Medio Ambiente
Los amantes del turismo rural eligen esta impresionante cascada como la más bonita de España
Se trata de un salto natural de unos 50 metros ubicado en un espectacular Parque Natural
Con la llegada del otoño, y con él la época de lluvias, el sonido del agua se convierte en gran protagonista en muchos pueblos de nuestro país. Es el momento ideal para disfrutar de las numerosas cascadas que existen en España, y que se han convertido en uno de los principales reclamos naturales para los visitantes. Por este motivo la página www.escapadarural.com, uno de los principales escaparates turísticos español, y web de referencia a la hora de organizar viajes, ha realizado una encuesta entre sus usuarios para elegir la cascada más bonita de España, y la elección ha sido unánime, un impresionante salto de agua de unos 50 metros de altura que se encuentra en un espectacular Parque Natural.
Las cascadas son una de las formaciones naturales más impresionantes que se pueden encontrar. Y en España, país con un paisaje sorprendente, podemos visitar una gran cantidad de saltos de agua de gran belleza. Además de esa belleza intrínseca de las cascadas, el sonido del agua y el frescor del aire que se respira en sus cercanías tienen un efecto relajante y rejuvenecedor.
Las caídas de agua son sistemas dinámicos que varían con las estaciones y con los años, aunque esto último solo se hace perceptible a escala geológica. Presentan distintas formas (por ejemplo, si su caída es vertical o si sigue una pronunciada pendiente, etc.), determinadas por el volumen de agua, la altura de la caída, la anchura del lecho y la conformación de las paredes entre las cuales corre el líquido, dependiendo del tipo de roca y de las distintas capas en las que se disponen.
Normalmente el mejor momento para contemplar esta belleza natural suele ser la temporada de otoño, y la cascada más bonita de España para los usuarios de “Escapada rural” es el “Pozo de los Humos”, ubicado en el Parque Natural de las Arribes del Duero, en la provincia de Salamanca.
El Pozo de los Humos
Se trata de un salto de agua situado en el curso del río las Uces, a su paso por los términos municipales de Masueco en su margen izquierda y de Pereña de la Ribera en su margen derecha, al noroeste de la provincia salmantina.
Esta cascada se produce porque las aguas del río de las Uces se encuentran con un abrupto cambio de las rocas debido a una falla geológica, que pone en contacto un granito con rocas metamórficas, más fáciles de erosionar y que han desaparecido. En este punto el cauce del río se ensancha y busca una forma de continuar, que solo encuentra cuando rebosa por encima del obstáculo y se precipita formando el salto de agua que todo el mundo quiere ver. La granítica pared por la que fluye la cortina de agua tiene una caída libre de 50 metros, que al llegar abajo forma una nube de vapor que se eleva por todo el contorno siendo un espectáculo inolvidable.
Unos pocos metros antes de la caída de aguas del río de las Uces, su torrente se bifurca, dando lugar a que además de la cascada de los Humos haya otra por su parte derecha llamada el Pozo de las Vacas, llamado así según la leyenda del lugar que habla de que allí se despeñó un carro, tirado por dos vacas y cargado de trigo, cuando se dirigía en dirección a un molino cercano.
La ladera que baja hacia el río por la parte de Masueco se llama la Roblea, hay una senda que conduce a la coronación de la cascada donde una pasarela permite asomarse al vacío y por una angosta vereda serpenteante, llamada la Cañada de Zarzalino, se puede bajar al pozo. Por la parte de Pereña se llama Palla Rubia, donde otra senda baja hasta el estanque formado después de la caída. Unos cientos de metros más abajo el río de las Uces tributa al Duero en el paraje llamado el Trincalino en el reculaje de la presa de Aldeadávila. Al no tener embalse regulador, el caudal adecuado en el río de las Uces para disfrutar del lugar es desde noviembre hasta mayo.
Cueva natural
En Palla Rubia hay una cueva natural en la roca donde se pueden apreciar pinturas rupestres. Por la orilla de Masueco, a cien metros del pozo aguas abajo se despeña desde trescientos metros un regato llamado la Cribera y en el mismo estanque del pozo por la parte de Pereña de la Ribera cae desde cincuenta metros otro regato conocido como el de Palla Rubia.
La belleza del Pozo de los Humos ha quedado plasmado en los libros. Y es que el universal Miguel de Unamuno escribió su experiencia en la revista bilbaína 'Ecos Literarios' (19 de marzo de 1898) : “El primer pueblo de La Ribera a donde llegué fue Masueco... Al siguiente día de mi llegada fuimos a ver la cascada de los Humos, en los arribes de uno de los afluentes al Duero... Es singular el atractivo del agua. Estaríase uno las horas muertas contemplándola fluir, dejándose ganar el espíritu por la sensación purísima que su constante curso nos produce. El agua es acaso la que mejor imagen nos ofrece de la quietud en el movimiento, del solemne reposo supremo que del concierto de las carreras de los seres todos surge. En el estanque duerme el agua reflejando al cielo, pero con no menos pureza lo refleja en el cristal de un sosegado río, cuyas aguas, siempre distintas, ofrecen la misma superficie siempre. Y en la cascada misma, por donde se despeña bramando, preséntanos una vena compacta, una columna que acaba por parecer sólida. ¡Enorme fuerza la que sin aparato alguno, con la sencillez del coloso, despliega!... Es una de las más hermosas caídas de agua que pueden verse entre aquellos tajos adustos. Divídese la cascada mayor en dos cuerpos debido a un saliente de la roca, y va a perderse en un remanso de donde surge el vapor que ha valido al paraje el nombre de los Humos. Junto a la inmensa vena líquida, a su abrigo, en las quebraduras y resquicios de la roca, anidan palomas que revolotean en torno del coloso. Este irá desgastando poco apoco el desnivel que le produce, y es seguro que cada año se achica la cascada, aunque sólo sea en un milímetro o en fracción de él. ¡Los siglos que habría necesitado el agua para excavar tales tajos y reducir análogas cascadas!”.
Rutas
Es posible disfrutar de esta maravilla desde dos puntos diferentes. En Pereña de la Ribera existe un mirador desde el que se obtienen unas panorámicas espectaculares del Pozo de los Humos desde la lejanía. Un lugar ideal para tener una visión general de la cascada y del entorno natural en la que está enclavada.
Por otra parte, en Masueco se encuentra el acceso para hasta el propio Pozo de los Humos. Allí se construyeron hace años unas plataformas para poder ver de cerca el fenómeno y sentir prácticamente el agua a unos centímetros.
Para llegar hasta el mirador que hay en Pereña de la Ribera se debe tomar una pista que sale al oeste del pueblo junto al frontón y que se encuentra señalizada. Este camino se puede realizar caminando, durante alrededor de cinco kilómetros, aunque la mayoría de los visitantes van con su vehículo. A menos de dos kilómetros hay un aparcamiento en el que es obligatorio dejar el vehículo entre febrero y agosto con el objetivo de proteger el ecosistema y la anidación de aves. Después de una breve caminata se llega al mirador para disfrutar de la espectacular vista del Pozo de los Humos.
En Pereña de la Ribera también es posible disfrutar de otra cascada menos imponente, pero también con un gran atractivo, el Pozo Airón. El camino para llegar hasta ella también se encuentra señalizado y comienza en la iglesia del pueblo. El recorrido consta de algo menos de siete kilómetros ida y vuelta aunque se puede llegar con el vehículo hasta un pequeño aparcamiento que hay junto al arroyo de los Cuernos. El resto del camino transita por un estrecho sendero enclavado en un entorno con un encanto especial. Este espacio tiene la particularidad de que el visitante puede adentrarse en la cueva que hay detrás de la cascada para admirarla de una manera diferente y muy emocionante.
El segundo recorrido es el de Masueco. El primer tramo, aunque es un camino, se puede realizar con el coche puesto que discurre entre los huertos y parcelas. Hay que dejarlo obligatoriamente en un aparcamiento. A partir de ahí habrá que bajar caminando durante 2,6 kilómetros hasta llegar al verdadero espectáculo natural del Pozo de los Humos. Para disfrutar con más cercanía de la cascada se han construido unos miradores elevados que permiten captar unas instantáneas idílicas del lugar.
Parque Natural de las Arribes del Duero
El Pozo de los Humos se encuentra dentro del espectacular Parque de las Arribes del Duero. En el oeste de Zamora y Salamanca, donde el Duero se hace frontera con Portugal y se encajona formando los cañones más profundos y extensos -casi un centenar de kilómetros- de toda la Península Ibérica, se encuentra la comarca de Arribes del Duero. Un espacio natural privilegiado en el que destacan la belleza agreste de su paisaje Granítico y una rica y variada fauna y flora.
El relieve de Arribes pertenece al dominio del Zócalo Paleozoico y está constituido fundamentalmente por granitos y granodioritas. Sus paisajes más bellos y escabrosos han sido formados por los ríos Duero, Huebra, Tormes, Camaces y Uces, donde se localiza el Pozo de los Humos.
Dentro de los límites del espacio se sitúan interesantes y bellas localidades como la villa de Fermoselle en la parte zamorana o San Felices de los Gallegos en la parte salmantina, ambas declaradas Conjunto Histórico Artístico. Aunque casi todos los municipios de Arribes del Duero, presentan un rico Patrimonio en vestigios vetones, como los castros, tumbas antropomórficas, estelas, fuentes medievales y un rico legado de la vida de labranza y ganadera como molinos, almazaras o chiviteros.
Este Espacio Natural se caracteriza por unas peculiares características topográficas, correspondientes a un valle encajado, resguardado de los vientos y con mucha insolación, lo que se traduce en una temperatura media anual suave, la inexistencia de heladas a lo largo del año, y unas ciertas condiciones de humedad (precipitación media en torno a los 700 mm/año).
Todos estos rasgos dan lugar a una riquísima comunidad vegetal, caracterizada por la gran abundancia de especies típicamente mediterráneas, donde destacan cultivos impropios para esta latitud como: olivo, vid, almendro, frutales. Junto al "arribe" propiamente dicho, aparece la penillanura, destinada al cultivo del cereal, principalmente centeno, en alternancia con pastos agostantes y semiagostantes. Cuando la tierra de labor ha sido abandonada, se cubre con el matorral en el que se intercalan enebros, encina, quejigos, alcornoques, acompañados de gramíneas y labiadas.
Los cortados y las formaciones de roquedos de las márgenes fluviales resultan el biotopo más característico de este Espacio Natural, donde se localizan las especies de mayor valor faunístico que se corresponden con las aves, especial relevancia adquieren buitre común, águila real, águila perdicera, cigüeña negra, alimoche, halcón peregrino, sin olvidar otras especies de interés como águila culebrera, águila calzada, búho real, chova piquirroja, vencejo real, roquero solitario, collalba rubia...
Destaca también la presencia de una gran riqueza de peces (barbo, carpines, bermejuela, boga, colmilleja, ...), reptiles (lagarto verdinegro, eslizón ibérico, culebra de herradura, lagartija colirroja, ...) y mamíferos (nutria, garduña, gineta, jabalí, zorro, ...). La comunidad de anfibios tiene especies como el tritón jaspeado, tritón ibérico, rana común, sapo corredor o el sapillo pintojo, entre otros.
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