Clones
Los cinco edificios gemelos que comparten Madrid y Barcelona
Ni son ciudades parecidas ni quieren serlo, pero hay paralelismos que son inevitables
Una está a 655 metros de altura y la otra está al nivel del mar. A una llegan los aires de la sierra y a la otra las brisas marítimas. Una sigue en edad de crecimiento y la otra ya dio el estirón. Son Madrid y Barcelona, ciudades muy distintas pero con algunas semejanzas que llaman la atención.
Son parecidos que no hermanan, pero sí que dejan la sensación de que hay paralelismos entre ellas más allá de los que producen ver las mismas tiendas y las mismas marcas en Madrid, en Barcelona y en medio mundo.
1. Del edificio “Capitol” al de CC.OO
Pocos lugares pueden disputar al edificio “Capitol” de la Gran Vía la bandera de ser el mayor icono de Madrid. En realidad, el Capitol no es su verdadero nombre, puesto que oficialmente es el edificio Carrión, en honor de Enrique Carrión (propietario del solar donde está construido). Debe su popular bautizo de Capitol a los cines que todavía conserva, aunque hay madrileños que tampoco emplean este nombre y se refieren a él como eledificio Schweppes debido al cartel publicitario que preside el edificio desde 1972.
Debido a su forma de cuña y a su estilo art decó, el edificio Carrión se ha comparado en ocasiones con el Flatiron Building de Nueva York, a pesar de que la construcción americana es más alta y más estrecha.
Esta misma forma de chaflán y la bifurcación que marca en la ciudad recuerda al edificio que ocupa CC.OO en la Vía Laietana de Barcelona, hoy en día en plenos trabajos de restauración después de que el Gobierno —propietaria del mismo a través del Ministerio de Trabajo— aprobara hace un año una subvención de 6,5 millones de euros.
Vale la pena fijarse en la evolución histórica del edificio de Barcelona a lo largo de los años para comprobar la similitud que guarda con el edificio Capitol.
El edificio Carrión fue construido entre 1931 y 1933. Tiene una estructura de catorce plantas y fue proyectado por los arquitectos Luis Martínez-Feduchi Ruiz y Vicente Eced y Eced. Fue concebido como un gran torreón a modo de faro urbano capaz de servir de soporte a la publicidad luminosa, al estilo de edificios de Picadilly Circus en Londres y de Times Square en Nueva York.
Por su parte, el edificio que actualmente ocupa CC.OO. en Barcelona fue encargado por la Caja Mutua Popular en 1922, y fue obra del arquitecto Josep Domènech i Masana. Durante la Guerra Civil, el inmueble fue sede la Generalitat republicana y fue usado como refugio antiaéreo.
2. Del Arco de la Victoria al Arco de Triunfo
Poco o nada tienen que ver estos otros gemelos. El Arco de la Victoria de Madrid fue construido entre 1953 y 1956 por orden de Franco como conmemoración de la victoria de su bando en la Guerra Civil. Está situado en el distrito de Moncloa-Aravaca y tiene casi 40 metros de altura. En su interior se encuentran diversos planos y una maqueta de la Ciudad Universitaria, que era titular del monumento hasta que recientemente firmó un convenio para que el Ayuntamiento de Madrid se haga cargo de su mantenimiento y explotación. Es obra de los arquitectos Modesto López Otero y Pascual Bravo Sanfeliú y los escultores Moisés Huertas, Ramón Arregui y José Ortells. Por tanto, como la mayoría de monumentos de este tipo tiene un origen militar.
En cambio, el Arco de Triunfo de Barcelona se culminó en el año 1888, cuando Barcelona fue organizadora de la Exposición Universal. Era la puerta de entrada a la feria, situada en el Parque de la Ciutadella. El arquitecto Josep Vilaseca concibió una obra de carácter y proporciones clásicas como alegoría del respeto de Barcelona hacia las naciones y provincias participantes en la Exposición.
3. Los monumentos a Colón coincidieron en el tiempo
Madrid y Barcelona también comparten un monumento al descubridor Cristóbal Colón e incluso tienen una fecha de inauguración bastante parecida. Las obras de la estatua de Madrid comenzaron en 1881 y concluyeron en 1885, aunque la inauguración se demoró un tiempo. El monumento a Colón de Madrid tiene 17 metros de altura incluyendo la escultura del propio navegante de tres metros. Es obra de Jerónimo Suñol, está tallada en mármol de Carrara y se levanta sobre gran pedestal. En ella, el almirante aparece vestido con sayo y manto y sujeta con una de sus manos una bandera de Castilla, que se apoya sobre un globo terráqueo, mientras que su otra mano aparece abierta y tendida hacia adelante.
Por su parte, el monumento a Colón de Barcelona se decidió construir en el año 1881 para rendir homenaje al descubridor por elegir el puerto de Barcelona para desembarcar tras su viaje por América. Tras siete años de construcción, el monumento fue inaugurado en 1888 con motivo de la celebración de la Exposición Universal. Tiene 60 metros de altura y se pensó como un mirador del litoral de la capital catalana (hay un ascensor por dentro del monumento), pero, en realidad, la visita no es particularmente recomendable puesto que el espacio es muy pequeño.
4. La plaza Real de Barcelona y la plaza Mayor de Madrid
Aunque los arcos de la plaza Mayor y la plaza Real de Barcelona son los elementos que guardan un mayor parecido, en realidad hay un paralelismo histórico más peculiar, puesto que ambas fueron escenarios claves en la proclamación de la II República.
En 1848 el arquitecto Daniel Molina llevó a cabo la reestructuración de la Plaza Real de Barcelona inspirándose en la tradicional plaza Mayor de Madrid y, en concreto, en sus pórticos y bóvedas.
Juan de Herrera y Juan Gómez de Mora fueron los grandes impulsores de la plaza madrileña en la que destacan tres elementos: la estatua de Felipe III, la Casa de la Panadería (el edificio más importante del espacio) y el arco de Cuchilleros, el más célebre de las nueve puertas de acceso que tiene la Plaza Mayor.
5. De la Ciutadella de Barcelona al Retiro de Madrid
Aunque la comparación entre los grandes parques de Barcelona y Madrid resultaría inevitable, es quizás más llamativos fijarse en sus dos monumentos más representativos que, a la vez, son de los más impresionantes de ambas ciudades. Ambos rodeados de agua y ambos tremendamente evocadores.
El monumento a Alfonso XII en el Retiro de Madrid es un conjunto escultórico y arquitectónico con la huella de muchos artistas. Fue pensado para ser recorrido por dentro, entre sus columnas, esculturas y escalinatas, de forma que se convierte en una plaza pública. La obra en su conjunto fue diseñada, tras concurso público, por José Grases Riera. El arquitecto catalán, que moriría antes de la inauguración definitiva en 1922, fue quien propuso emplazarla sobre el antiguo embarcadero.
La cascada monumental del parque de la Ciutadella de Barcelona se comenzó a construir en el año 1875. La diseñó Josep Fontseré y fue inaugurada en 1881. Para su realización Fontseré tuvo como ayundante a Antoni Gaudí, en aquel tiempo muy joven, al cual se le atribuyen las rocallas de la cascada y algunos detalles decorativos. Por ambos laterales del monumento al nacimiento de Venus ascienden de forma simétrica dos escaleras que alcanzan un templete coronado por una reluciente y dorada Cuádriga de la Aurora, que da color y mágico brillo al conjunto.
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