Elecciones catalanas
Vox derriba la puerta del Parlament
El partido de Abascal fue el gran vencedor de la noche dentro del constitucionalismo. La obtención de ocho escaños más que el PP y cinco que Cs cambiará la correlación de fuerzas
Vox se presentó a las elecciones catalanas para ser la primera fuerza de la derecha constitucionalista. El partido de Santiago Abascal vio como en las últimas semanas los pronósticos de sus resultados iban creciendo, hecho que aumentó su confianza. Durante toda la campaña, Ignacio Garriga fue arropado por la plana mayor del partido para desembarcar en el Parlament de Cataluña con fuerza. Vox se presentaba a unos comicios en los que solo tenía un horizonte por ganar, pues partían de cero en Cataluña y su irrupción en el Parlament ya suponía de facto un triunfo para la formación que aspiraba a que su voz se escuchara en Cataluña, donde se inició el despegue de sus siglas tras abanderar su choque frontal contra el separatismo y al erigirse como acusación popular en el juicio del procès.
Ni la moción de censura fallida que presentó Abascal contra Sánchez, donde el PP escenificó su ruptura, ni la situación de la pandemia, ni el acoso, ni los ataques contra la formación desmoralizaron a su electorado. El esperado «sorpasso» al Partido Popular estuvo siempre entre ceja y ceja de los candidatos de la formación de Abascal, pero sobre todo, Garriga insistía en que ellos querían ser la principal fuerza de la oposición y optaban por la prudencia contenida. Con el lema «recuperar España», Vox se erigió como el único partido posible para hacer frente al separatismo que gobierna hace más de 10 años. Las mejores encuestas situaban a la formación de Abascal con hasta 11 escaños. Y así fue, Ignacio Garriga obtuvo el máximo proyectado por las proyecciones y echó la puerta abajo del Parlament.
La campaña de Vox estuvo marcada por la defensa de la unidad española y la «recuperación de la ley y el orden». En varias ocasiones, tanto el candidato como el presidente del partido llegaron a avisar a los partidos secesionistas de que con Vox se les iba a «acabar el chollo». Otro de los lemas de campaña fue reivindicar a Vox como la fuerza que pretendía acabar con la «islamización de Cataluña» una polémica que incluso hizo que Twitter les censura la cuenta durante siete días justo el día del inicio de la campaña. Tanto los líderes de Vox como el candidato Garriga sufrieron durante toda la campaña electoral ataques por parte de distintas formaciones independentistas. Los Mossos tuvieron que intervenir en los actos y el partido se querelló en el último día de campaña contra la Consellería de Interior. El partido defendió que no se les había protegido lo suficiente ante las manifestaciones de estas formaciones donde se les lanzaron distintos objetos que acalzanron a líderes del partido y simpatizantes. El propio Abascal llegó a encararse incluso con el jefe del operativo de la policía catalana por su pasividad ante los ataques.
Vox se ha sentido solo. Presentó incluso un manifiesto por la libertad y contra las agresiones que sufrían en campaña para que el resto de partidos se sumara y trataron de que se votara en el Congreso sin éxito. Abascal remarcó más de una vez en campaña que Vox estaba indefenso ante los ataques que sufrieron reiteradamente en Cataluña. Además, criticó la actitud de que algunos líderes políticos expresaran en las últimas semanas que no estaban de acuerdo con las cargas del 1-O. Vox se presentó el último día de campaña como la única «resistencia» e incluso incidió en varias ocasiones que, frente al separatismo, solo existe Vox y el propio Abascal cargó incluso contra todos tildando al PSC de partido «filonacionalista». El partido de Abascal fue el gran vencedor de la noche dentro del constitucionalismo. La obtención de ocho escaños más que el Partido Popular y cinco que Ciudadanos, el último vencedor a las eleccciones catalanas, cambiará la correlación de fuerzas dentro de los partidos constitucionalistas y resonará en el Congreso.