Investigación y salud
Las mujeres sufren más dolor crónico postquirúrgico que los hombres
Un estudio revela que ellas tienen un mayor riesgo de desarrollarlo al presentar más dolor previo a la intervención que ellos, concretamente dos veces más, menos calidad de vida y un peor componente emocional
Tras una cirugía, es relativamente frecuente que el paciente experimente lo que se conoce como dolor crónico postquirúrgico, que es aquél que perdura más de tres meses después de la intervención y no se relaciona con ninguna complicación postoperatoria o infección. De hecho, en el 17% de las cirugías se produce este dolor, que en un 25% de los casos es moderado e intenso, llegando a ser limitante e incapacitante.
En este contexto, varios grupos de investigación han trabajado en los últimos años para tratar de determinar aquellos factores que están relacionados con que un paciente sufra dolor crónico tras una cirugía y que explicarían porqué algunas personas siguen una evolución normal tras la intervención y otras no.
En esta línea, un equipo liderado por el doctor Antonio Montes, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital del Mar e investigador del Institut de Recerca del Hospital del Mar, desarrolló un score de riesgo, que, tomando variables como la edad del paciente - cuanto más joven, más posibilidad de experimentar dicho dolor-, si éste sufre dolor en la zona de la cirugía antes de la intervención o padece dolor previo en otras partes del cuerpo, lo cual puede querer decirnos que tiene una mala analgesia endógena o, lo que es lo mismo, peor inhibición del dolor, permite valorar el riesgo de cronificar, con apoyo de un cuestionario sobre calidad de vida y estado emocional que deben responder los pacientes.
En definitiva, esta herramienta "valora componentes de calidad física del paciente y componentes de su situación mental y emocional antes de la operación para determinar el riesgo de que éste desarrolle dolor crónico postquirúrgico y así poder prevenirlo", explica el doctor Morales, quien al respecto comenta que "una vez ese dolor ha aparecido, es mucho más difícil tratarlo, sin embargo, con intervenciones como una terapia conocida como "de aceptación y compromiso" es posible mejorar esos componentes antes de la cirugía, reduciendo así el riesgo de sufrir dolor crónico postquirúrgico". "Esto es algo que en España es muy novedoso, pero que ya se está haciendo en algunos países", indica el investigador.
En este contexto y dado que en los últimos años se ha hablado mucho acerca de si la variable del género también podría influir en las probabilidades de una persona de desarrollar este tipo de dolor tras una cirugía, el equipo de la Unidad del Dolor del Servicio de Anestesia del Hospital del Mar y su instituto de investigación puso en marcha un estudio para valorar esta posibilidad. Para ello, entre 2017 y 2019 analizaron los datos de 96 mujeres y 137 hombres de una decena de hospitales españoles que se habían sometido a una toracotomía, una de las cirugías con más riesgo de cronificación del dolor que requiere abrir la caja torácica y separar las costillas.
Más dolor y mejor adaptación
Los resultados de este estudio pusieron de manifiesto que "a los cuatro meses de la intervención, un 53% de las mujeres y un 38% de los hombres sufrían dolor crónico postquirúrgico", señala el doctor Montes, quien, acerca de las razones de este decalaje entre géneros, explica que "no se trata del sexo del paciente en sí, sino que las mujeres presentaban más dolor previo a la intervención que ellos, concretamente dos veces más, menos calidad de vida y un peor componente emocional".
En definitiva, antes de la operación, las mujeres tienen, de base, más dolor que los hombres, un mayor componente depresivo y presentan una peor calidad de vida, variables todas ellas que más peso tienen a la hora de determinar el riesgo de desarrollar dolor crónico postquirúrgico.
Ante estos datos, el doctor Morales insiste en la necesidad de "valorar en la práctica habitual todas estos factores que influyen en las probabilidades de padecer este dolor antes de llevar a cabo una intervención, ya que así es posible conocer el riesgo de cronificación que tiene cada paciente y minimizarlo mediante intervenciones previas a la cirugía", porque, como señala el investigador, "una vez el dolor se ha cronificado es mucho más difícil tratar a ese paciente". "Eso es algo factible, pero requiere de un cambio de chip. Igual que estamos yendo hacia la personalización de los tratamientos, hemos de hacer lo mismo en el manejo del dolor crónico postquirúrgico, interviniendo con sesiones psicológicas antes de la operación y con un seguimiento más intensivo del paciente tras la misma", añade.
Por último, destacar que este trabajo, publicado en el Journal of Cardiothoracic and Vascular Anesthesia, también ha permitido poner de manifiesto que "a los cuatro meses de la intervención, quienes cronifican tienen todos una peor calidad del componente físico, pero en cuanto al mental, las mujeres mejoran, mientras que los hombres empeoran", explica Montes, quien al respecto comenta que "la hipótesis es que ellas se adaptan mejor al empeoramiento determinado por el dolor crónico postquirúrgico que ellos".
✕
Accede a tu cuenta para comentar