Salud

El Clínico de Valladolid avanza en el tratamiento de fracturas en personas mayores con prótesis o roturas previas

El Servicio de Traumatología de este centro hospitalario aglutina en un estudio a más de 5.000 pacientes de 60 hospitales para hacer frente a esta patología y evitar condenarlos a vivir en una residencia o morir

El traumatólogo Héctor Aguado con una paciente
El traumatólogo Héctor Aguado con una pacienteMiriam ChacónIcal

El Servicio de Traumatología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid ha logrado reclutar a más de 5.000 pacientes de 59 centros de España y uno de Argentina para avanzar en los protocolos de intervención y tratamiento posterior de fracturas óseas en personas con una prótesis previa, o en aquellas que ya han tenido que ser intervenidas y que llevan una placa o un clavo.

El estudio, denominado PIPPAS (peri-implante, perirotésica, análisis de supervivencia), está capitaneado por el traumatólogo Héctor Aguado, quien considera que el sistema sanitario no puede esperar diez años más a plantearse cómo avanzar en esta patología, ya que cada vez serán más las personas que sufran lo que técnicamente se denomina fractura periprotésia o peri-implante, episodios que se producen, habitualmente, en personas mayores. De hecho, más de la mitad de estos pacientes tiene más de 87 años.

Si la fractura de cadera es una patología con mortalidad, este tipo de fracturas provoca que más del 20 por ciento de los pacientes, uno de cada cinco, muera en los primeros seis meses, y más de la mitad sufra complicaciones médicas en el ingreso.

Es más, cuando afecta a la rodilla, la mortalidad se eleva al 30 por ciento, explica el doctor Aguado, quien denuncia que, por desconocimiento, se estaban tomando medidas, por ejemplo prohibir al paciente andar en los primeros meses, que gracias a este estudio multicéntrico se han desmontado.

El trabajo acaba de presentarse en la reunión anual de la Asociación de Traumatología Ortopédica (OTA) de EEUU y Canadá, en Montreal, con más de 2.000 asistentes, y se ha publicado en revistas científicas de alto impacto, como el ‘Journal of Orthopaedics and Traumatology’, ‘Injury’ y ‘Bone and Joint Open’.

Además, hay otro artículo que ya ha sido admitido y saldrá a la luz en las próximas semanas. Entre otras conclusiones, el estudio ha demostrado que la colaboración entre los servicios de Traumatología y Geriatría logra disminuir la mortalidad de estos pacientes y mejora la funcionalidad, de modo que a la persona intervenida se la insta a caminar “inmediatamente” según sale del hospital, lo que permite que se vaya a casa y continúe siendo autónoma, algo que hasta la fecha era inviable.

La ventaja del trabajo radica en que hay varios tipos de fracturas peri-implante y periprotésicas con baja incidencia, y este trabajo ha servido para reunir hasta 500 casos de cada tipología, en alguno 700, gracias a la colaboración de la cifra tan elevada de hospitales.

“Hemos conseguido poner en valor fracturas muy específicas con muchos pacientes, lo que nos permite dar una recomendación al resto de los traumatólogos. Además, tenemos ya un reconocimiento científico que hace que ya se estén aplicando estas técnicas”.

Cambio de paradigma

Se trata de un “cambio de paradigma, de protocolo de actuación”, que además ha servido para añadir nuevas técnicas a disposición de los traumatólogos especializados en este tipo de fracturas. “Estas personas estaban condenadas a marcharse a vivir a una residencia o a que un familiar se hiciera cargo de ellas, con el impacto que supone".

“Ahora estamos viendo, gracias al conjunto de pacientes estudiados y a la colaboración de tantos profesionales, 200, que se pueden mejorar los protocolos, aplicar y desarrollar técnicas que suponen reducir las complicaciones y la mortalidad, mejorar el movimiento y la calidad de vida de los pacientes”, explica Héctor Aguado.

“Son fracturas que no son muy frecuentes. Para hacerse una idea, en el Clínico vemos un poco más de 300 roturas de cadera al año por encima de 80 años, y de este tipo de fracturas, unas 45”, de ahí la importancia del trabajo conjunto, precisa a Ical, para incidir en que, por “la mejora de calidad de vida y el aumento de la longevidad”, la frecuencia está aumentando en los últimos años, y se espera que siga creciendo.

En este sentido, debido a la gran repercusión clínica y social, Héctor Aguado pide colaboración a las administraciones públicas para crear y mantener un registro nacional de fracturas periprotésicas y peri-implante.

Estudio multicéntrico

En el estudio participan 59 hospitales en España, junto a uno en Argentina, que atienden al 34 por ciento de la población española. Estos hospitales registran todos los casos que reciben con fracturas periprotésicas y peri-implante desde el 1 de enero de 2021.

Cuenta con la participación de más de 200 especialistas en Cirugía Ortopédica y Traumatología y Geriatría, y en cada hospital se han creado equipos de trabajo formados por entre tres y ocho médicos, interesados en buscar más información sobre estas fracturas.

Los resultados ya han sido presentados en varios congresos nacionales de traumatología en 2022 y 2023, así como en autonómicos de Murcia, Andalucía, Castilla y León, Cantabria, y Asturias, pero también en el congreso Europeo de Cirugía Ortopédica y Traumatología.