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Reabre la ronda de Sant Antoni en Barcelona entre críticas vecinales
La reforma incluye tráfico viario pese a lo que inicialmente se había proyectado
La Ronda de Sant Antoni, en Barcelona, ha comenzado a escribir un nuevo capítulo en su historia con la inauguración del primer tramo de su reforma, tras más de diez meses de obras. Este proyecto pone fin, de manera progresiva, a 17 años de provisionalidad desde que las obras del Mercat de Sant Antoni transformaron temporalmente esta arteria en un espacio cerrado al tráfico.
El tramo recién estrenado, entre las calles Floridablanca y Comte d’Urgell, combina una mayor pacificación para los peatones con la reintroducción del tráfico rodado, una decisión que ha generado opiniones divididas entre vecinos, comerciantes y entidades locales.
Espacio compartido: ¿solución o nuevo problema?
El diseño actual incorpora un carril de circulación que permite el paso de autobuses y vehículos particulares, aunque con restricciones específicas. En el tramo entre Villarroel y Floridablanca, únicamente los residentes tienen permitido el acceso, mientras que en el resto del trazado también pueden circular el resto de vehículos. Esta decisión, añadida al proyecto en última instancia, no estaba prevista inicialmente y ha suscitado críticas.
Por un lado, colectivos como la Plataforma d’Afectats per la Llosa de Sant Antoni valoran positivamente la posibilidad de que vehículos de diferentes tipologías puedan transitar por la ronda, argumentando que esto dinamizará la movilidad en la zona. Por otro, entidades como la Plataforma pro Pacificació Sant Antoni lamentan que no se haya optado por una pacificación total que convierta la ronda en un eje verde similar a otros ejemplos exitosos en la ciudad.
El comercio, optimista ante la reapertura
La reactivación de la ronda supone también un respiro para los comerciantes y restauradores, quienes han afrontado meses difíciles debido al impacto de las obras en sus negocios. "Esperamos recuperar parte de la clientela que hemos perdido", comenta un restaurador de la zona.
No obstante, la inauguración no estuvo exenta de dificultades. A primera hora de la mañana, los peatones todavía encontraban materiales de obra y vallas en las aceras, dificultando el paso y restando brillo a la esperada reapertura.
Un proyecto en marcha: fases y retos
La primera fase de la reforma ha priorizado la ampliación de aceras y la creación de un carril bus en descenso entre las calles Villarroel y Comte d’Urgell, eliminando así el tráfico de autobuses en sentido contrario por la calle Comte d’Urgell. Además, se han incorporado zonas de carga y descarga para dar servicio a los negocios locales, aunque esto ha generado preocupación entre algunos vecinos, quienes temen que se conviertan en focos de indisciplina viaria.
Esta fase también incluye la renovación de la Plaça del Dubte, que ya ha sido estrenada por los vecinos, y la preparación de espacios para la colocación de bancos y jardineras que contribuirán a embellecer la avenida.
Paralelamente, ya ha comenzado la segunda fase del proyecto, que conectará la ronda con la superilla de Sant Antoni y transformará la Plaça del Pes de la Palla en un espacio renovado con áreas de juegos infantiles. Está previsto que la reforma completa de la ronda finalice en junio de 2025, con una inversión total de 10 millones de euros.
El futuro de la Ronda de Sant Antoni
A pesar de las controversias, el avance del proyecto marca un hito importante en la reactivación de este espacio emblemático de Barcelona. Con sus nuevas aceras, un carril bus funcional y zonas específicas para carga y descarga, la Ronda de Sant Antoni aspira a convertirse en un ejemplo de movilidad sostenible y convivencia entre peatones, transporte público y vehículos particulares.
No obstante, el verdadero examen para esta reforma llegará cuando se retiren todas las vallas y el flujo de personas y vehículos comience a definir la dinámica cotidiana de la ronda. ¿Se logrará evitar la invasión de las aceras por motocicletas, como ya ocurrió con éxito en Pi i Margall? ¿Se respetarán las normativas en las zonas de carga y descarga?
Mientras tanto, la ciudad observa con atención cómo esta vía, que durante años estuvo marcada por la provisionalidad, se reinventa para integrar pasado, presente y futuro en su estructura urbana.
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