Opinión

Fe para ateos

"Cristina González Reche ha escrito un libro verdadero, en torno a la figura de Jesús de Nazaret, que va más allá de los tópicos y de cualquier concesión"

 Cristina González Reche ha escrito un libro verdadero, en torno a la figura de Jesús de Nazaret, que va más allá de los tópicos y de cualquier concesión
Cristina González Reche ha escrito un libro verdadero, en torno a la figura de Jesús de Nazaret, que va más allá de los tópicos y de cualquier concesiónLa RazónLa Razón

Se trata de un relato vivencial y fresco, que invita a una sugerente aventura espiritual, bien documentada en sus fuentes y audaz, narrada desde la inteligencia serena de los que aman para darse a los demás, desde el deber-ser, al deber-hacer.

Cristina González Reche, ha escrito un libro verdadero, en torno a la figura de Jesús de Nazaret, que va más allá de los tópicos y de cualquier concesión. Sus palabras rebasan los esquemas humanos para alzarse, desde esa realidad oculta a los sabios y letrados, hasta aupar lo sobrenatural.

El libro arranca con un Jesús de Nazaret que comienza a tener seguidores. Cada vez más. Y esto inquieta a los mandamás de la élite judía. Piensan que su mensaje de la imagen que ellos dan de Dios a quienes no observan cuidadosamente los preceptos centenarios, está en peligro. Pero sobre todo-he aquí la clave- va en contra de sus intereses materiales y de poder social, así como del chiringuito que les cobija.

Cristina González Reche va adentrándose, poco a poco, en la furia de los letrados, escribas y fariseos, a los cuales irrita sobremanera esa defensa, del Hijo del Carpintero, de los más pobres entre los pobres y desdichados, o su osadía en defender a las mujeres, en una cultura ferozmente masculina en la que, cualquier aproximación a la igualdad entre hombres y mujeres, brillaba por su ausencia. No les gusta nada que el Galileo se rodee de pobretones, desahuciados y pecadores.

Los doctores de la Ley huelen el peligro y lo siguen de cerca. Hasta que llega aquel momento decisivo en el que, el Hijo de Dios vivo, hace un látigo de cuerdas, y arroja a los comerciantes del templo, juntamente con sus ovejas y sus bueyes y riega por el suelo las mesas de los cambistas.

A partir de ese momento, las élites dominantes de Israel ya tienen lo que querían: el incidente del templo, se convierte en la excusa que estaban buscando para prenderlo y darle muerte. Son muchos los momentos que relata Cristina González Reche de la vida de Jesús, y de lo que siguió después, deteniéndose en momentos claves como Pentecostés y, por supuesto, los más crueles y dolorosos. Pero la autora de 'Fe para Ateos', aprovecha la peripecia humana de Jesús, también, para realizar una interesante y novedosa historia de la Iglesia, desde antes casi de ser fundada, que desmonta argumentaciones ateas.

El libro resulta ameno por las curiosidades y sencillez con la que son tratados los quehaceres de los primeros cristianos y porque reflexiona, en su relato, poniéndose en lugar de los protagonistas y en lo que vendría. Escribe su 'Fe para ateos', Cristina González Reche, en una prosa que, en algunos momentos, adquiere el pálpito tembloroso de la poesía.

La autora sabe que la palabra es capaz de llegar al corazón y despejar el horizonte. Tal vez por eso, obsesionada por el alma humana y con los pies en el suelo, insiste en que, en la actualidad, más de 2000 millones de personas en el mundo son cristianas. Sin embargo en Europa, durante los últimos años, la religión cristiana, ha ido perdiendo presencia, aunque no en todos los países. Existen naciones, como Polonia, donde sigue viva la llama de Jesús de Nazaret.

El mérito de este libro, que cuenta como una de sus logros más importantes detenerse en pinceladas evangélicas que han pasado casi desapercibidas, es mostrar de una forma distinta la figura de la persona -verdadero Dios y verdadero hombre- más determinante de la historia de la humanidad: Jesús de Nazaret, al que ahora algunos quieren reducir al olvido. Algo que la autora contribuye a desmontar con rigor y desde la alegría y la esperanza de los que perciben la Luz del Evangelio.