor de éxito más allá de Malaz
El reconocido escritor, responsable de una de las sagas literarias más celebradas en el género fantástico, participa hoy en el Festival 42
Steven Erikson sabe que si viaja no será para descansar. El escritor sabe que en sus giras le esperan numerosos libros que firmar. Ayer, antes de empezar a dialogar con él, ya había pasado un buen rato estampando su rúbrica en los centenares de ejemplares que lo esperaban en la librería Gigamesh de Barcelona. Solo en nuestro país, la saga dedicada al mundo de Malaz lleva vendidos unos 75.000 ejemplares. En el resto del planeta, la cifra total asciende a unos estratosféricos tres millones de libros.
Erikson, entre firma y firma, participa hoy en Barcelona en el Festival 42, además de en un encuentro con lectores, los mismos que siguen su epopeya de diez volúmenes que empezó a andar en 1999 y sigue hoy vivísima gracias a sus muchos seguidores. «Me siento responsable de mis lectores, aunque solamente tuviera uno. Me importa cada uno de los que se acercan a mis libros», explicó ayer el escritor en un encuentro con la Prensa.
Arqueólogo de formación, Steven Erikson, cuyo verdadero nombre es Steve Rune Lundin, considera que el género fantástico que tan bien conoce y trabaja es una buena herramienta para conocer e interpretar el mundo real. «No sé si inspiración es la mejor palabra, pero creo que los autores de fantasía cogemos el mundo real y creamos una metáfora, con la que podemos plantear temas como el cambio climático, y hacerla real», comentó. A este respecto, añadió el autor que le gusta escribir «siguiendo imperativos», en un mundo hacia el que no siente «mucho optimismo. ¿Cómo poder serlo ahora? Ahora tanto multimillonarios como la gente de la calle están en un mismo nivel en estos momentos. Nos han dejado en una situación que se puede definir como desesperanzadora».
El género fantástico probablemente está viviendo en la actualidad uno de sus mejores momentos gracias, en buena parte, a las adaptaciones que ha hecho la pequeña pantalla de sagas como «Juego de tronos» o «El señor de los anillos». Erikson reconoce la fuerza que ha tenido la televisión en este particular para hacer del género una cultura más popular, aunque admitió que «cuando era joven y estaba en este mundo de lo fantástico, la gente jugaba a juegos de mesa. Nos escondíamos al hacer esto. Ahora es cultura popular. Por desgracia, una cosa que muestran estas series de televisión es la división entre los seguidores de género. Parece que los lectores más fanáticos son los críticos más duros de las series». Por todo ello agregó que esto es consecuencia de un hecho concreto y es que «uno de los problemas que tenemos con las adaptaciones, es que los lectores se hacen fan desde adolescentes. Este mundo los acaba colonizando. Por eso, cuando se confronta su lectura con la interpretación que ha llevado a cabo otra persona es difícil a conciliar las dos interpretaciones».
Precisamente la saga de Malaz nació como un guion cinematográfico escrito con su amigo Ian Cameron Esslemont, pero aquel proyecto no salió adelante. «Perdimos la oportunidad. Además ese guion desapareció y no hemos vuelto a recuperarlo», confesó. De allí, este texto titulado «Los jardines de la Luna» pasó a ser el primer tomo de una serie traducido a numerosas lenguas y con muchísimos entregados seguidores a la causa.
Dentro del fantástico, es el subgénero «Grimdark», que se caracteriza por moverse en territorios oscuros, además de distópticos y violentos, el que ha hecho suyo el autor canadiense con Malaz. Sin embargo, Erikson cree que en la actualidad no interpelan al lector por su relato «existencialista, sin esperanza» y melancólico que no responde a las preferencias de los lectores, que según él buscan lo contrario en la literatura.
El escritor sigue, cuando está cerca de casa, acudiendo a una cafetería donde se pone a escribir durante cuatro horas. «Es mi oficina», reconoció. Entre café y café, Erikson tiene delante un extenso plan editorial para los próximos años. En la actualidad trabaja a la vez en cuatro libros, de los que habló poco. Dos de ellos son novelas en la que en un caso aborda los viajes en el tiempo mientras que otro trata de un planeta Tierra alternativo. También tiene entre manos un proyecto interesante que permite conocer su manera de trabajar, con el bloqueo del escritor como uno de los principales ejes en esta obra. «Estoy escribiendo sobre cómo escribir. Allí hablo de ese bloqueo de la página en blanco. El libro tendrá tres secciones y la de en medio será una recopilación ensayos sobre cómo escribir. Una de las cosas más importantes es que planteo una solución al bloqueo, pero también hablo desde un punto autobiográfico mi experiencia. Espero poder tenerlo acabado en primavera, pero tardará aún un poco en publicarse», concluyó.
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