Memoria histórica
Cuando el padre de Tàpies declaró contra Companys
En octubre se cumplirán 80 años del proceso que acabó con el fusilamiento del que fuera presidente de la Generalitat
Esta es una historia triste, uno de esos episodios que han quedado olvidados con el paso del tiempo y que son retrato de un tiempo. Solamente hay que acudir a la documentación oficial, a los registros de la época para saber algo más de lo sucedido.
En estos días se habla mucho de la anulación del proceso contra Lluís Companys y que acabó con el que fuera presidente de la Generalitat acribillado a balazos ante los muros del castillo de Montjuïc, un hecho del que muy pronto se cumplirán ochenta años. Los hechos son conocidos por todos, pero hay detalles que han sido silenciados o se ha permitido que queden en un segundo plano para que el olvido se ocupe de ellos. Eso es lo que pasa cuando vemos el sumario del proceso y nos encontramos algunas declaraciones contra el hombre que se está jugando la vida, aunque su condena está escrita mucho antes de que hubiera una sentencia definitiva.
Los documentos, vayamos a los documentos que son la clave. El 5 de octubre de 1940 era el turno de la intervención ante el tribunal de un abogado que vivía en la calle Balmes de Barcelona, número 207, 2º 2ª. Es mayor de edad, está casado y admite que sabe leer y escribir, además de conocer el motivo por el que presta declaración. También apunta “que no tiene amistad ni enemistad ni interés directo o indirecto en este procedimiento”. El testigo se llama Josep Tàpies Mestres y había trabajado funcionario del Departamento de Presidencia de la Generalitat. Está casado con Maria Puig Guerra. En 1934, la pareja había tenido un hijo al que llamaron Antoni y con el tiempo se convirtió en uno de los principales artistas catalanes del siglo pasado.
Volvamos al castillo de Montjuïc, al consejo de guerra que está juzgando a un Companys derrotado que ha vuelto en Cataluña tras ser apresado por la Gestapo en Francia. El nuevo régimen quiere mostrar su peor cara en este proceso y para ello pone en marcha un juicio que viene a ser una suerte de farsa. Tàpies Mestres, a quien se define como catalanista en algunas de las notas biográficas sobre su hijo, participa como testigo. En su testimonio afirma que no conoce personalmente a Companys, “pero sí por haber prestado sus servicios accidentalmente en la extinguida Generalidad de Cataluña con carácter administrativo en la oficina titulada de Relaciones Exteriores, habiendo tenido conocimiento por los oficios que se cursaban en aquella fecha, erigida la Generalidad en cantón semi-independiente se recibían las reclamaciones diplomáticas y consulares y se contestaban como si la nombrada secretaría fuese el Ministerio del Estado”.
No acabó allí su intervención. A la manera de un soplón que cuenta todo lo que sabe de manera directa e indirecta, el abogado Tàpies también apuntó que “sabe que Companys debía dar un mitin en París organizado por el Comisariado de Propaganda de la propia Generalidad y que según rumores la F.A.I. no le dejó pasar la Frontera o bien las autoridades francesas no lo consintieron, fracasando dicho viaje”.
No podía faltar alguna referencia a la Unión Soviética para agravar las responsabilidades del reo. Pese a que Tàpies no tenía información solvente sino basada en rumores, eso no le impidió decirle a su señoría que “seguramente había contactos con el gobierno de la URSS, por cuanto el Cónsul soviético en aquella fecha acudía a todos los actos públicos que organizaba la Generalidad habiendo dirigido la palabra al lado de COMPANYS y con el consentimiento de éste, y que cree que muchas de las iniciativas en materia social y económica que se adoptaron en Cataluña, eran debidas a inspiraciones del Gobierno Soviético”.
El 6 de octubre de 1934, Lluís Companys proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española. Son los llamados “Fets del 6 d’Octubre”. Tàpies también quiso hablar de ese episodio que acabó con el entonces presidente de la Generalitat entre rejas. A este respecto recordó que toda la documentación sobre esos hechos “se publicaron todas ellas en el B.O. De la Generalidad que se conserva en el Archivo de la Diputación Provincial de Barcelona, figurando en ello Decretos de Guerra, de Justicia y de toda índole”.
Pese a esta declaración, al final de la misma, el abogado admitió que no tenía más información y que “tiene el convencimiento de que los crímenes, saqueos y robos, si hubiera podido impedirlos [Companys] los hubiera evitado”.
La firma de Josep Tàpies Mestres aparece al final de la transcripción de un documento que hoy puede consultarse sin ningún problema en la página web de la misma Generalitat. El abogado murió en noviembre de 1958 siendo asesor jurídico del Hospital Clínico Provincial.