Aniversario de un hito
40 años después del primer bebé in vitro, el 11% de los niños en España nacen por esta técnica
En julio de 1984 nació Victoria Anna, el primer bebé in vitro en España, y desde que Dexeus Mujer hiciera realidad ese hito, el campo de la reproducción asistida ha evolucionado mucho, lo que ha ido asociado a un cambio en el perfil de la paciente
Era el 12 de julio de 1984, al anochecer, cuando Dolors y Ricard daban la bienvenida a su hija Victoria Anna, una bebé que nació en la 37ª semana de gestación por parto espontáneo y pesó 2.470 kilos. Este nacimiento fue todo un logro para el matrimonio, que con anterioridad había perdido un hijo por problemas durante la gestión y tenía serías dificultades para volver a quedarse embarazados ya que ella sufría una obstrucción en las trompas de Falopio. Pero también supuso un hito para la medicina, especialmente la reproductiva, ya que Victoria Anna fue el primer bebé nacido por Fecundación in vitro en España.
"A nivel personal fue una satisfacción, porque empezamos 4 o 5 equipos a trabajar en este campo y nosotros fuimos los primeros en tener resultados mientras que los otros aún tardarían un año más y, a nivel científico, fue todo un logro porque demostró que la medicina española estaba a la altura de la de cualquier país occidental en teoría tecnológicamente más desarrollado", señala el doctor Pedro Barri, quien, como Jefe del Servicio de Reproducción Asistida del entonces Instituto Universitario Dexeus, actualmente Dexeus Mujer Barcelona, lideró junto a Anna Beiga, responsable del Laboratorio de Fecundación in vitro, el equipo que hizo posible el nacimiento de Victoria Anna.
Han pasado cuatro décadas de aquello y desde entonces el panorama en el marco de la reproducción asistida en España ha cambiado significativamente. De hecho, como apunta la doctora Beiga, "es una de las especialidades médicas en la que se han producido más avances en un periodo más corto de tiempo". En la misma línea, Pedro Barri, actualmente presidente de la Fundación Dexeus Mujer, indica que "a nivel científico, la técnica ha evolucionado mucho, se ha simplificado considerablemente y los resultados son mucho mejores, hasta el punto que la tasa de embarazo se ha doblado para situarse ya en el 50%, cuando entonces estaba en el 20% o 25%".
40 años de evolución
Y es que en estos años, se han desarrollado nuevas técnicas que han permitido mejorar los resultados, como la vitrificación, la inyección intracitoplasmática y el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), una herramienta de prevención que se utiliza para detectar anomalías en el material genético de los embriones, lo cual permite llevar a cabo una selección embrionaria, que, junto a las mejoras aplicadas en el cultivo, ha permitido reducir el número de embriones que se transfieren en cada tratamiento. En este sentido, cabe señalar que, anteriormente, en el 80% de los casos se transferían entre 2 y 3 embriones y en la actualidad únicamente se transfiere uno en el 97% de los casos, lo que previene embarazos múltiples.
Todos estos avances han dado lugar a nuevos hitos en el ámbito de la medicina reproductiva tras el nacimiento de aquel primer bebé producto de la fecundación in vitro. A modo de ejemplo, en 1987 vio la luz el primer niño procedente de un embrión congelado, un año más tarde nacía una criatura tras una donación de óvulos, en 1994 la técnica del Diagnóstico Genético Preimplantacional permitía el nacimiento de un bebé libre de una enfermedad de origen genético y en 2012 se aplicaba por primera vez con éxito la preservación de óvulos por cáncer de ovario, logros todos ellos alcanzados por los profesionales de Dexeus Mujer.
En definitiva, la investigación y la práctica clínica durante estos últimos 40 años no solo han permitido mejorar los resultados en el campo de la reproducción asistida, sino que también han dado lugar a nuevas técnicas gracias a las cuales a día de hoy pueden ser madres muchas más mujeres y eso ha llevado asociado un incremento en el número de nacimientos con ayuda de la medicina reproductiva. "Un 11% de los niños que nacieron en 2021 fueron concebidos por fecundación in vitro -lo que supuso un incremento del 33% respecto al año anterior-, algo que antes era excepcional", señala el doctor Barri.
El retraso de la maternidad cambia el panorama
Ese incremento está muy relacionado con el retraso de la maternidad que se ha evidenciado en los últimos años. Las mujeres deciden ser madres a una edad más avanzada, en la que su reserva ovárica y la calidad de sus ovocitos pueden ser una dificultad añadida a la hora de quedarse embarazadas. De hecho, mientras en la Unión Europea, la edad media en la que las mujeres tienen a su primer bebé es de 29,7 años, en Dexeus Mujer y en general, en España ésta se sitúa en los 35,1 años. Así pues, tal y como pone de manifiesto el doctor Barri, "mientras al inicio se trataba a parejas con problemas médicos que dificultaban o hacían imposible el embarazo, en la actualidad hay muchas parejas sanas cuyo único problema es el factor edad, que a día de hoy es el más importante al que tenemos que hacer frente".
Y eso se ha traducido en un cambio en el perfil de las pacientes. En los años 80, éstas eras mujeres de unos 35 años de media, con pareja, que tenían un problema de infertilidad asociado a una patología y en estos momentos son, principalmente, mujeres de unos 39 años que tienen un problema de infertilidad asociado, en muchos casos, a una edad avanzada para ser madre. De hecho, el número de mujeres que deciden ser madres a partir de los 40 años se ha incrementado en un 27%.
Sin ir más lejos, en Dexeus Mujer éstas representan ya el 50% del total, mientras que en 1995 eran solo el 11%. Ello ha hecho que entre 2009 y 2023, en el centro, los ciclos de Fecundación in vitro con indicación de DGP para detectar posibles anomalías cromosómicas en el embrión se hayan multiplicado por 12 y los que requieren donación de óvulos, por cinco. También han experimentado un significativo crecimiento los tratamientos relacionados con la preservación de la fertilidad por motivos sociales. Así, si en 2009, en Dexeus Mujer, un 71% de las congelaciones de óvulos se hacían por causas médicas, en la actualidad ese porcentaje ha caído hasta el 13%, mientras que el 87% restante es por motivos sociales.
Y es que, junto con esos avances en el ámbito científico, los cambios sociales que han tenido lugar en las últimas décadas han contribuido también a dibujar un nuevo perfil de paciente. "Ahora hay muchas mujeres solas que recurren a la reproducción asistida, así como mujeres homosexuales, lo que hace unos años era impensable", constata el doctor Barri, algo que confirman los datos recogidos por la Sociedad Española de Fecundación, los cuales indican que entre 2012 y 2021 los tratamientos de Fecundación in vitro realizados por mujeres sin pareja han pasado de representar el 4,4% al 8%. Paralelamente, en los últimos cinco años en Dexeus Mujer, los tratamientos de Recepción de ovocitos de la Pareja, una técnica que permite que el óvulo donado por una de las mujeres de la pareja sea fecundado para que sea la otra mujer quien lo geste, se han multiplicado por ocho.
Margen de mejora
Pero aún queda mucho camino por recorrer en este campo. Al respecto, el doctor Barri indica que "hay una fase del proceso, que es la de la implantación, que es una caja negra y que durante un periodo de unos 10 días nos mantiene en vilo sin saber si se ha producido el embarazo o no, si ha habido esa diálogo entre el embrión y el útero". Por ello, para el presidente de la Fundación Dexeus Mujer, sería interesante desarrollar alguna técnica o herramienta que permita "monitorizar ese proceso". Pero ese es solo uno de los aspectos en lo que aún queda margen de mejora en el ámbito de la fecundación asistida, "un campo muy grande en el que aún hay bastante que aprender".
En otro orden de cosas, para el doctor también es de gran importancia el trabajar en favor de un acceso a estas técnicas para toda la población, ya que si bien es cierto que "están cubiertas por la Seguridad Social, las listas de espera son muy largas, lo que hace que el 80% de la actividad se concentre en el sector privado". De esta manera, "el acceso a estos tratamientos está limitado por la disponibilidad económica del paciente y eso no debería ser así, por lo que es necesaria una colaboración público/privada para garantizar un acceso a las mismas más fácil".
En cualquier caso, es necesario tener claro que, como destaca el doctor Barri, "el uso de las técnicas de reproducción asistida no supone un riesgo mayor para el bebé, sin embargo la edad del padre y la madre sí que puede ser un problema, ya que son factores que incrementan las probabilidades de que éste padezca alguna patología".
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