Cultura
Manuel Francisco Reina o el triunfo de la poesía libre y sin “bandería”
El escritor gaditano recoge orgulloso y agradecido el prestigioso Gil de Biedma de Poesía con “Servido en frío”, un poemario que reflexiona sobre el tiempo y el mal en el mundo
El escritor gaditano de Jerez de la Frontera pero afincado en Madrid Manuel Francisco Reina ha recogido este viernes, orgulloso y agradecido, el prestigioso Premio Internacional de Poesía “Gil de Biedma”, dotado con 10.000 euros, y que entrega cada año desde hace 32 la Diputación de Segovia, gracias al poemario “Servido en frío”, una reflexión sobre el tiempo como verdadero juez y verdugo de esta vida, pero también sobre el mal existente en el mundo.
Una edición especial la de este año que, por vez primera, ha estado coordinado por Juan Manuel de Prada y Antonia de Isabel Estrada, en sustitución de Gonzalo Santonja, actualmente consejero de Cultura, Turismo y Deporte, en la que ha triunfado la libertad y la escritura sin tapujos que, en su opinión, “no pertenece a ninguna bandería”.
Reina definía su poemario como una reflexión sobre el mal en el mundo, basada en los valores fundamentales de la cultura occidental, como la Biblia, el Talmud o la Torá y que tiene como “leitmotiv” la creencia de que “quien hiere una vida, daña el mundo”.
Con una referencia en su título a las palabras “la venganza es un plato que se sirve frío” de la novela escrita por Pierre Choderlos de Laclos en el siglo XVIII “Las amistades peligrosas”, este poemario sostiene la idea de que “el tiempo es el verdadero juez y verdugo, el verdadero vengador”.
El ganador, que recibía el galardón de manos del vicepresidente primero de la Diputación, José María Bravo, reivindicaba la necesidad de hacer discurso sobre la lengua, la palabra y cuidar el idioma. De hecho, ‘Servido en frío’ contiene una imagen del poeta gaditano, del Puerto de Santa María, Rafael Alberti, al que Reina conoció de joven, y que le dio como consejo que se obedeciera a si mismo. También aseguraba Reina que ganar del Gil de Biedma es “una ensoñación hecha realidad” al ser uno de los premios “referenciales”, que da cabida a escritores como él, “no adscritos”.
Durante el acto, el coordinador del premio, Juan Manuel de Prada, destacaba de la obra, elegida ganadora entre 1.443 libros candidatos, “que se atreva a nombrar todo ese amasijo de pasiones destructivas que anidan en el corazón humano”.
Manuel Francisco Reina ha sido colaborador en diversos diarios como “ABC”, el suplemento cultural “Babelia” de “El País” y actualmente, lo es de “El Plural”. Ha publicado los libros de poemas “Consumación de estío”, “Las liturgias del caos”, “La paternidad de Darth Vader”, “El jardín de la tarde” y “El fiel de la balanza” y sus novelas “Los amores oscuros” y “La princesa Paca”, escrita esta última junto a Rosa Villacastín, han sido adaptadas al teatro y al cine, respectivamente.
Otro andaluz, el sevillano Jesús Beades, recibía en este acto otra escultura de la Real Fábrica de Cristales de La Granja y 3.000 euros como ganador del accésit, que dedicó el premio y el acto a su tía abuela María, que falleció este jueves pasado. “Una mujer castellana y llevo todo el día pensando en ella”, decía, antes de dar lectura a dos poemas de su libro ‘Orden de alejamiento’.
Beades, que también es fotógrafo y músico, ha publicado “Tierra Firme”, por el que fue galardonado por el Premio Gerardo Diego en 1999, hito que ha recordado durante su discurso hoy porque también fue en Castilla y León, en Soria, “Centinelas” y “La ciudad dormida”, con el que consiguió el Premio Adonais en 2004.
El acto de entrega, en el salón de plenos de la Diputación de Segovia, entidad organizadora del Premio Gil de Biedma, fue presidido por el vicepresidente de la institución provincial, José María Bravo, al no poder acudir el presidente, Miguel Ángel de Vicente, por problemas de agenda.
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